[Diapositivas] Zaidō, un festival en la nieve
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La ciudad de Kazuno, en la prefectura nororiental de Akita, alberga cada dos de enero un festival de música y danza tradicionales a cargo de intérpretes de cuatro poblaciones de la zona. Las celebraciones se realizan, bajo las densas nevadas, en el Dainichidō, un pabellón del santuario Ōhirumemuchi que se llena con las potentes voces de los jóvenes participantes. Los termómetros de la localidad, ubicada en la frontera con las prefecturas de Iwate y Aomori, llegan a situarse en torno a los 20 grados bajo cero.
Un festival en peligro constante de desaparecer
Las celebraciones, que se remontan a hace 1.300 años, han visto peligrar su continuidad en múltiples ocasiones: casi todos los documentos antiguos en los que estaba registrada esta historia quedaron reducidos a cenizas en múltiples incendios. Recurrir a la tradición oral transmitida por los ancianos se convirtió en el único recurso disponible para reproducir el festival. Además, una vez robaron una máscara cubierta de pan de oro que se empleaba durante las actuaciones, por lo que los responsables de las cuatro poblaciones decidieron suspender los actos.
La muerte repentina de quien transmitió las oraciones que se pronuncian en el escenario, que no habían sido registradas por escrito, suponía la pérdida de las mismas, por lo que en la actualidad se imita el gesto de recitar.
Un estricto ritual de purificación espiritual para los participantes
Los participantes en el festival deben someterse a un estricto ritual de purificación espiritual para ejecutar la danza y la música; a lo sumo, se realiza en 48 días. Durante este período, quienes estén casados deben dormir en habitaciones separadas. Además, se evita que haya partos en estos hogares; tampoco se acude a la casa de alguien que haya muerto. No se puede consumir carne. En su vida cotidiana, los intérpretes se ganan el pan en profesiones de diverso tipo, tales como carpintero, agricultor, bombero u oficinista. Las restricciones en la alimentación son sumamente estrictas para quienes se encuentran en su mejor momento laboral.
Por otra parte, en la actualidad existe una parte de los rituales de purificación que solo se lleva a cabo en una de las poblaciones; consiste en realizar abluciones con agua helada y a horas muy tempranas de la mañana en las que parece que el cuerpo va a congelarse. Esta práctica permite deshacerse de los pecados y las impurezas del alma.
El grave problema de la transmisión
La danza y la música de este festival se transmiten de generación en generación, en muchos casos en orden de sucesión; sin embargo, a veces resulta imposible encontrar a alguien que se haga cargo de estos conocimientos. Un claro ejemplo lo representa un baile interpretado por tres niños; la baja natalidad de Japón, entre otros factores, es la causa de que se haya llegado a esta situación sumamente complicada. La pasión por la tierra natal de quienes han superado un sinfín de obstáculos y continúan transmitiendo estas maravillosas tradiciones es fuente de esperanza y valor.
Imagen del encabezado: tres niños que interpretan una de las danzas del festival caminando por la nieve
(Traducción al español del original en japonés)