‘Toshidon’, las deidades visitantes de Koshikishima

Cultura Vida

Los raihōshin de Japón, unas deidades enmascaradas que realizan visitas rituales en días clave del año, son desde 2018 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Los toshidon de Koshikishima, en Kagoshima, son uno de estos dioses que llegan el último día del año.

Deidades con colmillos que llegan en Nochevieja

En Nochevieja, los raihōshin, unas deidades con narices largas y colmillos afilados, visitan los hogares donde hay niños gritando: “¡Oye! ¡Oye! ¿Está el niño en casa? ¡Venid y abridnos la puerta!”. Son los toshidon, cuyas visitas a la comunidad son una tradición anual de Koshikishima, prefectura de Kagoshima.

Los toshidon llevan máscaras de varios colores que son tan encantadoras como aterradoras.
Los toshidon llevan máscaras de varios colores que son tan encantadoras como aterradoras.

El toshidon de Koshikishima fue designado como un importante bien cultural folclórico inmaterial de Japón en 1977, y fue inscrito en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en 2009. Con la adición en noviembre de 2018 de otras nueve celebraciones de este tipo, incluido el famoso namahage de Oga, en la prefectura de Akita, estas visitas rituales del cambio de año están atrayendo un interés renovado.

Koshikishima, una zona de la ciudad de Satsumasendai en la prefectura de Kagoshima, consiste en tres islotes en el mar de la China Oriental localizados a unos 25 kilómetros al oeste de la isla principal de Kyūshū. El más septentrional de estos islotes es Kami Koshikishima, seguido de Naka Koshikishima y Shimo Koshikishima. Es en Shimo Koshikishima, el islote más meridional del grupo, donde se ha mantenido la tradición del toshidon. Aunque el origen y la historia de la celebración son inciertos, la palabra está formada por toshi, que hace referencia a los toshigami sintoístas, las deidades del año que van de casa en casa en Año Nuevo, y don, el equivalente al sufijo del nombre -san en el dialecto de Kagoshima.

Atardecer del último día del año sobre la bahía de Teuchi, en la costa sur de Shimo Koshikishima.
Atardecer del último día del año sobre la bahía de Teuchi, en la costa sur de Shimo Koshikishima.

Elogiando lo bueno, advirtiendo sobre lo malo

Se dice que los toshidon descienden de los cielos montados en caballos sin cabeza para aterrizar en las altas cumbres de las montañas o en grandes rocas. Por la noche, en la víspera de Año Nuevo, los jóvenes de la isla se ponen los trajes de toshidon en lugares donde no serán vistos por los niños. Luego, acompañados por sirvientes llamados tsukishi, visitan las casas donde viven niños con edades comprendidas ente los 3 y los 8 años.

Un toshidon se mueve a través de la oscuridad hacia las casas con niños. El pelo está hecho de corteza de palmera, y los lados de la máscara están adornados con una melena hecha de hojas de palma de sagú.
Un toshidon se mueve a través de la oscuridad hacia las casas con niños. El pelo está hecho de corteza de palmera, y los lados de la máscara están adornados con una melena hecha de hojas de palma de sagú.

Aunque las apariencias específicas varían de un lugar a otro, todos los participantes llevan máscaras de ogro oni hechas de materiales como corteza de palmera, hojas de palma de sagú y papel, y cubren sus cuerpos con capas o ponchos de lluvia hechos de paja. Luego entran en una casa determinada al grito de “¡Oye! ¡Oye! ¿Está el niño en casa? ¡Venid y abridnos la puerta!”. En la comunidad de Teuchifumoto, en la parte sur de la isla, el ritual se lleva a cabo de la manera tradicional, en habitaciones oscuras con solo una pequeña luz encendida.

Para los locales, los toshidon son seres venerados, y los niños se comportan de la mejor manera, encontrándose con las deidades de rodillas y cuidando de hablarles educadamente.

En esta habitación poco iluminada, un niño se pone de pie mientras escucha a los toshidon hablar.
En esta habitación poco iluminada, un niño se pone de pie mientras escucha a los toshidon hablar.

Habiendo visto todo desde los cielos, los toshidon hablan con los niños sobre su comportamiento en el último año, advirtiéndoles sobre las cosas malas que han hecho y elogiándolos por las buenas. También hacen que los niños canten y bailen y hagan propósitos de Año Nuevo. Por último, regalan toshimochi, un tipo de pasta de arroz mochi que se da como recompensa, y lo colocan en las espaldas de los niños, que se ponen de rodillas para ello. Aunque muchos niños lloran de miedo, al observar todo el ritual se siente un cariñoso deseo de ver a estos niños crecer fuertes y honrados.

El acto final consiste en colocar pasta de arroz toshimochi en las espaldas de los niños.
El acto final consiste en colocar pasta de arroz toshimochi en las espaldas de los niños.

Se cree que las pastas de arroz toshimochi, tanto voluminosas como pesadas, son la forma original de los regalos de Año Nuevo para los niños conocidos como otoshidama.
Se cree que las pastas de arroz toshimochi, tanto voluminosas como pesadas, son la forma original de los regalos de Año Nuevo para los niños conocidos como otoshidama.

Toshidon, una tradición que se hereda de generación en generación

Estos niños, que cada año son alabados y regañados por los toshidon, se convierten en sirvientes tsukishi para los toshidon y hacen las rondas a medida que crecen. Así aprenden los procedimientos y acciones, y se hacen cargo de los toshidon cuando se convierten en adultos, heredando el ritual para mantenerlo para las generaciones futuras.

Hay seis asociaciones de preservación de toshidon en Shimo Koshikishima, y se dice que, en épocas anteriores, visitaban casi 20 hogares en cada aldea en una noche. Sin embargo, como en la isla hay cada vez menos niños, a finales de 2018 solo tres comunidades realizaron las visitas de toshidon, y solo cuatro hogares fueron visitados por la asociación de preservación de toshidon de Teuchifumoto. Se espera que este evento tradicional, que vino observando a los niños de la isla crecer sanos y fuertes, se mantenga y se siga transmitiendo.

Este letrero colocado frente a la escuela primaria de Teuchi es una promesa de una niña de segundo grado: “Me portaré bien, así que cuídame”. Los toshidon son vitales para el crecimiento de los niños de la isla como miembros de su comunidad.
Este letrero colocado frente a la escuela primaria de Teuchi es una promesa de una niña de segundo grado: “Me portaré bien, así que cuídame”. Los toshidon son vitales para el crecimiento de los niños de la isla como miembros de su comunidad.

Teuchi, Shimo Koshikichō Entrevista, texto y fotografías de Kuroiwa Masakazu (96BOX).

festival tradiciones Namahage Año Nuevo