[Vídeo] La rutina de los luchadores de sumo del establo de Takadagawa

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Se dice que lo que fortalece a los luchadores de sumo es el entrenamiento y el chanko, su comida. Sin embargo, solo entrenan una vez al día, por la mañana, y comen dos veces. ¿Cómo logran esos cuerpos potentes y fornidos? Visitamos el establo de Takadagawa, en el barrio tokiota de Kiyosumi-shirakawa, para mostrarles su día a día.

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En los establos de sumo se madruga. Los luchadores se levantan a las 6, se visten y van a entrenar sin desayunar. No siguen un horario establecido: van llegando al gimnasio por separado, empiezan a calentar y a las 7 ya están casi todos allí.

En este establo no entrenan practicando todos los mismos movimientos a la vez bajo las indicaciones de alguien. Cada luchador realiza los estiramientos a su ritmo y dedica un buen rato a calentar el cuerpo, alternando entre movimientos básicos del sumo como el shiko, el suriashi y el teppō.

En el shiko el luchador se agacha con las piernas abiertas y levanta los pies de forma lateral, uno después de otro, para luego bajarlos pisando el suelo con fuerza. Este ejercicio sirve para adquirir estabilidad y fortalecer piernas y caderas.

En el teppō el luchador se coloca frente a una columna, avanza un pie y empuja la columna con una mano. Este ejercicio sirve para fortalecer el tren superior, en especial los brazos, y para entrenar el movimiento de avance de las piernas.

Cuando el oyakata del establo de Takadagawa (conocido con el nombre de Akinoshima como sekiwake) llega al gimnasio, los luchadores empiezan a moverse con más brío y comienza al fin el entrenamiento de la lucha en el dohyō.

Los luchadores de nivel similar se reúnen alrededor del dohyō para pelear por turnos. El ganador de cada combate elige a su siguiente contrincante.

Entrenando el choque de pecho.

El calentamiento dura una hora y media. Los combates se prolongan unas dos horas y media, desde que empiezan a entrar en el dohyō los luchadores de clases inferiores hasta que terminan los makuuchi (sekitori), que son los últimos. Como tienen que turnarse para luchar, en realidad el tiempo de combate de cada luchador es muy breve. Los luchadores se centran en aprovechar los entrenamientos al máximo, fortalecer el cuerpo y aprender a moverse correctamente para evitar lesiones siguiendo las indicaciones del oyakata.

Al final del entrenamiento el oyakata pronuncia unas palabras sobre la importancia de su práctica.

Para cuando termina el entrenamiento y los sekitori salen del baño, el chanko ya está listo para servirse. Es la primera comida del día para los luchadores, que la consumen después de efectuar el exigente entrenamiento matutino en ayunas. Aunque el plato principal del chanko es el famoso cocido, el menú completo es mucho más variado. El día de nuestra visita se sirve, además del cocido de albóndigas de pollo, salteado de pollo con cebolla, sashimi de atún, okonomiyaki, kinpira, ensalada, maíz y sandía, entre otros manjares.

Los primeros en comer son el oyakata y los sekitori. El día de nuestra visita acude también Shikimori Kandayū, gyōji del establo.

Cuando los sekitori han terminado de comer y se retiran a sus habitaciones, los luchadores de la categoría makushita y de clases inferiores se sientan a la mesa.

En la habitación común hay un ambiente relajado. Después de comer los luchadores se echan la siesta y disfrutan de su tiempo libre.

Todos los luchadores se echan la siesta después de comer y disfrutan de tiempo libre hasta la cena, excepto aquellos a los que les toca el turno de limpiar, hacer la colada o preparar la cena. Como el oyakata y los sekitori acostumbran a cenar fuera, el resto de los luchadores cenan todos juntos. Desde la cena hasta la hora de apagar las luces, las 11 de la noche, vuelven a tener tiempo libre.

A fin de cuentas, los luchadores de sumo solo dedican cuatro horas diarias a entrenar. El resto del día disfrutan de paz y tranquilidad con los compañeros; ese tiempo de descanso es precisamente lo que les permite aguantar los duros entrenamientos diarios.

Colaborador: Revista digital especializada en sumo Osumōsan. Vídeo: Noguchi Kaori
Reportaje y texto: Hanai Tomoko

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