Datos de Japón

‘Mottainai!’: en Japón se desperdician unos 6,5 millones de toneladas de comida al año

Sociedad

Cada día la cantidad media de comida desechada por una persona en Japón podría llenar hasta arriba un cuenco de arroz. Este desperdicio de comida se contradice con la baja autosuficiencia alimentaria del país, cuya tasa se encuentra en torno a un 40 %.

Wangari Maathai, la primera ecologista galardonada con el Premio Nobel de la Paz, admiraba tanto el concepto japonés de mottainai que trató de promover el uso habitual de este término en todo el mundo para proteger el medioambiente.

Parece no obstante que Japón, el país que legó al mundo el concepto de mottainai, desperdicia una enorme cantidad de comida. Las estadísticas reunidas por el Gobierno muestran que en el año fiscal 2015 la cantidad de “comida desperdiciada”—definida como la comida destinada al consumo que se queda sin vender, supera su fecha de caducidad o es desechada—alcanzó los 6,46 millones de toneladas. Esto se traduce en una media diaria de comida desperdiciada de más o menos un cuenco de arroz lleno por persona, aproximadamente 136 gramos. Por otra parte, la tasa de autosuficiencia alimentaria de Japón en 2015 fue tan solo del 39 %. En otras palabras, a pesar de la gran dependencia que tiene de las importaciones, Japón continúa tirando a la basura una enorme cantidad de comida.

Una de las causas de este desperdicio de comida es la práctica conocida en el mundo de la distribución comercial como la “regla del tercio”. Bajo esta práctica los productores de alimentos y los mayoristas deben entregar los alimentos a las tiendas durante el primer tercio del período que va desde la fecha de producción hasta la fecha de caducidad. Si no logran cumplir con esta fecha límite, los minoristas tienen derecho a rechazar la entrega de los pedidos. Esta práctica fue ideada para asegurar que se ofrece a los consumidores unos productos alimentarios con una calidad consistente, pero en Japón las limitaciones son mucho más estrictas que en otros países, lo que provoca que los productores de alimentos y los mayoristas tengan que desechar una gran cantidad de comida que no presenta problemas de calidad. Con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca se ha establecido una comisión para repensar las prácticas comerciales de los productores de alimentos y los mayoristas. Entre las iniciativas puestas en marcha se incluye una flexibilización del período de tiempo de entrega de un tercio a la mitad en el caso de las bebidas y los snacks.

También ha habido un aumento en el número de organizaciones de “bancos de alimentos” que suministran a las instituciones de bienestar social y a personas que viven en la pobreza comida sin coste alguno mediante la recuperación de “stock muerto”: productos en circulación o almacenados cuya fecha de caducidad se acerca, productos que no cumplen con los criterios óptimos de calidad en el proceso de fabricación y productos no consumidos en los hogares.

De acuerdo con los datos del ministerio, a 31 de enero de 2017 había en Japón 77 organizaciones de bancos de alimentos, lo que indica que su número se ha multiplicado por seis en un período de 10 años. El índice de pobreza relativa en Japón, que indica la proporción de personas con bajos ingresos respecto al total de la población, fue del 15,6 % en 2017. Este nivel es notablemente mayor que la media del 11,4 % del 2013 entre los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Aunque Japón es un país próspero, muchos de sus ciudadanos viven en la pobreza. A pesar de que depende de las importaciones para abastecerse de alimentos, Japón también está desperdiciando una gran cantidad de comida. Se espera que las acciones de los bancos de alimentos puedan ayudar a mitigar hasta cierto punto estas contradicciones.

Alrededor de la mitad de toda la comida desperdiciada procede de los hogares. Un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca reveló que en torno al 20 % de la basura orgánica generada en las viviendas consiste en alimentos no consumidos, y que cerca de un cuarto de esos alimentos eran productos desechados antes de su fecha de caducidad. Junto al Ministerio de Medioambiente, este ministerio está haciendo hincapié en la importancia de las iniciativas surgidas en los mismos hogares para reducir el desperdicio de comida, animando a los ciudadanos a no comprar demasiado y a utilizar y consumir todo lo que adquieren.

(Fotografía del encabezado: © Pixta.)

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