La naturaleza de Hokkaidō captada por Mizukoshi Takeshi

Paisajes montañosos creados por la actividad volcánica

Cultura Naturaleza

Incluso a los 85 años, Mizukoshi Takeshi continúa viajando por las cumbres de Hokkaidō, soportando las tormentas de nieve que parecen no tener fin al escalar las montañas de esta prefectura durante los periodos más crudos del invierno. En este artículo le presentaremos parte de los atractivos de estos picos a lo largo del año.

En comparación con los Alpes japoneses, las montañas de Hokkaidō son, en promedio, unos mil metros más bajas. Esta característica hace que no sea indispensable contar con técnicas avanzadas para escalarlas. La cumbre más alta en esta prefectura solo alcanza los 2.291 metros de altitud. Sin embargo, en el periodo más crudo del invierno, los días son cortos y se registran temperaturas extremas cercanas a los 40 grados bajo cero. Además, si se presentan bajas presiones de gran intensidad, no es extraño que las tormentas de nieve se prolonguen 10 días consecutivos. La alta latitud en la que se encuentran permite la acumulación de grandes volúmenes de nieve, lo que crea paisajes que recuerdan a zonas polares. Por estas razones, es indispensable contar con una fortaleza mental que permita soportar ventiscas que parecen no tener fin. La dificultad de escalar estas montañas reside, entonces, en la necesidad de planear el itinerario con un margen de tiempo suficiente, así como en preparar los alimentos y combustible necesarios para llevarlo a cabo.

La vista en pleno invierno del monte Rishiri (1.721 metros) fotografiada por Mizukoshi Takeshi a los 84 años.

La vista en pleno invierno del monte Rishiri (1.721 metros) fotografiada por Mizukoshi Takeshi a los 84 años.

Con excepción del corto verano en julio y agosto, atravesar las montañas a lo largo y ancho de Hokkaidō es una tarea compleja. Por este motivo, hasta hace apenas pocos años, las montañas del interior eran poco conocidas por los escaladores no profesionales, además de que apenas habían sido mostradas en su totalidad.

Las cordilleras del interior de Hokkaidō.

Las cordilleras del interior de Hokkaidō.

El monte Asahidake, el pico más alto de la cordillera de Daisetsuzan

Daisetsuzan es como se denomina al conjunto de montañas que se encuentran en la región central de Hokkaidō. Su pico más alto, el Asahidake (2.291 metros), es también el de mayor altitud en la prefectura. Al formar parte de un grupo de volcanes, tengo la honda impresión de que es una extensa meseta de lava más que un pico elevado.

El monte Asahidake, el pico principal de la cordillera de Daisetsuzan, en la temporada de mayor acumulación de nieve.

El monte Asahidake, el pico principal de la cordillera de Daisetsuzan, en la temporada de mayor acumulación de nieve.

Escalé por primera vez la cordillera de Daisetsuzan en julio de 1971. En esa ocasión acompañaba a mi mentor, el fotógrafo Tabuchi Yukio. Nuestro objetivo era llevar a cabo un estudio biológico de mariposas alpinas. Establecimos nuestra base en una cueva del monte Hakuundake (2.230 metros de altitud) y, a pesar de que permanecimos más de una semana en la zona, no subí al monte Asahidake.

Los manantiales que brotan de las pequeñas calderas de la cordillera de Daisetsuzan confluyen y se convierten en riachuelos que atraviesan la zona montañosa.

Los manantiales que brotan de las pequeñas calderas de la cordillera de Daisetsuzan confluyen y se convierten en riachuelos que atraviesan la zona montañosa.

Para ser sincero, quedé fascinado por el espacio a cielo abierto y tranquilo en el que nos encontrábamos, así que no sentí deseos de subir a la estrecha cima del pico más alto. Siendo una persona que adora subir montañas, me da un poco de vergüenza aceptar que no fui al Asahidake a pesar de que quedaba a una distancia de tan solo dos o tres horas a pie. Quizá es porque los terrenos abiertos de la cordillera se me antojaban más cercanos a los altiplanos que a las montañas. Encantado por la meseta, desde nuestra base en Hakuundake me aventuré a escalar el monte Tomuraushi (2.141 metros), un poco más bajo que el Asahidake. A la cima de este pico llegué casi 20 años después, un marzo en medio de la profunda nieve.

La vista del monte Tomuraushi, en el sur de la cordillera de Daisetsuzan, desde Ōnuma de Numanohara, lugar donde florecen las ezokanzō.

La vista del monte Tomuraushi, en el sur de la cordillera de Daisetsuzan, desde Ōnuma de Numanohara, lugar donde florecen las ezokanzō.

Las montañas de la cordillera de Daisetsuzan en invierno.

Las montañas de la cordillera de Daisetsuzan en invierno.

En varias zonas de la cordillera de Daisetsuzan se pueden encontrar terrenos periglaciares formados por los continuos procesos de congelamiento y descongelamiento de las aguas interiores. Es hábitat de flora y fauna poco común o inexistente en otras partes el mundo. También hay lugares con permafrost, así como especies de mariposas y flora de alta montaña que son reliquias de la glaciación, tales como las mariposas usubaki-chō o daisetu takane hikage, que solo existen en esta cordillera.

La vista del pico Ishikaridake (1.967 metros), cumbre principal de la zona este de la cordillera de Daisetsuzan, desde el humedal de Numanohara, en la profundidad de la serranía.

La vista del pico Ishikaridake (1.967 metros), cumbre principal de la zona este de la cordillera de Daisetsuzan, desde el humedal de Numanohara, en la profundidad de la serranía.

La vista otoñal de la zona límite forestal (el área más septentrional donde hay bosque) de la cordillera de Daisetsuzan.

La vista otoñal de la zona límite forestal (el área más septentrional donde hay bosque) de la cordillera de Daisetsuzan.

La cordillera de Hidaka, montañas que datan de la edad de hielo y se extienden de sur a norte

Para visitar terrenos glaciares, recomiendo explorar las empinadas montañas de la cordillera de Hidaka. Muchas de sus cumbres son volcanes y los terrenos están repletos de pliegues ocasionados por los movimientos de la corteza, algo poco común en Hokkaidō. Su pico principal es el monte Poroshidake (2.052 metros) y sus montañas hermosas se conectan a lo largo de 80 km de norte a sur, desde el paso de montaña de Karikachi hasta el cabo Erimo. Se trata de montañas maduras cuyas cimas son escarpadas y de crestas afiladas. Estas se ubican sobre el límite forestal en la alta montaña por lo que se acumula poca nieve en la zona y crecen los pinos enanos siberianos. En las faldas hay bosques de coníferas con abetos de Sajalín y picea jezoensis.

La parte central de la cordillera de Hidaka.

La parte central de la cordillera de Hidaka.

Una de sus principales características es que en las cercanías de las cimas y crestas hay circos, zonas erosionadas por los glaciares, cuyo terreno parece que hubiera sido retirado con una cuchara. Estos circos se formaron hace aproximadamente entre 70.000 y 10.000 años, durante el último periodo glaciar, cuando fueron carcomidos por el hielo. No existe un sendero de montaña, pero una de las rutas más populares se extiende por cerca de 100 km de norte a sur, entre el monte Memurodake (1.754 metros) y el monte Rakko (1.471 metros).

Bellos paisajes creados por la actividad volcánica

Cinco de los seis parques nacionales de Hokkaidō cuentan con paisajes volcánicos, con excepción del Parque Nacional Kushiroshitsugen, un humedal. Estos surgieron como resultado de continuas erupciones desde la antigüedad. Algunos de estos volcanes, tales como el monte Usu (737 metros), activo y que expulsa vapores, no están abiertos al público, pero se puede visitar casi la totalidad de los restantes con la compañía de unos guías.

En el monte Iō (508 metros), en el Parque Nacional Akan Mashū, se continúan formando cristales de azufre en sus fumarolas.

En el monte Iō (508 metros), en el Parque Nacional Akan Mashū, se continúan formando cristales de azufre en sus fumarolas.

La cordillera volcánica más extensa de Hokkaidō es el cinturón volcánico de Chishima que se extiende del monte Tokachi (2.077 metros) pasando por la cordillera de Daisetsuzan y la península de Shiretoko hasta el archipiélago de Chishima. La cordillera volcánica de Akan, representada por el monte Oakandake (1.370 metros), de hermosa silueta cónica, y la cordillera volcánica de Shiretoko, representada por el pico más alto en la península del monte Rausu (1.661 metros), entre otros, están conectadas en forma de arco.

El monte Meakandake, en el cual se puede apreciar la actividad volcánica, y su lago Aonuma. Al fondo se alza el monte Akan Fuji (1.476 metros).

El monte Meakandake, en el cual se puede apreciar la actividad volcánica, y su lago Aonuma. Al fondo se alza el monte Akan Fuji (1.476 metros).

El monte Meakandake (1.499 metros) en un periodo de alta actividad volcánica.

El monte Meakandake (1.499 metros) en un periodo de alta actividad volcánica.

Los montes Meakandake y Akan Fuji (a la derecha) en el invierno.

Los montes Meakandake y Akan Fuji (a la derecha) en el invierno.

La cordillera de Shiretoko asomándose entre el mar de nubes.

La cordillera de Shiretoko asomándose entre el mar de nubes.

El monte Shiretoko (1.254 metros) a principios del verano.

El monte Shiretoko (1.254 metros) a principios del verano.

En este cinturón volcánico se encuentra el Mashū, un reconocido lago de caldera, rodeado por bordes de la caldera con 300 metros de altura. Según mediciones hechas en 1931, su nivel de transparencia era el mayor del mundo con 41,6 metros, característica que le ha valido fama en el extranjero. Sin embargo, tal como lo revela su apodo Kiri no Mashū-ko (el brumoso lago Mashū), también es famoso por la niebla que lo cubre continuamente, lo que limita las posibilidades de admirar su mística presencia.

El lago de caldera Mashū es sumamente transparente y su aspecto cambia en gran medida dependiendo de las estaciones.

El lago de caldera Mashū es sumamente transparente y su aspecto cambia en gran medida dependiendo de las estaciones.

En las montañas de Hokkaidō los veranos son cortos y los inviernos largos, pero las estaciones se hacen presentes. La primavera, cuando empieza a aparecer la anhelada tierra negra de donde surgen los brotes, y el otoño, con los colores de los serbales y los abedules papírferos que parecen competir, dan impresiones inolvidables a causa de la inclemencia del invierno.

El monte Shiretoko (1.254 metros) a principios del verano.

El monte Shiretoko (1.254 metros) a principios del verano.

Fotografías y texto: Mizukoshi Takeshi.

Fotografía del encabezado: el monte Tenchōzan (1.046 metros) de la cordillera de Shiretoko, en el punto más álgido del invierno. Debido a que las montañas de Hokkaidō se encuentran a altas latitudes, sus paisajes nos recuerdan a las zonas polares.

(Traducido al español del original en japonés.)

Ainu Moshiri – Ōkami ga mita Hokkaidō (Ainu Moshiri – El Hokkaido visto por los lobos, Hokkaidō Shinbunsha, edición bilingüe en inglés, tamaño B4, 204 p., 6050 yenes) es una obra de Mizukoshi Takeshi que reúne 180 fotografías que datan de 1972 a 2022. En el título del libro, el autor intenta insuflar el pensamiento de que el Hokkaidō de hace 100 años, cuando los lobos de Ezo dominaban la región, debía albergar la naturaleza más hermosa del mundo. Fue supervisado y cuenta con comentarios académicos de Ono Yūgo, especialista en Geografía Física y profesor emérito de la Universidad de Hokkaidō. En esta serie de nippon.com, gracias al apoyo del periódico de Hokkaidō, se presentan algunas de las fotografías que aparecen en esta obra.

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