El coronavirus, un cambio en nuestras vidas: Informe desde los principales campos de batalla de Occidente (3)

Sociedad

Europa y los Estados Unidos se encuentran en una situación más crítica que la de Japón. Estas regiones se han convertido en un importante campo de batalla donde la propagación mundial del nuevo coronavirus ha provocado numerosas bajas.

Colapso médico en Nueva York, despreocupación en Japón

Tan Romi, escritora sobre la historia contemporánea de China, reside en Nueva York, EE.UU.

Me desespero cada vez que veo u oigo algo de lo qué está pasando en los puestos de atención médica de Nueva York durante el azote de la epidemia. Parece como si los estuvieran aporreando sin compasión con una maza. El otro día, se difundió públicamente el vídeo de una enfermera madre soltera que resultó infectada y les dejó un mensaje a sus hijos antes de morir. En Japón están apareciendo casos de discriminación hacia los trabajadores de la salud, pero no es momento para eso. Todo el rato tengo la impresión de que Japón aún se preocupa muy poco. Se siento profundamente agradecida a los guerreros que pelean en la primera línea de esta batalla médica.

No vivo en Manhattan, sino en una pequeña ciudad del extrarradio. He leído un diario policial publicado en el tabloide local que explicaba que mientras que hay llamadas diarias para que se envíen ambulancias, los policías están ocupados dispersando a los jóvenes que pasan el tiempo en el parque. Esto pasa porque los jóvenes no respetan la “distancia social” (1,8 metros). Por otro lado, dos familias vecinas que celebraban una fiesta en casa de una de ellas fueron arrestadas por la policía y castigadas severamente.

Ayer, 12 de abril, una mujer hispana que viene de vez en cuando a limpiarme la casa desde hace 20 años me telefoneó y me dijo: “Tengo un poco de fiebre, así que no podré ir mañana”. La última vez que vino fue hace dos semanas. También me tomé la temperatura anoche y esta mañana. Afortunadamente mi temperatura era normal. Ella es como parte de la familia, por eso ignoré la advertencia policial de no dejar entrar a nadie en casa. Ahora veo que fue una imprudencia y me arrepiento de ello.

Esperar en casa, suspender el trabajo, cerrar por completo los restaurantes: tres medidas para mantener completamente la distancia social. Estos son requisitos críticos para proteger la vida de los estadounidenses. Ha pasado un mes desde que se emitió la declaración del estado de alarma, y el gobernador Andrew Cuomo declaró: “El estado de Nueva York ya ha superado el clímax del contagio. Sin embargo, si alguna persona comete una estupidez, volveremos a estar igual que al principio”. ¿“Alguna persona”? ¿Qué querrá decir?

Apoyando a los más débiles, los campos de refugiados en crisis

Imoto Naoko, especialista en educación de UNICEF, exmiembro de la selección japonesa de natación de los Juegos Olímpicos de Atlanta, reside en Grecia.

Después de retirarme de mi carrera como nadadora, seguí el camino de la asistencia humanitaria y actualmente, como empleada de UNICEF, participo en la asistencia escolar y apoyo educativo para niños refugiados de Medio Oriente y de África del Norte en Grecia. Toda Grecia también está confinada, lo cual obliga a la gente a teletrabajar. Estamos más ocupados que antes del confinamiento negociando con el Gobierno y asesorando a los profesores para llevar a cabo educación a distancia utilizando podcasts, etc. en los campos de refugiados de todo el país donde no hay acceso a Internet.

El problema más acuciante en este momento es el aumento del riesgo de infección para las más de 100.000 personas que viven en los campos de refugiados. La situación es especialmente grave para las que viven en los campamentos de refugiados de las islas del Egeo a lo largo de la frontera turca. Muchos de ellos viven apiñados en tiendas de campaña insalubres al aire libre, cuya capacidad se ha visto superada más de cuatro veces. Es imposible pedir que se asegure la distancia social y no hay suficiente agua para lavarse las manos. Médicos Sin Fronteras está pidiendo que sean evacuados a un lugar seguro lo antes posible, mientras que UNICEF se apresura a preparar kits de higiene con jabón, etc. 

Creo que sobre este tipo de noticias apenas se informa en Japón. Pero las mayores víctimas de las pandemias y catástrofes son siempre los socialmente más vulnerables y pobres. Espero que el mayor número posible de japoneses muestren su solidaridad con ellos a raíz de esta pandemia.

Experimentando las diferencias culturales entre Japón e Italia

Ricci Sato Elena, profesora de italiano y traductora, reside en Tokio.

Soy una italiana nacida en Florencia y criada en Roma. Mi esposo es japonés y llevo viviendo en Japón 27 años. Tenemos una hija universitaria. Todos los días trato de ver a ambos países, Japón e Italia, de manera objetiva, esquivando cualquier estereotipo, pero a raíz del tema del coronavirus, siento una vez más las diferencias culturales entre Japón e Italia.

Una de las cosas buenas de los japoneses es la preocupación por las personas que los rodean y la consideración por los demás. Por supuesto, también ocurre lo mismo con los italianos, pero su forma de demostrarlo es diferente. Siempre que les explico a los italianos que la máxima motivación que tienen los japoneses para utilizar mascarillas es evitar contagiar a los demás, se sorprenden de ello. En Italia también hay una etiqueta rigurosa para la tos, pero no existe esa idea que tiene el enfoque japonés.

Ese tipo de cuidado y hospitalidad japonesa se refleja también en la industria de los servicios, lo cual se traduce en una atención detallada. Sin embargo, me preocupa que esta bondad que se basa en la interacción cara a cara pueda estar obstaculizando el teletrabajo y conduzca a la propagación de la infección. Japón, a pesar de ser uno de los principales líderes tecnológicos del mundo, no puede pasar fácilmente al teletrabajo o a las clases en línea y aún depende de los faxes, los documentos en papel y los sellos personales. Me gusta la cultura del papel y la tradición de los sellos personales, pero creo que es necesario cambiar en función del momento y la situación.

Ojalá pueda tocar con libertad mi saxofón pronto

Takiguchi Mutsumi, estudiante extranjera en el Conservatorio de Música, Danza y Teatro de Cergy-Pontoise (especialista en saxofón), reside en Francia.

Llevo en Francia 6 meses. Vivo sola y aún no hablo muy bien el francés, así que cuando llegó el toque de queda, estaba muy ansiosa porque no sabía lo que realmente estaba pasando. Aun así, el dueño del restaurante japonés donde trabajo a tiempo parcial me dijo: “Si tienes problemas para comer, ven a nuestra casa. Y si tienes problemas para pagar el alquiler, avísame y te adelantaré el sueldo, ¿vale?”. En ese momento sentí el vínculo que existe entre los japoneses en Francia.

Estoy tomando clase con mi profesor del conservatorio utilizando el servicio de videoconferencia de Facebook. No es como una clase normal, pero durante ese rato siento que vuelvo a mi vida cotidiana y recupero el ánimo. Es difícil vivir una vida en la que los conciertos y los concursos se cancelan o se posponen, y tienes que preocuparte de tocar el saxofón pensando en si puedes molestar a tus vecinos. Sin embargo, cuando veo que los músicos de todo el mundo utilizan los servicios de distribución de vídeo y los servicios de las redes sociales para ofrecer su música al mundo, pienso que yo también tengo que ser más positiva. Probablemente el entretenimiento será lo último en volver a la normalidad, pero quiero asegurarme de que hago lo que puedo ahora.

Cómo pasar esta “inusual rutina”

Tōjō Takeshi, profesor de japonés en la Universidad para Extranjeros de Perugia, reside en Italia.

La situación ha empeorado en Suecia, que ha estado adoptando un enfoque “suave” como Japón, y es preocupante que el primer ministro finalmente haya declarado que fue demasiado indulgente y esté tratando de cambiar su política al confinamiento. Creo que el Gobierno de Japón, que sigue haciendo solicitudes a la gente en lugar de imponerse, tendrá que moverse en una dirección más dura en el futuro. Por otro lado, espero que Japón sea capaz de superar esta difícil situación únicamente con el sentido común de la gente.

Coincidiendo con la Pascua del día 12 en Italia, un vídeo mensaje enviado por el personal de un hospital en Emilia Romagna, donde más de 10.000 personas han sido infectadas y 2.500 han muerto, causó una gran sensación. La canción “Cuidado con el lobo” de Lucio Dalla, un cantautor folclórico local ya fallecido, se oye de fondo. Los doctores y personal de enfermería que están trabajando duro en la línea de frente del hospital salen diciendo “¡Feliz Pascua! ¡Nos desharemos del virus, así que quedaos en casa!”. Es un proyecto italiano único que anima a la gente a cantar y bailar con la energía de la música. 

Si quedarse en casa es la única solución, no dudaré en seguir las recomendaciones de los médicos que están lidiando con la dura realidad y me quedaré en casa de todos modos. Para mí ahora lo más importante es pensar y practicar cómo pasar esta “inusual rutina” imitando a quienes hacen un vídeo así, sin importar cuán difícil sea la situación.

(Editado por el Departamento Editorial de nippon.com)

Fotografía del encabezado: Imoto Naoko trabajando para apoyar la educación de los niños en un campo de refugiados en los suburbios de Atenas, 13 de febrero de 2020. (Fotografía de Amano Hisaki)

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