El relevo de Abe tras posponer las olimpiadas

Política

El aplazamiento de las olimpiadas de Tokio hasta 2021 sitúa al primer ministro Abe Shinzō en la tesitura de tener que rediseñar su estrategia de disolución de la Cámara Baja. La decisión de Abe al respecto influirá en los candidatos a sucederlo en el cargo.

El calendario político cambia radicalmente

En la rueda de prensa del 28 de marzo, el primer ministro hizo hincapié en el peligro que supone la propagación del nuevo coronavirus en Japón advirtiendo que “debemos prepararnos para afrontar una batalla larga”. Respecto a sus intenciones de disolver la Cámara Baja y convocar elecciones generales, Abe declaró “Ahora quiero centrarme en la lucha contra el coronavirus, sin siquiera plantearme las elecciones”.

El premier japonés venía organizando el calendario político basándose en que las olimpiadas, cuya celebración avanzaba bajo su liderazgo, iban a tener lugar este verano. Por eso en su partido prevalecía la idea de que la Cámara Baja se disolvería de septiembre en adelante, tras la clausura de los Juegos Paralímpicos.

El mandato de Abe como presidente del Partido Liberal Democrático (PLD) concluye a finales de septiembre de 2021, mientras que el de los miembros de la Cámara Baja finaliza el 21 de octubre del mismo año. Si el primer ministro decidiera no ejercer su derecho de disolución, su sucesor debería afrontar las elecciones a la Cámara Baja justo después de haber salido elegido como presidente del partido, lo cual resultaría en un calendario extremadamente ajustado.

Antes de que se decidiera aplazar Tokio 2020, en el PLD se especulaba que Abe o bien se lanzaría a disolver la Cámara Baja este mismo año, con el resplandor del éxito de las olimpiadas todavía refulgiendo, para evitar que ambos calendarios electorales (el de las elecciones a la Cámara Baja y el de las elecciones presidenciales del partido) se sucedieran con tan poco margen, o bien dimitiría honorablemente antes de finalizar su mandato sin disolver la Cámara Baja para conservar su poder de influencia aun después de abandonar el cargo. En cualquier caso, Abe pretende legar al presidente del Consejo de Estudios Políticos Kishida Fumio —supuestamente, su candidato favorito para la sucesión— una gestión gubernamental flexible, que incluya la posibilidad de disolver la Cámara Baja. Si se cumpliese el primer supuesto y Abe obtuviese una victoria arrolladora en las elecciones de la Cámara Baja, se reencendería el debate sobre la extensión de su presidencia del PLD a una cuarta candidatura, algo que no permite el reglamento del partido.

Con todo, el fundamento de las previsiones políticas que acabamos de mencionar se ha desmoronado a raíz del coronavirus y de la postergación de los Juegos Olímpicos. Siendo Abe quien impulsó la decisión de atrasar las olimpiadas, es de suponer que este tenga la intención de seguir en el cargo cuando se celebren los Juegos, en verano de 2021. Por tanto, la hipótesis de la “abdicación” de Abe en favor de Kishida antes de las olimpiadas resulta cada vez menos plausible.

Calendario de los principales acontecimientos políticos

2020 Junio Cumbre del G7 por videoconferencia
5 de julio Elecciones a gobernador de Tokio
Noviembre Elecciones presidenciales de Estados Unidos
¿Otoño? Visita postergada a Japón del presidente de la República Popular China, Xi Jinping
2021 22 de julio Expiración del cargo de los diputados de la Asamblea de Tokio
23 de julio Inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio
5 de septiembre Clausura de los Juegos Paralímpicos de Tokio
30 de septiembre Expiración del mandato del presidente del Partido Liberal Democrático
21 de octubre Expiración del cargo de los diputados de la Cámara Baja

El Kōmeitō pide que Abe se abstenga de disolver la Cámara Baja

Una parte del PLD sigue pronosticando que la Cámara Baja se disolverá y se convocarán elecciones generales este mismo año. Lo más pronto que podrían celebrarse estos comicios sería coincidiendo con las elecciones a gobernador de Tokio del 5 de julio, a las que se prevé que la gobernadora Koike vuelva a presentarse. Un antiguo miembro del Gabinete aventura que el solapamiento electoral “podría suceder, dado el carácter del primer ministro”. Otra posibilidad sería que las elecciones generales tuvieran lugar durante la temporada de las sesiones extraordinarias de la Dieta, entre otoño y finales de año. Si Trump volviera a ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, se crearía una coyuntura favorable para un primer ministro japonés capaz de construir una buena relación con el líder norteamericano.

Nada garantiza que la situación se solucione antes de terminar el año y resulta imposible prever si la economía se recuperará rápidamente del azote de la pandemia. “No podemos celebrar elecciones mientras luchamos contra el coronavirus; los ciudadanos lo rechazarían”, concluye la cúpula del PLD. Un legislador de rango intermedio del mismo partido apunta que no existe ningún motivo para disolver la Cámara Baja. En la rueda de prensa del 24 de marzo, el representante de la coalición del Kōmeitō Yamaguchi Natsuo se posicionó en contra de la disolución por parte del primer ministro y señaló la necesidad de priorizar la contención de la pandemia con la siguiente declaración: “Quiero que la persona que tiene el poder de disolver la Cámara actúe con diligencia, considerando la crisis que amenaza al mundo y el desarrollo del posterior proceso de recuperación”.

Si la disolución de la Cámara Baja se pospone hasta el año que viene, se prevé que pudiera darse en enero, cuando empiezan las sesiones ordinarias de la Dieta, o a finales de marzo, justo después de la aprobación de los presupuestos para el año fiscal 2021. Los pronósticos, eso sí, se basan en la premisa de que la expansión del coronavirus se haya contenido y los japoneses hayan retomado sus vidas habituales. El cargo de los miembros de la Asamblea de Tokio expira el 22 de julio de 2021, y el Kōmeitō prioriza las elecciones metropolitanas y se opone a que coincidan con las de la Cámara Baja.

Las olimpiadas como único legado

En las anteriores elecciones a la Cámara Baja, celebradas en 2017, el PLD obtuvo una victoria arrasadora al hacerse con 284 escaños. Con una base de gobierno reforzada por los resultados electorales, Abe venció también al exsecretario jefe del Gabinete Ishiba Shigeru en las elecciones presidenciales del partido de 2018, logrando una tercera victoria que lo convirtió en el presidente del PLD con el mandato más largo de la historia. Por otro lado, el primer ministro adoptó una posición defensiva para hacer frente a la rigurosa persecución por parte de la oposición en relación con problemas como la falsificación de documentos oficiales de la entidad educativa Moritomo Gakuen, el gasto excesivo de la tradicional Fiesta de Contemplación de los Cerezos (Sakura wo Miru Kai) y el aplazamiento de la jubilación del fiscal general de la Fiscalía Pública Superior. El rumbo de la investigación legal sobre las supuestas irregularidades electorales de Kawai Anri, diputada del PLD en la Cámara Alta y esposa del exministro de Justicia Kawai Katsuyuki, es también motivo de preocupación para la Administración actual.

Las medidas gubernamentales para hacer frente al coronavirus han sido bien recibidas por los japoneses, y las encuestas de opinión demuestran que la tasa de apoyo del Gabinete ha aumentado. Sin embargo, aunque el año que viene la pandemia se haya contenido y se den las condiciones idóneas para disolver la Cámara Baja, en el distrito legislativo de Nagatachō predomina la opinión de que el PLD perderá escaños en las siguientes elecciones a la Cámara Baja, en las que la oposición pretende unificar las candidaturas de los distritos electorales. El primer ministro podría verse obligado a dimitir si pierde una cantidad considerable de escaños, por lo que disolver la Cámara antes de las olimpiadas representa una apuesta muy arriesgada.

Ante lo que acabamos de exponer, un antiguo miembro del PLD en el Gabinete aventura que la Cámara Baja no volverá a disolverse durante el mandato de Abe. Según su opinión, no hay prospectos de solución para asuntos que el primer ministro definió como prioritarios en su Administración, como la disputa de los Territorios del Norte o el secuestro de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte, y va a ser imposible ejecutar la reforma constitucional pendiente: “A estas alturas, el único legado político que le queda al primer ministro es celebrar las olimpiadas postergadas y demostrar al mundo que Japón ha erradicado el coronavirus”. Otro exdiputado del PLD prevé un desenlace en la misma línea: “Es posible que el primer ministro dimita después de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, y que sea su sucesor quien disuelva la Cámara Baja”.

Ishiba Shigeru, ¿favorito si Abe completa su mandato?

Si Abe abandona el cargo después de las olimpiadas, el nuevo primer ministro se vería obligado a celebrar elecciones por la finalización del mandato justo después de haber sido elegido. Además de Kishida e Ishiba, entre los candidatos a la sucesión se barajan nombres como el del ministro de Asuntos Exteriores Motegi Toshimitsu, el ministro de Defensa Kawano Tarō, el ministro de Sanidad, Trabajo y Bienestar Katō Katsunobu, el secretario jefe del Gabinete Suga Yoshihide o el ministro de Medioambiente Koizumi Shinjirō. Aunque Kishida es el favorito dentro del partido, su limitada capacidad comunicativa representa un obstáculo considerable. Si las elecciones presidenciales del PLD se celebran inmediatamente antes de las elecciones a la Cámara Baja, sin duda las posibilidades del nuevo presidente de ganar en la Cámara Baja pesarán en las votaciones. Aunque en el PLD se evitan las declaraciones y acciones contrarias al primer ministro Abe, la facción principal del partido teme que los diputados jóvenes y los miembros del partido con una base electoral débil apoyen a Ishiba, que suele barrer a Kishida en las encuestas sobre quién es el mejor candidato para convertirse en el próximo primer ministro.

Los preparativos para las elecciones presidenciales del PLD, que en un principio debían tomar impulso a partir de este otoño, seguramente se verán coartados por la posposición de las olimpiadas. Si la expansión del nuevo coronavirus no logra controlarse y se prolongan la cancelación de grandes eventos y la restricción de salidas a la calle, los políticos deberán abstenerse de hacer campaña a pie por los distritos electorales. El futuro incierto de la lucha contra la pandemia actual ensombrece también las previsiones sobre el porvenir de la política japonesa.

Fotografía del encabezado: Abe Shinzō participa en una rueda de prensa celebrada el 28 de marzo de 2020 en la oficina del primer ministro. (Jiji Press)

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