Datos de Japón

Los impredecibles volcanes activos de Japón

Sociedad

La Agencia Meteorológica de Japón monitoriza 50 de los 111 volcanes activos, aunque reconoce que es difícil predecir cuándo entrarán en erupción.

El archipiélago japonés es un territorio salpicado de volcanes. Cuenta con 111 volcanes activos que han entrado en erupción en alguna ocasión en los últimos 10.000 años. En la actualidad la Agencia Meteorológica de Japón monitoriza constantemente 50 de estos volcanes, y publica advertencias sobre la posibilidad de que ocurra una erupción en 41 de ellos con una escala de 5 niveles que indican el nivel de riesgo.

A 1 de mayo de 2018, cinco volcanes están clasificados con el nivel 2 que restringe el acceso a las zonas cercanas al cráter: el monte Kusatsu-Shirane en la prefectura de Gunma, el monte Asama en la frontera entre las prefecturas de Gunma y Nagano, el monte Iō en la cordillera de Kirishima de la prefectura de Miyazaki, y las islas volcánicas de Kuchinoerabujima y Suwanosejima, ambas en la prefectura de Kagoshima. Hay dos volcanes con el nivel de alerta 3, que indica que está prohibido acercarse a ellos: el monte Shinmoedake en la cordillera de Kirishima y Sakurajima, en la prefectura de Kagoshima. El resto de los volcanes han sido clasificados con el nivel más bajo, el 1, que señala que se debe tener en cuenta que se trata de un volcán activo.

La actividad volcánica en el Shinmoedake, en la cordillera de Kirishima, se redujo después de grandes erupciones ocurridas en 2011. No obstante, en octubre de 2017 el nivel de alerta volvió a elevarse al 3, y a partir de marzo de 2018 están produciéndose erupciones. El 5 de abril la humareda producida por una erupción en este volcán alcanzó los 8.000 metros de altura. El 19 de abril el monte Iō, en la misma cadena montañosa, entró en erupción por primera vez desde 1768, hace 250 años.

En enero de 2018 la erupción del monte Motoshirane, uno de los picos de la cordillera Kusatsu-Shirane, sorprendió a unos miembros de las fuerzas de autodefensa que se encontraban en el lugar practicando esquí. Uno de ellos perdió la vida al ser golpeado por unas rocas despedidas por la erupción, y 11 de sus compañeros quedaron heridos de diversa consideración. La cadena montañosa de Kusatsu-Shirane cuenta con varios cráteres, y aunque la Agencia Meteorológica de Japón vigila mediante cámaras el estado de varios cráteres donde han sucedido erupciones freáticas, no se esperaba que el cráter principal del Motoshirane, que no había presentado ninguna actividad en los últimos 3.000 años, entrase en erupción súbitamente. Por este motivo se encontraba clasificado con un nivel de alerta 1, el más bajo. En septiembre de 2014, por otra parte, el monte Ontake (situado entre Gifu y Nagano), sobre el que también había un nivel 1 de alerta, entró en erupción acabando con la vida de 58 personas y dejando a otras 5 en paradero desconocido.

La predicción precisa de las erupciones volcánicas difiere según el volcán. Se cuentan con numerosos datos del Sakurajima, que entra en erupción centenares de veces al año, y esto permite hacer predicciones más acertadas basadas en el reconocimiento de las señales que advierten su actividad. Por el contrario, apenas se cuenta con datos de volcanes que no han entrado en erupción en décadas o en cientos de años, lo que hace muy complicado predecir cuándo presentarán más actividad. Es peligroso asumir que un volcán es seguro porque no ha entrado en erupción en años recientes o porque ha sido catalogado con un nivel 1 de alerta.

Fotografía del encabezado: El volcán Shinmoedake en erupción en 2011, © PIXTA.

desastres erupción Volcanes