La naturaleza de Hokkaidō captada por Mizukoshi Takeshi

El mar, fuente de la abundancia de la naturaleza

Cultura Naturaleza

Hokkaidō está rodeado por agua: el océano Pacífico, el mar del Japón y el de Ojotsk. El fotógrafo Mizukoshi Takeshi vive entre la naturaleza de Hokkaidō, a orillas del lago Kussharo, en una zona interior a unos 30 km del mar de Ojotsk. Incluso a sus 85 años continúa viajando por la prefectura para hacer fotografías. En esta primera entrega de la serie presentamos las facetas de ese mar a lo largo de las cuatro estaciones.

Hokkaidō se ubica en la zona marítima del noreste de Eurasia. Es una de las últimas regiones marinas del mundo en haber sido explorada. Junto con ciertas zonas de la Patagonia, junto al Polo Sur, es una de las áreas que más se tardó en registrar con precisión en los mapas.

El padre Angelis, oriundo de Italia, fue el primero que plasmó Hokkaidō en un mapa mundial, en 1621, a principios del periodo Edo (1603-1868). En él, las dimensiones de la isla triplicaban a las de Honshū; aparecía bajo la denominación “provincia de Ezo”.

Las islas de Honshū y Hokkaidō están separadas por el estrecho de Tsugaru. Algunas costas de Hokkaidō están a tan solo 20 km de distancia de las penínsulas de Shimokita y Tsugaru, pero debido a la densa niebla, en verano, y a los vientos estacionales provenientes del noroeste que provocan mar bravío, en invierno, cruzar el estrecho era antes sumamente difícil. Por tal razón, no fue hasta finales del periodo Edo cuando se pudo tener mejores conocimientos sobre la geografía de Hokkaidō, gracias al explorador Matsuura Takeshirō, quien realizó seis expediciones a la zona.

El mar de Hokkaidō, las corrientes de Oyashio y Tsushima, y los hielos a la deriva

Hokkaidō está rodeado por tres cuerpos de agua muy diferentes: el mar del Japón, el de Ojotsk y el océano Pacífico.

La corriente de Tsushima fluye en dirección norte por el mar del Japón. Su influencia en los vientos estacionales de invierno provoca fuertes nevadas desde las costas hasta las regiones montañosas. De invierno a primavera, el mar de Ojotsk se congela a causa del hielo a la deriva, mientras que en el océano Pacífico la corriente fría de Oyashio, teñida de negro por el gran volumen de plancton que contiene, avanza hacia el sur y atrae una gran cantidad de peces tales como salmones, papardas del Pacífico y sardinas.

El mar de Ojotsk es el más representativo de Hokkaidō. Vivo a orillas del lago Kussharo, a unos 30 km del mar, que no es una presencia cotidiana para mí. Sin embargo, al llegar la temporada anual de hielo a la deriva en la costa, las temperaturas bajan notablemente. Kussharo es un lago de caldera con una gran profundidad, lo que dificulta que se forme hielo, pero durante ese periodo se congela hasta convertirse en un lago blanco.

La costa del mar de Ojotsk cubierta del hielo que traen los fuertes vientos.

La costa del mar de Ojotsk cubierta del hielo que traen los fuertes vientos.

En tiempos recientes, probablemente a causa del calentamiento global, el hielo a la deriva ha perdido fuerza en la zona, y el mar de Ojotsk no se cubre tan extensamente ni por tanto tiempo como lo hacía en el pasado. Llevo 35 años viviendo aquí. Antes, las temperaturas llegaban hasta los 30 º bajo cero, pero ahora el frío no es tan inclemente, lo cual facilita la vida en la zona. Sin embargo, me entristece profundamente que Hokkaidō esté perdiendo de forma tan drástica su naturaleza.

Las bendiciones de la naturaleza que trae consigo el río Amur

Es poco común que el hielo a la deriva baje a una latitud de 43 º al norte del Ecuador. Podríamos, por ejemplo, mencionar otros lugares en la misma latitud, como la zona norte del mar Mediterráneo o las costas de Boston en el Atlántico norte. Ahora se conoce un poco mejor el mecanismo del hielo a la deriva en el mar de Ojotsk gracias a avances recientes en las investigaciones, en los que se han utilizado fotografías espaciales y estudios colaborativos internacionales con Rusia y otros países. Dado que se trata de algo sumamente interesante me gustaría hablar más detalladamente al respecto.

El mar de Ojotsk es el único lugar a tan baja latitud, tanto en el hemisferio norte como en el sur, al que llega hielo a la deriva. Se cree que las causas son las características geográficas de este mar y el río Amur en Siberia. La fuente de ese hielo a la deriva es el gran volumen de agua que fluye del río Amur al mar de Ojotsk. Si se prueba un poco se nota que no se trata de agua salada, sino dulce. Cuando regresaba de visitar el lago Baikal en Siberia una primavera, pasé por Jabárovsk y luego me acerqué a la boca del río Amur. Fue impresionante estar frente a un río, tan ancho que apenas se alcanza a ver la otra orilla, con una corriente tan grande a causa del deshielo.

Al llegar noviembre, el gran volumen de agua dulce que fluye desde el río Amur comienza a congelarse sobre el agua del mar de Ojotsk, caracterizada por su gran concentración salina. Conforme avanza el invierno, las temperaturas bajan y el área congelada aumenta. Los bloques de hielo son arrastrados hacia el sur por los vientos estacionales del noroeste y llegan a las costas de Hokkaidō en el mar de Ojotsk a finales de enero, aproximadamente.

El mar plateado, silenciado por la nieve y el hielo que lo cubren, es brillante y parece estar paralizado por el silencio. Sin embargo, en las primeras horas de la mañana y al atardecer, los animales que llegan con la corriente del hielo están repletos de vida.

El sol alzándose sobre el campo de hielo a la deriva, que se mueve hacia el sur del océano Pacífico tras rodear la península de Nemuro.

El sol alzándose sobre el campo de hielo a la deriva, que se mueve hacia el sur del océano Pacífico tras rodear la península de Nemuro.

La fauna diversa que habita el mar de Ojotsk

Aves de caza tales como el águila marina de Steller y el picargo europeo son especies muy conocidas de fauna invernal del mar de Ojotsk, por lo que hoy me centraré en la familia de las focas.

Se pueden encontrar algunos lobos marinos, y bastantes focas moteadas y franjeadas dando a luz sobre el hielo. Las focas moteadas habitan cerca de las costas, mientras que las franjeadas se encuentran en mar abierto. Esto podría deberse a las diferencias en su alimentación.

En años recientes es más común ver nutrias marinas en las costas de Hokkaidō. (Fotografía en el cabo Kiritappu)

En años recientes es más común ver nutrias marinas en las costas de Hokkaidō. (Fotografía en el cabo Kiritappu)

Estas y otras especies, algunas incluso en peligro de extinción, viven gracias a la riqueza de la naturaleza marina. El hielo a la deriva trae consigo grandes volúmenes de fitoplancton que alimenta al zooplancton, y peces de especies pequeñas que atraen a otros, como los peces bizcos o los calamares. Este ciclo hace que el mar de Ojotsk, como pocos mares en el mundo, tenga un ecosistema marino tan diverso.

El hielo desgastado por el mar bravío antes de llegar a la costa.

El hielo desgastado por el mar bravío antes de llegar a la costa.

Con excepción de la montañosa península de Shiretoko, las costas del mar de Ojotsk son principalmente playas de arena con pocos arrecifes y acantilados. Esta es la razón por la cual los bancos de arena y los cordones litorales crean muchas lagunas costales tales como los lagos salobres de Kuccharo, Saroma, Notoro y Fūren, en los que entra y sale agua de mar. Otra de las características del mar de Ojotsk es que en primavera y otoño un gran número de gansos y patos hacen escala en esta zona durante las migraciones estacionales.

La vista del monte Rishiri, en la isla homónima del mar del Japón, desde la planicie de Sarobetsu.

La vista del monte Rishiri, en la isla homónima del mar del Japón, desde la planicie de Sarobetsu.

La hierba marina, secada por los rayos del sol, crea con las algas combinaciones de colores sin igual, en la península de Shiretoko.

La hierba marina, secada por los rayos del sol, crea con las algas combinaciones de colores sin igual, en la península de Shiretoko.

Algas konbu en estado natural que superan los tres metros de extensión. Fotografía tomada durante la marea baja en las costas de Akkeshi.

Algas konbu en estado natural que superan los tres metros de extensión. Fotografía tomada durante la marea baja en las costas de Akkeshi.

Una bandada de gaviotas en la costa del mar de Ojotsk.

Una bandada de gaviotas en la costa del mar de Ojotsk.

Los vinagos japoneses tienen la costumbre poco común de beber agua de mar. Estas aves migran a Hokkaidō para criar a sus polluelos en bosques cercanos a las costas del océano Pacífico.

Los vinagos japoneses tienen la costumbre poco común de beber agua de mar. Estas aves migran a Hokkaidō para criar a sus polluelos en bosques cercanos a las costas del océano Pacífico.

Los bancos de salmones navegan del mar de Ojotsk a los ríos de Shiretoko para desovar.

Los bancos de salmones navegan del mar de Ojotsk a los ríos de Shiretoko para desovar.

Un salmón rosado intentando escapar de un oso pardo en la península de Shiretoko.

Un salmón rosado intentando escapar de un oso pardo en la península de Shiretoko.

La espuma de mar formada por los fuertes vientos crea un arcoíris en el mar de Ojotsk.

La espuma de mar formada por los fuertes vientos crea un arcoíris en el mar de Ojotsk.

Las costas del este de Hokkaidō suelen estar cubiertas por una densa niebla marina creada por los vientos que soplan sobre la fría corriente de Oyashio.

Las costas del este de Hokkaidō suelen estar cubiertas por una densa niebla marina creada por los vientos que soplan sobre la fría corriente de Oyashio.

El cabo Erimo, donde la cordillera de Hidaka se sumerge hasta el fondo del océano Pacífico.

El cabo Erimo, donde la cordillera de Hidaka se sumerge hasta el fondo del océano Pacífico.

Un águila marina de Steller volando sobre el hielo a la deriva. Durante el invierno, casi la mitad de las águilas de todo el mundo de este tipo se reúnen en Hokkaidō.

Un águila marina de Steller volando sobre el hielo a la deriva. Durante el invierno, casi la mitad de las águilas de todo el mundo de este tipo se reúnen en Hokkaidō.

Fotografías y texto: Mizukoshi Takeshi

(Imagen del encabezado: Papardas del Pacífico amontonadas en la playa de Utoro, que desaparecerán durante la noche, arrastradas por las olas. Un fenómeno natural sin par.)

Ainu Moshiri – Ōkami ga mita Hokkaidō (Ainu Moshiri – El Hokkaido visto por los lobos, Hokkaidō Shinbunsha, edición bilingüe en inglés, tamaño B4, 204 p., 6050 yenes) es una obra de Mizukoshi Takeshi que reúne 180 fotografías que datan de 1972 a 2022. En el título del libro, el autor intenta insuflar el pensamiento de que el Hokkaidō de hace 100 años, cuando los lobos de Ezo dominaban la región, debía albergar la naturaleza más hermosa del mundo. Fue supervisado y cuenta con comentarios académicos de Ono Yūgo, especialista en Geografía Física y profesor emérito de la Universidad de Hokkaidō. En esta serie de nippon.com, gracias al apoyo del periódico de Hokkaidō, se presentan algunas de las fotografías que aparecen en esta obra.

Océano Pacífico pesca Fotografía Mar