Datos de Japón

La popularidad de las bibliotecas contrasta con el aparente abandono del hábito de lectura en Japón

Sociedad

Las bibliotecas reciben cada año a más usuarios. Se podría decir que el fenómeno de la pérdida del hábito de lectura de libros impresos (katsuji banare) aún no está tan extendido como se cree.

Según los datos estadísticos recogidos por la Asociación de Bibliotecas de Japón, en 2017 el número total de libros disponibles en las bibliotecas públicas del país alcanzó los 442,82 millones de ejemplares, y se hicieron 691,47 millones de préstamos bibliotecarios. Aunque no se ha alcanzado la cifra de préstamos de 710,00 millones que se registró durante cuatro años entre 2010 y 2013, sigue siendo un volumen alto.

Si observamos la evolución de los datos desde el año 1993, veremos que el número de fondos bibliográficos y la cifra de préstamos prácticamente han aumentado de forma ininterrumpida al mismo tiempo que el número de usuarios registrados. Las nuevas facilidades ofrecidas por las bibliotecas para que los usuarios puedan hacer uso de ellas han contribuido sin duda a mantener su popularidad. La extensión de sus horarios para que las personas trabajadoras puedan acceder a las mismas al terminar sus jornadas laborales particularmente en las ciudades o el aumento del número de libros que pueden tomar en préstamo al mismo tiempo son algunas de estas medidas. Por otra parte, a medida que la población envejece, muchas personas jubiladas optan por pasar la tarde en la biblioteca.

La situación que viven en la actualidad las bibliotecas parece sugerir que no está ocurriendo la tan cacareada pérdida del hábito de lectura de libros impresos (katsuji banare) entre los japoneses. No obstante, también se ha criticado que la situación actual podría ser problemática.

No son pocos los usuarios habituales que envían peticiones de compra de fondos bibliotecarios para poder leer novedades editoriales casi al mismo tiempo que son lanzadas al mercado. Por otra parte, las bibliotecas que quieren aumentar el número de préstamos que hacen tienden a comprar numerosos ejemplares de las novedades editoriales más exitosas a modo de servicio para sus usuarios.

Aunque hay otras razones por las que las ventas de novedades editoriales se están reduciendo como la creciente adicción a los teléfonos inteligentes o la proliferación de sitios web que venden libros de segunda mano, tanto las editoriales como los autores apuntan que este tipo de prácticas por parte de las bibliotecas son también culpables de la crisis del sector editorial.

(Fotografía del encabezado: PIXTA.)

Industria editorial Japonés