Los colores del otoño en Kankakei, una garganta con vistas al mar Interior de Seto

Naturaleza Turismo

Este enclave cuenta con paisajes pintorescos de rocas con formas extrañas provocadas por muchos años de tectonismo y erosión. El visitante podrá contemplar la garganta Kanka teñida con los colores otoñales y las preciosas aguas del mar Interior de Seto.

“Doce paisajes por delante y ocho por detrás” (Omote 12-kei, ura 8-kei, en japonés) es una expresión que alude a las vistas de la garganta de Kanka —o Kankakei—, situada en Shōdoshima (Kagawa); concretamente, hace referencia a las dos rutas de senderismo que llevan hasta un mirador a 612 metros de altura, en las cercanías de la estación Sanchō (cumbre) del teleférico. Si se asciende por el camino delantero, en la parte occidental, se pueden contemplar 12 vistas, mientras que, si se sube por la senda trasera, en la parte oriental, se verán ocho paisajes. Se trata, en ambos casos, de estampas de gran belleza.

Las vistas impresionantes de Kankakei, que forma parte del Parque Nacional del mar Interior de Seto, se cuentan entre los tres paisajes de gargantas más bellos de todo Japón. Desde Hoshigajō, el pico más alto de la isla (816 metros), se extiende el precioso paisaje que conforman los aglomerados erosionados en una pendiente al sur, de ocho kilómetros, que atraviesa la altiplanicie Utsukushinohara (777 metros). Aunque Shōdoshima es famosa por sus aguas cristalinas y sus playas bonitas y, por lo tanto, se asocia a menudo con el verano, muchos turistas visitan la isla en otoño para admirar los colores propios de esta estación, que adornan las rocas de los barrancos de la garganta.

Vista del mar Interior de Seto desde Kankakei. La vegetación de la garganta se tiñe de colores preciosos en otoño.
Vista del mar Interior de Seto desde Kankakei. La vegetación de la garganta se tiñe de colores preciosos en otoño.

Atardecer sobre el mar Interior de Seto. Destacan en la imagen las hojas rojas de la montaña y las luces en las inmediaciones del puerto de Kusakabe.
Atardecer sobre el mar Interior de Seto. Destacan en la imagen las hojas rojas de la montaña y las luces en las inmediaciones del puerto de Kusakabe.

La mejor forma de ver Kankakei es en teleférico. Este medio de transporte, cuya ruta surca los cielos del valle profundo, se renovó en julio de 2015; la cabina está equipada con ventanas amplias que permiten admirar la belleza de la garganta y del mar Interior de Seto durante el trayecto. Desde la estación Kōun del teleférico, situada cerca de una cabaña llamada Kōuntei, se tarda solo cinco minutos en llegar a la estación Sanchō. La bajada se puede hacer andando, tanto por el sendero delantero como por el trasero; la caminata hasta las inmediaciones de la cabaña tiene una duración aproximada de una hora. Lo normal es subir de una vez en teleférico y bajar a pie para ir viendo el paisaje con calma.

El teleférico impresiona y conmueve a partes iguales a su paso entre las rocas. El trayecto dura cinco minutos.
El teleférico impresiona y conmueve a partes iguales a su paso entre las rocas. El trayecto dura cinco minutos.

Los colores del otoño en la garganta vistos desde Shibōchō, el primero de los 12 paisajes de la ruta delantera. En el centro, a la derecha, se ve Eboshiiwa.
Los colores del otoño en la garganta vistos desde Shibōchō, el primero de los 12 paisajes de la ruta delantera. En el centro, a la derecha, se ve Eboshiiwa.

Los colores del otoño en Sekimondō, uno de los ocho paisajes de la ruta trasera. En la pared rocosa hay una estatua de piedra de la deidad budista Fudō Myō-ō.
Los colores del otoño en Sekimondō, uno de los ocho paisajes de la ruta trasera. En la pared rocosa hay una estatua de piedra de la deidad budista Fudō Myō-ō.

Horagaiiwa, otro de los ocho paisajes de la ruta trasera. En ambos senderos hay numerosas rocas curiosas: Hikigaeruiwa, Shikaiwa, Matsutakeiwa...
Horagaiiwa, otro de los ocho paisajes de la ruta trasera. En ambos senderos hay numerosas rocas curiosas: Hikigaeruiwa, Shikaiwa, Matsutakeiwa...

Desde la estación Sanchō se puede hacer senderismo hasta el monte Hoshigajō, situado en la parte oriental. Hoshigajō consta de dos picos, uno al este y otro al oeste; hasta el oriental, el más alto del mar Interior de Seto, hay una distancia aproximada de 2,3 kilómetros. A lo largo de la ruta se pueden visitar varios lugares de interés, entre ellos los santuarios Azukishima y Hoshigajō y las ruinas del castillo de Hoshiga.

El castillo de Hoshiga lo construyó Sasaki Nobutane, miembro de una familia influyente de la península de Kojima (Bizen, la actual prefectura de Okayama), durante el período de las cortes del Norte y del Sur. Se cree que en esta construcción entre montañas se aprovechó el relieve natural del terreno para erigir una fortaleza de gran tamaño rodeada de barrancos y precipicios. En otoño el sendero se cubre completamente de hojas rojas y amarillas caídas de los árboles, como si se tratara de una alfombra naranja. Desde la cima se puede admirar la magnífica estampa del mar Interior de Seto en todo su esplendor.

“Alfombra” de hojas en el camino que conduce al santuario Azukishima o Azuki.
“Alfombra” de hojas en el camino que conduce al santuario Azukishima o Azuki.

En la cima del pico oriental hay un monumento de piedra que indica que ese era un lugar de culto en otros tiempos.
En la cima del pico oriental hay un monumento de piedra que indica que ese era un lugar de culto en otros tiempos.

Vistas desde el pico oriental del monte Hoshigajō.
Vistas desde el pico oriental del monte Hoshigajō.

Se recomienda disponer de coche para ir a Kankakei. Se puede alquilar en la propia isla o llegar a ella a bordo de un ferri que transporta vehículos y pasajeros. La estación Sanchō tiene aparcamiento, por lo que hay muchas personas que hacen el camino de bajada a pie, disfrutando del paisaje, y regresan en teleférico. La zona es perfecta para viajar en coche: por la parte oriental de la estación Sancho transcurre la carretera Kankakei; por la zona occidental, Shōdoshima Skyline.

Si se circula durante unos 15 minutos por Shōdoshima Skyline en dirección oeste desde la estación Sanchō, se llega a la altiplanicie Utsukushinohara. Allí se encuentra el mirador Shibōzashi, desde donde se puede disfrutar del paisaje sin nada que entorpezca la vista en un radio de 60 kilómetros, se mire en la dirección que se mire. No en vano se decía antiguamente que allí había vistas de siete castillos, 18 provincias, cien islas y seis montañas altas.

Los colores del otoño en la carretera Kankakei, también conocida como Blue Line. Figura en la lista de las Cien mejores carreteras de Japón.
Los colores del otoño en la carretera Kankakei, también conocida como Blue Line. Figura en la lista de las Cien mejores carreteras de Japón.

Kiyotakisan, un templo budista donde se reparten tablillas consagradas. Está en la carretera Kankakei.
Kiyotakisan, un templo budista donde se reparten tablillas consagradas. Está en la carretera Kankakei.

Los colores del otoño desde las vastas tierras de Shibōzashi.
Los colores del otoño desde las vastas tierras de Shibōzashi.

Los colores del otoño en Chōshikei, una garganta a la que se llega en coche desde Utsukushinohara. Basta con ir en dirección oeste por Shōdoshima Skyline.
Los colores del otoño en Chōshikei, una garganta a la que se llega en coche desde Utsukushinohara. Basta con ir en dirección oeste por Shōdoshima Skyline.

Además de Kankakei, Shōdoshima cuenta con un sinfín de lugares turísticos, entre los cuales destacan Angel Road, un camino por el que solo se puede ir cuando baja la marea; Kasaneiwa, una roca situada en el santuario Kose Ishizuchi, y los arrozales en terrazas o andenes de Nakayama, famosos por la procesión con antorchas para espantar a los insectos que se comen las cosechas. Merece la pena ir al menos una vez en la vida a la más turística de todas las islas remotas del archipiélago nipón.

Atardecer en Angel Road, un lugar que rezuma romanticismo.
Atardecer en Angel Road, un lugar que rezuma romanticismo.

Kasaneiwa, una roca situada en el santuario Kose Ishizuchi. Se encuentra en el extremo occidental de la isla y se cree que es un lugar de mucha energía espiritual.
Kasaneiwa, una roca situada en el santuario Kose Ishizuchi. Se encuentra en el extremo occidental de la isla y se cree que es un lugar de mucha energía espiritual.

Procesión con antorchas para espantar a los insectos que se comen las cosechas en los arrozales en terrazas o andenes de Nakayama, una práctica tradicional cuyo origen se remonta a hace unos tres siglos.
Procesión con antorchas para espantar a los insectos que se comen las cosechas en los arrozales en terrazas o andenes de Nakayama, una práctica tradicional cuyo origen se remonta a hace unos tres siglos.

Cómo llegar a Kankakei (hasta la cabaña Kōuntei)

Desde el puerto de Kusakabe: se tarda unos 15 minutos en autobús hasta Kōuntei, la última parada de la línea Kankake (Shōdoshima Olive Bus).

Desde el puerto de Tonoshō: para este trayecto, de una hora de duración, hay que tomar primero un autobús de la línea Sakate o de la Fukuda (dirección sur) hasta el puerto de Kusakabe y cambiar allí a la línea Kankake.

Texto e imágenes: Kuroiwa Masakazu.

Imagen del encabezado: La belleza de la garganta Kanka, marcada por el contraste entre las rocas y los colores otoñales.

(Traducción al español del original en japonés.)

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