Datos de Japón

La pobreza sigue creciendo en Japón

Política Sociedad

Por el volumen de su economía, Japón es la tercera potencia mundial. Se la considera una sociedad materialmente rica y equitativa. Sin embargo, la conciencia compartida por muchos japoneses de formar parte de una amplísima clase media hace ya mucho tiempo que pasó a la historia. Hoy en día Japón es un país con una elevada tasa de pobreza, incluso según estándares internacionales, grandes diferencias entre clases y una masa emergente de working poor.

La pobreza relativa afecta a uno de cada seis japoneses

El índice de pobreza es un indicativo que mide la proporción de personas con bajos ingresos. Según la Encuesta Básica de Condiciones de Vida presentada en julio de 2014 por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, el índice de pobreza relativa(*1), que indica la proporción de hogares por debajo de la línea de pobreza (1,22 millones de yenes anuales en 2012, correspondiente a la mitad de la mediana de los ingresos disponibles(*2)) se situó en 2013 en el 16,1 %. El índice de pobreza infantil, que se extrae incluyendo en el recuento a los menores de 18 años comprendidos en estos hogares, fue del 16,3 %. Ambos porcentajes representan las cifras más altas alcanzadas hasta el presente.

Esto significa que uno de cada seis japoneses vive en condiciones de pobreza relativa. En este mismo estudio, el porcentaje de quienes dijeron padecer graves dificultades económicas se situó en el 59,9 %. Los analistas piensan que estos nuevos récords de pobreza se deben al descenso en los ingresos que han sufrido los hogares con niños pequeños a consecuencia del prolongado ciclo deflacionario, pero también a otras circunstancias, como el aumento del número de hogares monoparentales, en los que muchas veces quien cría a los niños es una mujer que tiene un empleo precario y recibe un salario bajo.

Pobreza infantil: el Gobierno toma por fin cartas en el asunto

Ante este nuevo récord de pobreza entre la población infantil, el Gobierno de Japón anunció por primera vez en agosto de 2014 un amplio programa de medidas, que incluye ayudas para aliviar el coste de la educación y para ayudar a los padres a encontrar empleo, con el fin último de romper la cadena intergeneracional de la pobreza.

El problema de la pobreza en Japón ha atravesado diferentes etapas, con un periodo de grandes dificultades durante la posguerra, cuando las carencias afectaban a las más básicas necesidades vitales, y otro posterior de mejora de estas condiciones gracias al crecimiento económico experimentado. A partir de los años setenta se extendió entre los japoneses la conciencia de formar parte de una amplia clase media que abarcaba a casi toda la población del país. Sin embargo, tras el estallido de la burbuja económica a principios de los noventa comenzó una larga etapa de estancamiento económico, con gran número de despidos y fuerte precarización del trabajo, que ha acarreado una polarización de los ingresos. La tendencia a clasificar a las personas como ganadoras (kachigumi) o perdedoras (makegumi) es una herencia de esta época.

Japón, cuarto país de la OCDE con más pobreza

El índice de pobreza que presenta actualmente Japón también es alto en un contexto internacional. Según estadísticas elaboradas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a mediados del primer decenio del siglo, entre los 30 países miembros de la organización México era el que presentaba un índice de pobreza relativa más elevado (18,5 %), seguido por Turquía (17,5 %) y Estados Unidos (17 %). Japón se situaba en cuarto lugar, con el 15 %. El país con el índice más bajo era Dinamarca (5 %). A partir de esos años, el índice de pobreza relativa de Japón no ha dejado de aumentar, superando ya el promedio de la OCDE.

La edición correspondiente a 2012 del libro blanco que edita anualmente dicho ministerio pone de relieve ciertas características del caso japonés cuando se comparan sus indicativos económicos relativos a la equidad (reparto equitativo) con los de otros países. En primer lugar, el índice de pobreza relativa en Japón no solo es alto, sino que progresa a fuerte ritmo; además, el coeficiente de Gini(*3) evoluciona a niveles superiores a los del promedio de la OCDE; la diferencia entre hombres y mujeres en la tasa de empleo es grande y la proporción de desempleados de larga duración es superior al promedio de la OCDE. El libro blanco señala también, entre otros rasgos, que las diferencias salariales entre los sexos también son considerables.  

Según esta publicación oficial, los indicativos relativos a la equidad en Japón muestran en general pobres resultados, que son reflejo del mayor o menor grado de igualdad en la distribución de los ingresos y en las oportunidades, así como del mayor o menor grado de autonomía social del individuo. Para solucionar la brecha económica entre los japoneses, tanto en los salarios como en otros aspectos, habrá que considerar un gran abanico de medidas en campos como las modalidades de empleo, las ayudas municipales a familias sin recursos, las pensiones públicas, el salario mínimo interprofesional, etc. Tomar medidas para poner coto a la brecha económica que se está abriendo en Japón es uno de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta el país.

La pobreza extrema tiende a descender en los países en desarrollo

La pobreza puede medirse también expresada en valores absolutos, tal como hace el Banco Mundial. Este baremo refleja situaciones de pobreza que nada tienen que ver con las de Japón y el resto de los países de la OCDE.

Según la definición del Banco Mundial, viven en condiciones de pobreza extrema aquellas personas cuyos ingresos diarios no llegan al equivalente a 1,25 dólares (línea de pobreza). Son personas que, por falta de ingresos suficientes, no pueden satisfacer sus necesidades vitales básicas. Es un indicador utilizado para reflejar las condiciones de pobreza que se viven en los países en vías de desarrollo.

Según los datos estadísticos ofrecidos por esta institución, en 2008 el número de quienes viven por debajo de la línea de pobreza, es decir, con menos de 1,25 dólares diarios per cápita (una cifra establecida por la propia institución, a partir de un promedio de las líneas de pobreza de entre los 10 o 20 países menos desarrollados) era de 1.290 millones de personas, equivalente al 22 % de la población total de los países en vías de desarrollo. Pese a ser impactante, este número representa un fuerte descenso con respecto al dato correspondiente a 1981, que fue de 1.940 millones de personas. Desde una perspectiva mundial, las cifras de la pobreza extrema se han moderado durante los últimos años gracias a los esfuerzos de instituciones como el Banco Mundial, pero la tendencia en los países desarrollados es hacia una gran polarización entre ricos y pobres.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Jiji Press)

(*1) ^ Índice de pobreza relativa. Proporción de personas con ingresos disponibles inferiores a un determinado valor (línea de pobreza). El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón realiza el cálculo siguiendo los criterios de la OCDE. Para 2012, la línea de la pobreza relativa se situó en 1,22 millones de yenes.

(*2) ^ Ingresos disponibles equivalentes. Ingresos disponibles de los hogares (ingresos efectivos, una vez restados los impuestos, contribuciones a la Seguridad Social, etc), ajustados dividiéndolos por la raíz cuadrada del número de miembros del hogar.

(*3) ^ Coeficiente de Gini. Indicativo que mide la desigualdad dentro de una sociedad en la distribución de los ingresos. El índice va del 0 (mínima desigualdad) al 1 (máxima).

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