Fragmentos de Japón

Karaoke

Sociedad Cultura

El karaoke aparece por primera vez en Japón en 1970, cuando se inventó la posibilidad de cantar al son de una melodía grabada previamente siguiendo la letra de la canción en un libro. Hoy este invento se ha extendido por todo el mundo.

Más de 100.000 canciones

Buscando una canción en el panel táctil

Un cartel luminoso con las palabras “Karaoke” destaca en la fachada de los edificios donde se puede encontrar este lugar de recreo. Lo primero que uno encuentra al entrar es la recepción. Una vez el cliente indica el número de personas y el tiempo que desea estar en el karaoke, será conducido a una habitación más grande o más pequeña, desde la que podrá pedir algo para beber y comer mientras canta sus canciones favoritas. Prácticamente todos los karaokes funcionan igual, con pequeñas diferencias dependiendo del fabricante.

Para empezar a cantar sólo tenemos que buscar el número de referencia de la canción que queramos elegir en el grueso libro de canciones o en el menú del panel táctil. Después de seleccionar las canciones y enviarlas al dispositivo a través del panel táctil, aparecerán en la pantalla y empezarán a sonar en orden de manera automática.

El libro de canciones contiene más de 100.000 nombres de artistas y temas, por lo que puede ser un tanto engorroso buscar ahí. No obstante, en el panel táctil podemos encontrar de manera sencilla las canciones buscando por el nombre del artista, de la canción, la década o alguna palabra clave de su título. Además de en japonés, hay canciones en inglés, chino, coreano y algunas en español, además de las populares “anison” (temas de series y películas de anime).

Un sistema por horas con ofertas especiales

Al principio los karaokes funcionaban con cintas magnetofónicas y tarjetas que incluían las letras de las canciones. Poco a poco fueron introduciendo imágenes y sistemas más sofisticados, hasta el punto que hoy cada canción viene acompañada de un vídeo y se puede leer la letra del tema que estemos cantando también en la pantalla. Además es posible cambiar la altura en la escala y el tempo, e introducir efectos, como el eco, de manera sencilla, así como elegir canciones en las que se puede oír la voz del cantante original para poder practicar. Algunas máquinas también evalúan y puntúan la habilidad del que canta, y para animar aún más la reunión algunos karaokes ofrecen al cliente instrumentos como panderetas y maracas.

Normalmente el cliente puede cantar todas las canciones que quiera pagando la tarifa del tiempo que decida estar (una hora, por ejemplo) más una bebida.

El precio del karaoke cambia dependiendo del horario. Por ejemplo, los días laborables al mediodía el precio es más barato, pero aumenta en horario nocturno y los fines de semana. También hay karaokes para personas con mayor poder adquisitivo, y habitaciones de distinta clase y amplitud y con diferentes servicios. Además, muchos de los karaokes funcionan durante 24 horas, por lo que se convierten en un lugar idóneo para continuar la fiesta después de ir de copas, o para que aquellos que han perdido el último tren pasen la noche entretenidos hasta la mañana. Aunque se cobra aparte de la tarifa de la habitación, también ofrecen una variedad de comidas y bebidas, algunos incluso con una oferta de “barra libre” de bebidas, por lo que se convierten en un lugar ideal para celebrar una fiesta en la que se puede beber, comer, bailar y cantar libremente. Es por esto que hay personas que pasan muchas horas en el karaoke.

Un cliente canta leyendo la letra de la canción en la pantalla

La idea del “karaoke box” nació de los contenedores de carga

Al principio el karaoke era un entretenimiento de bares y hoteles, en los que se cantaba delante de toda la clientela. En 1985 apareció el primer “karaoke box” independiente en el que se utilizaban como habitaciones individuales unos contenedores de carga como los que se pueden ver en los puertos, aunque reformados, una idea que pronto se convirtió en un gran éxito. Obviamente la ventaja de este modelo de karaoke es que en la habitación solo están presentes amigos y compañeros, personas entre las que hay más confianza.

Entre los japoneses hay muchas personas tímidas que no se sienten cómodas cantando delante de desconocidos, razón por la que estos “karaoke box” con habitaciones individuales han alcanzado estas cotas de éxito. Desde la década de 1990 ha venido aumentando el número de edificios que disponen de habitaciones individuales llamadas “karaoke room” en todo el país. Esto abrió las puertas a esta diversión para muchos jóvenes que aún no contaban con edad para beber alcohol, y por lo tanto no podían acudir a los tradicionales bares con karaoke. 

El extraño boom del karaoke para solitarios

Aunque el éxito de los karaokes tiene su razón de ser en las personas que desean cantar y divertirse con sus amigos, en Japón también ha surgido un extraño boom de personas que disfrutan en soledad del karaoke. “Quiero liberar el estrés cantando libremente en soledad”, o “quiero practicar para cantar mejor” son algunas de las razones que pueden escucharse entre las personas que van solas al karaoke. Por ello están proliferando también en la actualidad habitaciones más pequeñas para una sola persona, donde uno puede concentrarse únicamente en cantar y divertirse.

Algunas páginas de interés sobre karaokes para los extranjeros en Japón:

Fiesta: http://www.fiesta-roppongi.com/en/ (bilingüe)
smash hit: http://www.smashhits.jp/ (bilingüe)
Bruce: http://www.yokara-bruce.jp/ (bilingüe)
Mapa de los karaokes con canciones extranjeras en Japón: http://www.lets-yokara.com/map/index.html (japonés)

Fotografía cortesía de Mun Keat LooiRobyn Lee

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