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¿Cambiará Japón si las mujeres participan más activamente en la sociedad?

Política Economía

El Gobierno de Abe Shinzō asegura que la mujer trabajadora es un pilar fundamental en su política económica. Aunque en Japón la presencia femenina en el mercado laboral está creciendo, aún hay pocas mujeres que ostenten cargos de dirección. Ahora el Gobierno pretende cambiar esta situación para abrir paso a un crecimiento económico sostenible.

El Gobierno del primer ministro Abe Shinzō considera que las mujeres son un pilar del crecimiento económico, razón por la cual Japón vuelve a reflexionar sobre el concepto del Womenomics. Este término, resultante de la combinación entre las palabras inglesas “women” (“mujer”) y “economics” (“economía”), hace referencia a la capacidad que poseen las mujeres para ejercer de motor de la economía, y viene de la mano de los estrategas de las empresas estadounidenses que se dedican a los mercados bursátiles. En el país asiático, que se enfrenta a una rápida reducción de su población activa debido al descenso de la natalidad y el envejecimiento de la sociedad, aumentar la presencia de las mujeres en el mercado laboral se convierte en la clave para solucionar el problema, pues las mujeres representan aproximadamente la mitad del número total de habitantes.

Objetivo: un 30 % de mujeres en puestos de dirección para 2020

Consciente de esta realidad, el gobierno japonés decidió incluir “la participación más activa de las mujeres en la sociedad” en la revisión de sus estrategias de crecimiento, publicada en junio de 2014. Son dos sus objetivos, a saber: aumentar al 73 % la tasa de empleo de las mujeres entre los 25 y los 44 años (un 68 % en 2012) y hacer que la proporción de mujeres que ocupan puestos de dirección en firmas y otras entidades alcance el 30 % para el año 2020.

Durante la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial celebrada en Davos en enero de 2014, el primer ministro Abe explicó que la capacidad de las mujeres supone un recurso importante que a día de hoy no se utiliza todavía y habló de la necesidad de convertir Japón en un lugar donde las mujeres puedan sobresalir. Además, prometió públicamente que conseguiría que para el año 2020 la proporción de mujeres que ocupan puestos de dirección sea del 30 %. Aunque lograrlo no se presenta fácil, dio a conocer medidas encaminadas a la consecución de ese objetivo.

En primer lugar, para fomentar la participación de las mujeres en la sociedad, se acelerarán los preparativos necesarios para eliminar las listas de espera de las guarderías; para el año fiscal 2015 se asegurarán unas 200.000 plazas en estos establecimientos, mientras que el total para el ejercicio fiscal 2017, que contempla las necesidades potenciales de estos servicios, será de 400.000 vacantes. Además, se prestará ayuda mediante subvenciones y beneficios impositivos a las empresas que hagan esfuerzos para que las mujeres puedan progresar en el ámbito laboral y compaginar el trabajo con el cuidado de los hijos. En lo referente a las grandes empresas, se trabajará para que estas den a conocer información acerca del nombramiento de mujeres para ocupar puestos de dirección y gestión.

Cuestiones de personal de ministerios y agencias gubernamentales en manos de mujeres desde el verano de 2014

El mundo económico respondió enseguida a la iniciativa del Gobierno. La Federación Japonesa de Negocios instó a las firmas que forman parte de la misma a trazar planes para la designación de mujeres a puestos de gestión, entre otras medidas. La propia Administración nipona también actuó a este respecto: además de ampliar la contratación y el nombramiento de mujeres, designó a varias para ponerse al frente de las cuestiones de personal de agencias y ministerios del Gobierno central.

El Gobierno japonés predicó con el ejemplo y en julio de 2013 eligió a Kimura Atsuko como viceministra de Sanidad, Trabajo y Bienestar. Este verano también se han producido cambios en las oficinas gubernamentales; tanto el Ministerio de Justicia como el de Economía, Comercio e Industria han recibido a las primeras directoras generales de su historia, cuatro en total. Sin embargo, que esto sea noticia pone de relieve que Japón continúa rezagado en comparación con otros países en lo referente al nombramiento de mujeres para puestos de dirección.

Japón, muy por detrás de otras naciones industrializadas

La Ley de Igualdad de Oportunidades Laborales, que exigía el mismo trato para hombres y mujeres en lo referente al trabajo, comenzó a ejecutarse en abril de 1986. Aunque esta legislación mejoró los problemas de discriminación en el ámbito profesional, todavía no puede decirse que sea suficiente. Hasta la fecha, se ha modificado en dos ocasiones. Además, en abril de 1999 se puso en práctica la Ley Básica para una Sociedad Igualitaria, cuyo objetivo era conseguir la igualdad entre sexos tanto en los hogares como en la sociedad, y en enero de 2001 el Gobierno nombró a un ministro especial para encargarse de los asuntos relacionados con la igualdad.

Gracias a estas leyes, las condiciones laborales de las mujeres en Japón han mejorado. Sin embargo, la participación de estas en las empresas del país sigue siendo baja incluso respecto de la de otros vecinos asiáticos; Japón va muy por detrás de otras naciones industrializadas en cuanto al número de mujeres trabajadoras y la calidad del trabajo de estas.

Durante las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo del Banco Mundial celebradas en octubre de 2012 en Tokio, la directora del FMI, Christine Lagarde, afirmó que las mujeres son el potencial de Japón, y que la economía del país mejorará si aumenta el número de mujeres trabajadoras. Estas palabras han hecho que en el ámbito nacional cobre fuerza la idea de que una mayor participación de las mujeres en la sociedad es indispensable para la regeneración de Japón. Según el Informe sobre el Encuentro para la Igualdad de 2012, se estima que la retribución total correspondiente a las trabajadoras aumentaría unos siete billones de yenes, aproximadamente un 1,5 % del producto interior bruto, si se empleara a las mujeres japonesas que desean trabajar –3.420.000– y que, por lo tanto, son mano de obra en potencia.

Puesto 105 en el Informe sobre la Brecha de Género Mundial

Por otra parte, en la edición de 2013 del Informe sobre la Brecha de Género Mundial, que se da a conocer cada año en el encuentro del Foro Económico Mundial, Japón ocupa el lugar 105 de 136 países, toda una deshonra, y descendió cuatro puestos en comparación con el año anterior. Esto se debe a que se situó en puestos bajos en categorías como “Educación” (91), “Participación y oportunidades en actividades económicas” (104) y “Participación en la política” (118), si bien obtuvo el puesto 34 en “Salud y existencia”.

Para que Japón pueda convertirse en un país en el que las mujeres participen activamente del mismo modo que en otras naciones del Grupo de los Siete, es necesario, además de mejorar la brecha de género, cambiar la concepción tradicional y las ideas arraigadas en la cultura y la sociedad japonesas, al tiempo que los sectores público y privado aúnan esfuerzos en la creación de las medidas pertinentes. No es el momento de hacer abucheos y comentarios sexistas como los que se escucharon recientemente en la Asamblea de Tokio.

Imagen de la cabecera: ¿Es posible acabar con la brecha de género en el ámbito laboral? Cortesía de Jiji Press

(Artículo traducido al español del original en japonés)

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