Fragmentos de Japón

Las casas tradicionales de Japón

Sociedad Cultura

Una casa tradicional japonesa es una construcción arquitectónica de madera de una o dos plantas. Al entrar en una de estas casas pasamos al genkan, donde nos descalzamos. Las puertas corredizas enrejadas shōji y el suelo de tatami, fabricados con materiales de la naturaleza, son elementos fundamentales de una habitación japonesa y permiten aprovechar ampliamente los espacios pequeños, haciendo posible adaptar de manera inteligente la habitación a las distintas variaciones del clima japonés. Son casas con una buena ventilación, aunque tienen sus inconvenientes cuando llega el frío invierno.

El lugar en el que nos descalzamos

El estilo de vida en una casa japonesa está marcado por las peculiaridades de cada uno de sus elementos tradicionales: el pasillo (engawa) desde el que se observa el soleado jardín, el suelo de tatami elaborado con juncos y los paneles corredizos fusuma que dividen las habitaciones.

La costumbre de descalzarse en el genkan al entrar en la casa perdura incluso hoy a pesar de haber aumentado el número de casas de estilo occidental. Es en otros países donde cada día son más las personas que están adoptando esta costumbre. En el genkan japonés hay un espacio conocido como tataki en el que uno se descalza. Las casas tradicionales japonesas se han adaptado a los frecuentes terremotos, tifones y lluvias torrenciales que ocurren en el país, entre otros desastres naturales. Por ello el suelo del interior de la vivienda suele estar elevado sobre el terreno, más alto que el genkan, como medio de protección ante inundaciones y frente a la abundante humedad. En el tataki uno puede sentarse en el suelo de la casa para descalzarse o ponerse los zapatos con mayor facilidad, y también hay un espacio conocido como getabako (literalmente, la caja de las geta) donde se guardan los zapatos.

Genkan de una casa tradicional: a la izquierda, el getabako. La parte inferior es el tataki.

Las casas japonesas también están preparadas para la época de las lluvias y tifones. El agua que cae sobre el tejado resbala hacia los aleros (nokisaki) y es conducida al suelo o hacia un desagüe a través de unos canalones (amadoi) que terminan en unas cajas metálicas unidas a unas cadenas por las que resbala suavemente el agua, un elemento típico en la arquitectura tradicional nipona. Con esta medida se evita que la vivienda se deteriore a causa de la lluvia.

Los canalones (amadoi) unidos a la cadena que lleva el agua hasta el suelo.

Controlando la humedad con el tatami, los paneles fusuma y las puertas corredizas enrejadas shōji

Una habitación japonesa tradicional, como las que aparecen en el cine de samuráis o en mangas como Botchan no jidai (En tiempos de Botchan), cuenta con paneles corredizos fusuma y puertas enrejadas shōji hechas de madera y papel japonés (washi) que hacen las veces de paredes y que no se cierran con llave. Para entrar en la habitación primero se pide permiso desde fuera y luego se arrastra el shōji o el fusuma con ambas manos. Los fusuma son utilizados para establecer divisiones entre las habitaciones y pueden ser retirados cuando sea necesario. A diferencia de las paredes, estos paneles permiten configurar con libertad el espacio de la habitación.

Las puertas shōji con sus bastidores enrejados de madera y el papel japonés que los tapa permiten que entre en la habitación la luz del sol tamizada al tiempo que evita que se pueda ver el interior de la casa desde fuera. Este elemento, que surgió como medida para adaptarse al clima cálido y húmedo de Japón, permite ventilar el hogar de forma sencilla y es útil para protegerse de la humedad. Existen además varios tipos de shōji, siendo uno popular el llamado yukimi shōji que cuenta con una pequeña ventana de cristal desde la que se puede observar el jardín.

Un tatami, cuya materia prima son juncos, mide 1,62 ㎡ y es capaz de absorber alrededor de 500cc de agua, una humedad que libera cuando el ambiente de la habitación es seco. Al entrar en una habitación con tatami lo primero que se percibe es un leve olor a juncos. La elasticidad que le otorga al tatami esta planta hace que sea muy cómodo sentarse o tumbarse sobre él, y no sólo eso, este mismo material natural también purifica el aire de la habitación.

(A la izquierda) Juncos, la materia prima de los tatami. (A la derecha) Tatami

Todo salón de una casa tradicional japonesa dispone un espacio importante conocido como tokonoma pensado para agasajar la vista de los invitados en el que se cuelga un rollo desplegado con una caligrafía o un cuadro, y se dispone de un jarrón con un arreglo floral ikebana, un incensario, o una cerámica, un conjunto que debe ser representativo de la estación.

A la derecha, en el fondo, el tokonoma con una pintura y un arreglo floral. El suelo de la habitación es de tatami, y a la izquierda se puede apreciar el fusuma. Las ventanas, a la derecha, son de shōji.

Ya no quedan tantas habitaciones de estilo puramente japonés, aunque por otra parte hoy tiene mucho éxito el estilo japonés dentro de diseños de corte occidental, con pequeños espacios de suelo de tatami para poder acostarse, shōji sustituyendo a las cortinas y lámparas que utilizan papel japonés. Hay muchos pedidos desde el extranjero de este tipo de elementos.

Yukimi shōji (una ventana doble con un cristal. Al subir el shōji se destapa el cristal que deja ver el jardín).

El furo está separado del resto del baño

Los baños japoneses no son como la mayoría de baños occidentales donde todo está en el mismo espacio. En un baño tradicional japonés el furo y el inodoro están en habitaciones separadas. En la parte del furo hay una bañera para sumergir el cuerpo en el agua caliente y un espacio para lavarse el cuerpo. En ningún caso se entra en la bañera enjabonado ni se lava el cuerpo en ella. Inmediatamente fuera del furo hay una habitación para cambiarse de ropa. En las casas de Japón es común que toda la familia comparta el agua de la bañera por turnos. Si nos invitan a una casa japonesa es importante tener cuidado de no utilizar jabón dentro de la bañera ni de quitar el tapón después de haber utilizado el agua caliente.

En cuanto al inodoro que se encuentra en una habitación separada, antiguamente solía ser del estilo que obligaba a ponerse en cuclillas, pero hoy están aumentando los inodoros de estilo occidental con tazas calefactadas y con alta tecnología.

Hiiragiya, la bañera de un ryokan y el espacio para lavarse el cuerpo.

Dormir en una casa de madera y papel envuelto en un futon que huele a sol

Aunque hoy cada vez más personas duermen en camas, una encuesta realizada por Nifty en 2013 reveló también que todavía un 50 % de las personas duermen en futon sobre tatami, por lo que el número de usuarios de esta tradicional colchoneta sigue siendo amplio. Dormir en futon nos permite tener más espacio en la habitación el resto del día, ya que se puede plegar y guardarlo en el armario cuando no se usa. Limpiar el futon es muy sencillo, ya que solo basta con sacarlo al sol para que se seque, se desinfecte y vuelva a estar mullido y suave. Durante el invierno, especialmente frío en las casas japonesas tradicionales, además de utilizar el kotatsu o la estufa para entrar en calor, es común saltar del ofuro al futon calentado previamente por una bolsa de agua caliente para no enfriarse.

Un futon y sus accesorios.

Alojarnos en casas antiguas restauradas y convertidas en hoteles o ryokan nos permite viajar y disfrutar de los materiales naturales y sentir cómo era la vida en el Japón de antaño. No pierdan la oportunidad de experimentar por sí mismos este estilo fabricado a mano con madera y papel que cuenta con una tradición milenaria, un lugar de reposo y paz.

Ilustración del encabezado: un gato descansa al sol frente al jardín.

Créditos de las fotografías:
Genkan  TANAKA Juuyoh
Yukimi shōji  Halfrain
Hiiragiya  Caldwell Bishop
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