Las hojas ornamentales, un negocio impulsado por el trabajo de mujeres de la tercera edad

Vida Economía Naturaleza

Una comunidad rural afectada por el avance del despoblamiento se ha revitalizado gracias a la producción de tsumamono, hojas y flores ornamentales para la comida japonesa, un negocio que también ha creado empleos amigables para las personas de la tercera edad.

Una localidad envejecida que rejuveneció gracias a las tsumamono

Las hojas y flores estacionales que adornan los platos de la gastronomía japonesa son llamadas tsumamono. Entre las más tradicionales se encuentran las hojas de momiji (arce enrojecido), las de bambú y las de nanten (nandina domestica).

Las hojas que adornan el sashimi se conocen como tsuma.
Las hojas que adornan el sashimi se conocen como tsuma.

En la localidad de Kamikatsu se producen más de 300 variedades de hojas, flores y hierbas de montaña.
En la localidad de Kamikatsu se producen más de 300 variedades de hojas, flores y hierbas de montaña.

Uno de los principales lugares productores de tsumamono es la localidad de Kamikatsu, en la zona montañosa de la prefectura de Tokushima. Estas se venden desde 1987 bajo la marca Irodori y han alcanzado ventas máximas de 260.000.000 de yenes al año. La mayoría de sus productores son mujeres mayores de 70 años y, actualmente, 145 horticultores participan en este negocio. Algunas mujeres han conseguido tal nivel de ingresos que han podido construir casas para que sus hijos regresen a la tierra que los vio nacer.

Kamikatsu cuenta con una población de 1.415 personas, la más baja de todos los pueblos de Shikoku. Más de la mitad son adultos de la tercera edad. En 1950 la cifra ascendía a 6.356 personas, pero comenzó a despoblarse tras el desmoronamiento de la silvicultura, industria que sostenía la localidad. Su economía se desplomó por completo, pero gracias al establecimiento de la nueva industria local de producción de hojas consiguió renacer de las cenizas.

Este ejemplo exitoso ha sido cubierto en los medios de comunicación bajo titulares como: “Abuelas de una zona rural ganan 10 millones de yenes al año cortando hojas” y sus historias han aparecido en publicaciones extranjeras tales como Times o Forbes. En 2012, la historia llegó a las pantallas de cine bajo el título Jinsei, Irodori (Una vida colorida).

Una mujer cosechando hojas de momiji.
Una mujer cosechando hojas de momiji.

Se despachan tras arreglar su aspecto.
Se despachan tras arreglar su aspecto.

En 2003, la localidad de Kamikatsu inició la campaña “cero residuos”, que tiene como objetivo reducir la cantidad de basura que se produce. Este proyecto, junto con el negocio de las hojas, busca revitalizar la región. En todo Japón existen montañas en las que se pueden cosechar hojas para tsumamono. Cada año, un gran número de observadores, que más que doblan la población local, viajan a Kamikatsu con la esperanza de materializar el éxito en nuevas regiones, pero no se sabe de otro caso igual.

Yokoishi Tomoji, presidente de Irodori, empresa del tercer sector que apoya a los cultivadores, explica que el éxito no solo se debe a la vegetación en sí, sino también a las personas. En el valle montañoso de Kamikatsu ya existían productores de flores y árboles, por lo que se contaba con una base que favorecía la elaboración de tsumamono. Además, otro gran factor es el carácter laborioso de la gente, gracias al cual no reniegan de trabajos pesados como cortar las hierbas de los campos mientras caminan.

Yokoishi Tomoji, fundador del “negocio de las hojas”.
Yokoishi Tomoji, fundador del “negocio de las hojas”.

Trabajos amigables y redituables para mujeres de la tercera edad

El comienzo del negocio de las hojas se remonta a 1981, año en el que se registró una ola de frío poco común que acabó con la cosecha de mandarinas, producto principal de los agricultores de la zona. Yokoishi entonces trabajaba como instructor agrícola de la cooperativa y propuso a los afectados que sembraran hongos shiitake. Sin embargo, para su producción se utilizan troncos de gran peso, algo que dificultaba el trabajo para las mujeres y personas de la tercera edad.

A los 28 años, luego de cinco años de búsqueda de un agroproducto adecuado, dio con las tsumamono. Una joven clienta de un restaurante se llevó la hoja de momiji que acompañaba su plato porque quedó fascinada con ella. Yokoishi pensó que era una gran opción ya que las montañas de Kamikatsu están repletas de árboles. Además, las hojas son ligeras y las mujeres podrían explotar su perspectiva de la belleza.

Creía que era un plan excelente, pero los habitantes locales le dijeron que eso se asemejaba más a un cuento de hadas, que las hojas no generarían ingresos y que era vergonzoso trabajar recogiendo hojas caídas. No obstante, cuatro mujeres confiaron en él y en febrero de 1987 hicieron su primer envío. Desgraciadamente, no vendieron nada al comienzo.

Desde el principio, sus productos se vendieron bajo el nombre Irodori. Ahora se ha convertido en una marca representativa de la localidad de Kamikatsu. En la fotografía aparece un paquete de hojas nanten.
Desde el principio, sus productos se vendieron bajo el nombre Irodori. Ahora se ha convertido en una marca representativa de la localidad de Kamikatsu. En la fotografía aparece un paquete de hojas nanten.

Yokoishi se dio cuenta de que desconocía lo que buscaban los cocineros, así que comenzó a recorrer restaurantes tradicionales ryōtei para estudiar los tipos de tsumamono y cómo se adornan los platos. Llevó a cabo su investigación sufragando los gastos con la mayor parte de su sueldo y comenzó a visitar como cliente restaurantes dentro y fuera de la prefectura.

De esta manera pudo enseñar a los productores cómo elegir hojas con el fin de que los cocineros las compraran, por ejemplo, empacándolas por tamaños para que fueran fáciles de combinar con la vajilla y seleccionando cuidadosamente las hojas por sus colores, forma y belleza, sin conformarse con la apariencia natural. También comprendió que la comida japonesa se adelanta a la estación, así que aprovechó la tecnología con la que contaban los productores de flores y árboles para cultivar las hojas con antelación. Los esfuerzos dieron resultados, las ventas crecieron y se estabilizaron. Paulatinamente, la gente comenzó a darse cuenta de que las hojas se estaban convirtiendo en dinero y más agricultores se unieron al negocio.

Los agricultores, que tienen una edad promedio por encima de los 70 años, revisan la información del mercado a través de internet.
Los agricultores, que tienen una edad promedio por encima de los 70 años, revisan la información del mercado a través de internet.

El factor principal del éxito fue la introducción de un sistema de información pionero. En 1999, año en el que se estableció la firma Irodori, se comenzó a utilizar el sistema de puntos de venta POS que proveía la información necesaria a los agricultores a través de computadoras. Para esto se necesitó una inversión de más de 100 millones de yenes, pero obtuvieron subvenciones gracias a que la empresa fue elegida como parte de un proyecto de experimentos prácticos del Ministerio de Comercio e Industria (actualmente Ministerio de Economía).

En ese entonces, muchos adultos mayores ni siquiera habían tocado una computadora, pero ahora, incluso utilizan las tabletas sin dificultades. La Red de Información de Kamikatsu que ofrece Irodori fortalece la motivación, ya que se puede observar el ranking de ventas y también ha ayudado a mejorar el análisis de la situación del mercado desde el momento de los envíos.

Las mujeres de la tercera edad trabajan con tanta energía que algunas incluso han dicho que sus ocupaciones no les permiten enfermarse. Además, han conseguido ingresos y se ha revitalizado la localidad. Yokoishi señala que esa es la cosecha más grande.

Una montaña colorida que ofrece una buena vida para todos

El negocio de las hojas ha cumplido 36 años, también se ha registrado un cambio generacional en la mano de obra. Ahora hay más productores que tienen aproximadamente 50 años. Sin embargo, esto no ha detenido el envejecimiento y la reducción poblacional de la localidad. Para Yokoishi, lo más importante en este momento para garantizar el futuro es la formación de agricultores jóvenes.

Irodori lleva ejerciendo el sistema de pasantía en colaboración con la autoridad de Kamikatsu durante 10 años y algunos de sus egresados han establecido negocios en la localidad. Muchos de los jóvenes que se mudan a la localidad cuentan con altas cualificaciones, algunos investigan sobre el cambio climático y otros han estudiado en el extranjero. La empresa buscó candidatos a la plantilla desde fuera de la localidad y la mayoría de los que trabajan actualmente vinieron de otros lugares y tienen entre 20 y 49 años.

La oficina (izquierda) de la empresa está en la de alquiler gestionada por la administración de la localidad.
La oficina (izquierda) de la empresa está en la de alquiler gestionada por la administración de la localidad.

Cuenta con ocho empleados, todos foráneos.
Cuenta con ocho empleados, todos foráneos.

Para Yokoishi el aumento de la población no es el objetivo principal de la revitalización regional. Su convicción es que al conseguir la creación de una sociedad circular aunque habiten menos de 1.500 personas se convertirá en una localidad sostenible. Esta es la filosofía Irodoriyama.

El 90 % de la superficie total de Kamikatsu es montañosa y está cubierta en su mayoría por cedros. Sin embargo, recientemente, la silvicultura ha decaído y no se ha dado mantenimiento a la zona. Esto incrementa el peligro de desastres como deslizamientos de tierra. Para hacer frente a esta situación se planea llevar a cabo un proyecto de gran envergadura que busca sustituir los cedros por árboles caducifolios de los que se pueda obtener tsumamono y, de esta manera, convertirla en una montaña colorida repleta de flores y arces.

El puente Irodori-bashi une las dos orillas del río Katsuura en el valle de Irodoriyama.
El puente Irodori-bashi une las dos orillas del río Katsuura en el valle de Irodoriyama.

Siembra de árboles que se convertirán en tsumamono en Irodoriyama.
Siembra de árboles que se convertirán en tsumamono en Irodoriyama.

En 2018, se inauguró el Centro de Prácticas de Irodoriyama como un centro de formación para productores de tsumamono. Aquí, los nuevos residentes pueden experimentar el trabajo en el campo y los visitantes observan los productos en una sala de exposiciones. El puente colgante sobre la corriente del río que divide la montaña de Irodoriyama es un lugar perfecto para una fotografía, además de que la zona está llena de atractivos turísticos tales como aguas termales y campamentos.

Los cedros talados se utilizan como biomasa en fábricas y posadas tradicionales. Además, la marca KINOF (tela de árbol), creada por Irodori, produce textiles hechos con cedro. Se circulan los recursos madereros que sostuvieron a la localidad para revitalizar la industria, el medioambiente y el turismo. Yokoishi señala que su objetivo es convertirse en el hombre que haga florecer Kamikatsu.

Los productos de KINOF, hechos de cedro, se caracterizan por ser absorbentes y antibacteriales.
Los productos de KINOF, hechos de cedro, se caracterizan por ser absorbentes y antibacteriales.

En las zonas rurales se espera que los foráneos que se instalan se involucren profundamente con la región. Además, para evitar las quejas, los nuevos proyectos tienen que generar beneficios locales. En el Kamikatsu de nuestros días, todo marcha viento en popa como ha quedado demostrado. El mismo Yokoishi no reside en la localidad, sino que lleva 44 años trasladándose desde la ciudad de Tokushima para trabajar. Al principio lo trataban como forastero, pero esa insatisfacción lo animó a involucrarse con la zona y a materializar el éxito del “negocio de las hojas”.

Al final, su trabajo era tan satisfactorio que contaba con la motivación necesaria. Las agricultoras de la tercera edad también disfrutan vendiendo sus hojas y trabajan hasta altas horas de la noche. Yokoishi confía en que la localidad se enriquecerá si aumenta el número de jóvenes que gozan de la vida en la provincia.

Fotografías: Irodori.
Reportaje y texto: Fujiwara Tomoyuki (equipo editorial de nippon.com)

(Traducido al español del original en japonés.)

Shikoku empresas japonesas Regiones Naturaleza