Un primer ministro duradero: valoración de la política de Abe y perspectivas de futuro

¿Quién sucederá a Abe? Los candidatos del PLD

Política

Un pormenorizado análisis de los políticos del Partido Liberal Democrático con más posibilidades en la era post-Abe. Sus perfiles y sus respectivas posiciones en el partido, desde la perspectiva de un veterano periodista político.

Koizumi, siempre en el foco de atención pese a su juventud

Se habla ya de la era post-Abe y esto significa que en el Partido Liberal Democrático (PLD) se están barajando algunos nombres como candidatos a suceder en el cargo de primer ministro a Abe Shinzō. Pero hay que decir que el tipo de político que ofrece el actual PLD tiene poco o nada que ver con el que era habitual en el partido cuando las facciones internas se encontraban en su cúspide de fuerza, allá por los años 60, 70 y 80 del siglo pasado.

En la época de apogeo de las facciones (entendiendo por “facción” un grupo de parlamentarios), los candidatos a liderar el partido eran siempre los líderes de esas facciones, personajes de gran peso político. Y es lógico que así fuese si pensamos que las facciones, como grupos de base, eran maquinarias concebidas para que su líder pudiera ganar las elecciones internas y hacerse con la presidencia del partido.

Pero en el actual PLD los “presidenciables” ya no son necesariamente los líderes de las facciones. El más conspicuo de ellos, Koizumi Shinjirō, ha sido elegido para su escaño parlamentario solo cuatro veces y apenas tiene 37 años, por lo que teóricamente no pasa de ser una joven promesa del partido. Pero cuando los medios de comunicación preguntan a la gente por el político más apto para el puesto de primer ministro, Koizumi se disputa el primer puesto con el veterano Ishiba Shigeru, ex secretario general del partido.

Shinjirō, hijo de Koizumi Jun’ichirō, que se mantuvo en el cargo de primer ministro durante cinco años y medio gracias al alto nivel de popularidad de sus gabinetes, es un caso paradigmático del político de familia, pues además de su referida filiación es sobrino del que fuera director de la Agencia de Defensa Koizumi Jun´ya, y biznieto de Koizumi Matajirō (1865-1951), apodado el “ministro tatuado”. Con sus bien formadas facciones y sus agudos y secos comentarios, mediante sus discursos y apariciones públicas ha adquirido una nada despreciable capacidad de reunir votos, lo que le ha valido el título de “príncipe de la política” japonesa.

Koizumi ha demostrado un gran interés en la formulación de nuevas políticas y durante sus años al frente de la sección de política agrícola del partido ha tomado medidas muy atrevidas, entre ellas la reforma de la red de cooperativas. Además, ha comandado de hecho la comisión del partido que se encarga de diseñar las estrategias económicas y fiscales para los años posteriores a 2020, al frente de la cual ha propuesto un nuevo sistema llamado “Seguro Infantil”, por el que podría lograrse la gratuidad de la educación infantil y los servicios de guardería por medio de un seguro que será costeado conjuntamente entre empresas y trabajadores. A diferencia de su padre, experto en despertar la atención pública con una política de tintes teatrales, el joven Koizumi adopta el método de encontrar las soluciones más adecuadas a través del consenso, siempre con sus dos pies bien puestos sobre la tierra.

En su forma de responder a la coyuntura política del momento Koizumi se conduce con prudencia, como se vio durante la campaña para las elecciones internas del PLD que tuvieron lugar en septiembre de 2018. Solo hizo saber a los medios que su voto sería para Ishiba, principal rival de Abe, inmediatamente antes de celebrarse la votación, con lo que trató de minimizar el presumible impacto que su postura tendría sobre el voto de los afiliados de todo el país e incluso sobre el de los parlamentarios. Recibió algunas críticas por su supuesta falta de definición o de determinación, pero estas críticas no hacen sino recalcar la atención y expectativas con que se sigue su actuación.

Ishiba, un peso pesado de incierto futuro

A sus 61 años, Ishiba es una pervivencia del tipo de líder de facción tradicional, si bien sus 20 seguidores no representan un número demasiado grande dentro del partido. Ha resultado elegido para la Cámara de Reprentantes (Baja) en 11 ocasiones y es un gran entendido en política de defensa (no en vano ha sido director de la agencia y titular del ministerio correspondientes), además de un adalid de la reforma radical del Artículo 9 de la Constitución. Es un político con una importante trayectoria, que además de haber sido secretario general del PLD ha ocupado las carteras de Agricultura, Silvicultura y Pesca, y de Revitalización Regional. En septiembre presentó su candidatura con los avales de su facción, llamada Suigetsukai, para tratar de plantar cara a Abe e impedir un tercer periodo. Aunque solo consiguió convencer al 18 % de los parlamentarios del partido, entre las bases obtuvo el 45 % de los sufragios, vendiendo cara su derrota.

Sin embargo, el futuro de Ishiba se plantea incierto, pues para las próximas elecciones internas, previstas para dentro de tres años, parece confirmado que presentará su candidatura Kishida Fumio, actual presidente del Consejo de Estudios Políticos, y es muy probable que tanto Abe, presidente de facto de la Seiwakai, principal facción del partido, como el secretario en jefe del Gabinete Suga Yoshihide, de gran ascendiente entre las nuevas generaciones, aúnen fuerzas para frustrar las aspiraciones de Ishiba, una vez confirmadas sus pretensiones.

Kishida, un político en busca de una estrategia

El citado Kishida (61 años), que hasta el momento no ha presentado candidatura, representa un tipo de líder de facción menos beligerante. Se ha ganado su escaño en la Cámara de Representantes nueve veces y se presenta como el heredero legítimo de la facción conservadora del partido, la Kōchikai. Mientras Abe ha sido primer ministro, él ha ocupado la cartera de Exteriores y, como se ha dicho, la presidencia del Consejo de Estudios Políticos dentro del partido. Pero sus ideales políticos y las políticas que promueve se encuentran en las antípodas de Abe. Para las pasadas elecciones en su facción algunos defendían que debía presentar su candidatura, pero, como ocurrió ya en 2015, finalmente no lo hizo.

Kishida Fumio, presidente del Consejo de Estudios Políticos del PLD, formula una pregunta en la Comisión de Presupuestos de la Cámara de Representantes el 1 de noviembre de 2018. (Jiji Press)

El sentido común político de Kishida también se puso en entredicho por haber tardado tanto tiempo en aclarar que no se presentaría y que apoyaría la candidatura de Abe. Sus declaraciones al hilo de la actualidad política carecen de peso y las encuestas de opinión lo sitúan invariablemente a la zaga de Koizumi e Ishiba como posible sucesor de Abe al frente del ejecutivo. Además, no se ha aclarado todavía si optará por hacerse con el apoyo de Abe en las próximas elecciones internas escenificando un trasvase pactado del poder, o se presentará por su cuenta y riesgo, y ante esta débil estrategia la incertidumbre está empezando a cundir en las filas de su facción.

Katō Katsunobu y Kōno Tarō, a la espera de la luz verde oficial

Además de los líderes de facción, hay otros nombres en rápido ascenso, como el de Katō Katsunobu (62 años, con seis legislaturas como parlamentario), actual presidente del Consejo General del partido, o el de Kōno Tarō (55 años, ocho legislaturas), ministro de Asuntos Exteriores. Katō se sitúa políticamente muy cerca de Abe, hasta el punto de que se lo considera de su “familia” política pese a estar encuadrado en la facción Keiseikai, liderada por el ex presidente del Consejo General Takeshita Wataru. Fue un leal aliado de Abe incluso cuando este tuvo que abandonar el cargo de primer ministro tras su primer periodo, y cuando lo recuperó Katō ocupó puestos como subsecretario en jefe del Gabinete, ministro encargado del Compromiso Activo de Todos los Ciudadanos o ministro de Salud, Trabajo y Bienestar, tras lo cual asumió su actual cargo en el partido.

Katō Katsunobu, presidente del Consejo General del PLD, entrando en la oficina del primer ministro en Nagata-chō (Tokio) el 12 de noviembre de 2018. (Jiji Press)

Kōno, por su parte, pertenece a la facción Shikōkai, liderada por Asō Tarō, quien además de ser viceprimer ministro, titular de Finanzas y estrecho aliado de Abe, fue un importante miembro de la facción Taiyūkai, liderada por el ex presidente de la Cámara Baja Kōno Yōhei, padre de Tarō. Este, que desde joven se reveló como un político sin pelos en la lengua y en un tiempo fue visto como una especie de enfant terrible, de la mano de Abe ha sido presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Pública y el año pasado fue designado ministro de Asuntos Exteriores con el padrinazgo y recomendación del secretario en jefe Suga. Si se lanzan a la carrera por la presidencia del partido, Katō y Kōno deberán contar con todo el apoyo de los hombres de Abe.

Motegi, el más notable entre los políticos sin respaldo familiar

Alguien que no encaja en ninguno de los anteriores esquemas es la ex ministra de Asuntos Generales Noda Seiko (58 años, nueve legislaturas). A los 37 años fue nombrada ministra de Correos y Telecomunicaciones, y desde muy joven ha sido vista como candidata a convertirse en la primera mujer japonesa en dirigir un gabinete de Gobierno. Defensora de que las estrategias políticas sean abiertamente debatidas en el seno del partido, en los dos últimos comicios internos ha prescindido de las facciones y ha tratado de abrirse camino como candidata independiente, pero en ambos casos ha tenido que retirarse al no conseguir el mínimo establecido de 20 avales. Noda ha hecho acopio de experiencia y ahora está tratando de formar una facción contando con los parlamentarios que la han apoyado.

Aunque estos candidatos a suceder a Abe como primer ministro pertenecen a tipos diversos, todos tienen en común haber heredado su vocación política de anteriores generaciones familiares. Los casos más típicos son los de Koizumi, cuyo padre fue primer ministro, y Kōno, hijo de un presidente de la Cámara Baja y sobrino de un viceprimer ministro, pero también es el caso de Ishiba, cuyo padre fue gobernador de la prefectura de Tottori y ministro de Asuntos Internos, de Kishida, hijo y sobrino de parlamentarios, de Katō, yerno de un ministro de Agricultura, y de Noda, nieta de un ministro de la Construcción.

Se aprecia, pues, una gran dependencia de este tipo de políticos de familia, que han podido empezar como asalariados en una empresa privada, como secretarios de otros políticos o como funcionarios públicos, pero cuyo exitoso salto a la política se debe por lo general a la base social, el renombre y los recursos económicos que les asegura su pedigrí.

Entre los que, sin contar con ese respaldo familiar, están ganando posiciones cabe destacar a Motegi Toshimitsu (63 años, nueve legislaturas), ministro de Economía y Política Fiscal encargado también de la Regeneración Económica. Motegi ha trabajado para la empresa japonesa Marubeni y para la norteamericana McKinsey & Company, Inc., además de haber sido periodista del Yomiuri Shimbun. Su estreno en la política fue de la mano del partido, ya disuelto, Nihon Shintō (Nuevo Partido de Japón), tras lo cual ingresó en el PLD. Su competencia y su gran capacidad de trabajo en asuntos nacionales e internacionales le han ganado puestos en las cotas más altas del poder. No obstante, Motegi deberá mover ficha sin demorarse demasiado, pues en la Keiseikai, facción que le sirve de apoyo, además de Katō Katsunobu está Obuchi Yūko, ex ministra de Economía e Industria a quien algunos tratan de aupar como candidata a la presidencia del PLD.

El ministro de Asuntos Exteriores, Kōno Tarō (derecha), en una comparecencia ante el Pleno de la Cámara de Representantes junto a Motegi Toshimitsu, titular de Economía y Política Fiscal, el 20 de noviembre de 2018. (Jiji Press)

Finalmente, también levanta algunas expectativas el citado secretario general del Gabinete Suga Yoshihide (69 años, ocho legislaturas). Nacido en una familia de propietarios agrícolas de la norteña prefectura de Akita, emigró a Tokio con el título de bachillerato y se costeó sus estudios universitarios trabajando. Una vez graduado, se colocó como secretario personal de un parlamentario y dio el salto a la política como miembro de la Asamblea Legislativa municipal de Yokohama. Puede decirse, pues, que es un político hecho a sí mismo. Actualmente tiene en sus manos asuntos tan peliagudos como la gestión de crisis o la coordinación de políticas. En torno a su figura se congregan cerca de 40 jóvenes políticos, pero él siempre ha negado rotundamente tener ambiciones de llegar a presidir el partido o el Gabinete, así que tendría que ocurrir un gran cambio político para poder contarlo entre los candidatos.

Fotografía del encabezado: Koizumi Shinjirō (centro) atiende a los periodistas tras las elecciones a la presidencia del PLD en la sede del partido en Nagata-chō (Tokio), el 20 de septiembre de 2018. (Jiji Press)

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