2021, ¿año de la consolidación para Suga?

Política

2021 se presenta ajetreado para el primer ministro Suga Yoshihide, pues deberá afrontar las elecciones internas de la presidencia de su partido y las elecciones generales. El país está pendiente de la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que la pandemia está poniendo en peligro.

Elecciones en verano o después de los juegos

2021 traerá dos importantes hitos políticos: a finales de septiembre de 2021 concluirá el mandato de Suga Yoshihide, primer ministro de Japón, como presidente del Partido Liberal Democrático (PLD), y el 21 de octubre el de los parlamentarios de la Cámara de Representantes (Baja) de la Dieta. Suga, que si quiere afianzarse como nuevo primer ministro de pleno derecho tendrá que vencer en las elecciones generales y reafirmarse como presidente de su partido, tratará de elegir el mejor momento para disolver dicha cámara y convocar elecciones, mientras pone a raya la COVID-19 y lucha por la reactivación de la economía.

Respecto a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, planeados para este verano tras un aplazamiento de un año, lógicamente Suga aspirará a celebrarlos a toda costa. Hacerlos realidad será una declaración implícita de victoria frente al nuevo coronavirus y el mejor combustible político para su gobierno. Pero todavía quedan muchas variables por definir, pues seguimos sin ver la luz al final del túnel en la lucha contra el virus y en la situación económica.

En vista de que las encuestas de opinión daban altas tasas de aprobación popular al nuevo gabinete tras su formación en septiembre de 2020, en el PLD algunas voces pidieron que se procediera sin demora a convocar elecciones, pero Suga priorizó la lucha contra el coronavirus. Con ello, la disolución de la cámara, que podía haberse realizado al iniciarse el periodo ordinario de sesiones el pasado día 18, quedó para otro momento. Un momento que solo podrá ser, o bien entre finales de marzo, cuando queden dispuestos los presupuestos generales del Estado para el próximo año fiscal, y el 23 de julio, fecha de apertura de los Juegos Olímpicos, o bien entre el 5 de septiembre, cierre de los Paralímpicos, y la referida fecha de fin de legislatura, en octubre.

Con la evolución de la pandemia y otros muchos datos en mente, el primer ministro elegirá el momento que le resulte más favorable para dar el paso. En el seno de su partido y el propio Gobierno ya son muchos los que creen que solo será posible hacerlo a partir de septiembre, una vez se hayan clausurado ambas secciones de los Juegos. Y él mismo, que se precia de ser un buen gestor, podría estar planeando un escenario de disolución en el que no solo se esté luchando eficazmente contra la pandemia, sino en el que también sea palpable su liderazgo en la creación de la Agencia Digital o en la rebaja de las tarifas de la telefonía móvil, amén de una exitosa puesta en escena de los Juegos Olímpicos.

Por supuesto, dejar la disolución de la cámara para el otoño entraña sus riesgos. Un excesivo empeño en dar continuidad a “Go To Travel”, la campaña oficial para apoyar al maltrecho sector turístico, ha retrasado su revisión y dejado la impresión de que el Gobierno no ha sido capaz de contener el contagio, con lo que el apoyo popular al ejecutivo se ha desplomado. Y hay otros asuntos que podrían desatar una tormenta en su contra, como las donaciones presuntamente ilegales que el propietario de una de las mayores granjas avícolas del país hizo al miembro del PLD Yoshikawa Takamori, que fue ministro precisamente de Agricultura, Silvicultura y Pesca, o el fraudulento complemento económico que la asociación de apoyo al anterior primer ministro, Abe Shinzō, pagó a un hotel para que quienes iban a participar un día después en un acto oficial Sakura wo miru kai (“Reunión de contemplación de los cerezos”) pudieran participar también en una fiesta de apoyo a Abe con tarifa reducida.

Entre los miembros más jóvenes del PLD, que disponen todavía de pocos apoyos políticos y temen que un ulterior bajón en el apoyo popular al partido ponga en peligro la consecución de su escaño, algunos están pidiendo que se disuelva la cámara cuanto antes. Pero en el entorno más próximo al primer ministro la intención es, según dicen, la de no disolver la cámara mientras no tengan en su haber algún logro.

En este periodo ordinario de sesiones, después de presentar el tercer presupuesto rectificativo del año fiscal 2020, con el que se pretende cubrir quince meses de ejercicio, y el presupuesto para el año fiscal 2021, que deberá estar listo para finales de marzo, suponemos que sacará a debate los diversos proyectos de ley. Si la vacunación contra el nuevo coronavirus, a la que el Gobierno quiere dar inicio tan pronto como sea posible, supera las previsiones de efectividad y la ansiedad que produce la pandemia se desvanece, es posible que Suga aproveche esa buena coyuntura para disolver la cámara. Si no ocurre así, todo indica que se dará prioridad al proyecto de ley para la creación de la Agencia Digital y a otros proyectos desreguladores.

Si se consigue dar salida a estos importantes proyectos, cabe pensar en una disolución de la cámara a mediados de junio, en las postrimerías del periodo ordinario de sesiones. Pero serían ya fechas cercanas al 23 de julio, inauguración de los juegos. Y en este caso existe también la posibilidad de que las elecciones generales coincidan con las que celebrará la prefectura de Tokio para la renovación de su asamblea, cuya legislatura concluye el 22 de julio. Para el Kōmeitō, socio de coalición del PLD, las elecciones al legislativo metropolitano son tan importantes como las generales y no vería con buenos ojos una coincidencia de fechas. Y en esa temporada inmediatamente anterior a la celebración de los Juegos podría darse un vacío político.

De todos modos, se cree que el primer ministro Suga está muy bien relacionado con Sōka Gakkai, la organización budista que está detrás del Kōmeitō. No es imposible que, si el contagio masivo es reconducido y la realización de los juegos se da por hecha, Suga se lance a disolver la cámara después de haber llegado a un acuerdo con el Komeitō y con Sōka Gakkai. En caso de que se haga coincidir las generales con las metropolitanas, se habla del 4 de julio como posible fecha electoral, lo que significa que la disolución se haría a principios o mediados de junio.

Pero lo más probable sigue siendo que la disolución se haga el 5 de septiembre, una vez concluidos los paralímpicos. Habrá qué ver qué calendario elige Suga, pues su mandato al frente del PLD finaliza, como se ha dicho, a finales de ese mes. Si adelanta las generales y sale victorioso de las mismas, podría incluso ser reelegido presidente del PLD por aclamación, sin elección interna. Pero también podría resultar interesante celebrar primero las elecciones internas, ya que la concurrencia entre diversos candidatos crearía una sinergia aprovechable para que el PLD acudiera en buenas condiciones a las generales.

Calendario político para 2021

18 de enero Inicio del periodo ordinario de sesiones de la Dieta.
20 de enero Toma de posesión de Joe Biden como presidente de Estados Unidos.
Finales de enero Aprobación del tercer presupuesto rectificativo para el año fiscal 2020.
Finales de marzo (¿?) Aprobación de los presupuestos generales del Estado para el año fiscal 2021 (abril-marzo).
Mediados de junio Fin del periodo ordinario de sesiones de la Dieta.
22 de julio Fin de la legislatura de la Asamblea Legislativa de Tokio.
23 de julio Inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio (hasta el 8 de agosto).
24 de agosto Inauguración de los Juegos Paralímpicos de Tokio (hasta el 5 de septiembre).
Septiembre (¿?) Puesta en marcha de la Agencia Digital.
Finales de septiembre Término del mandato del presidente del Partido Liberal Democrático.
21 de octubre Fin del mandato de los actuales miembros de la Cámara de Representantes de la Dieta.

Situación en el PLD y falta de alternativas claras

Lo que pueda ocurrir con la pandemia sigue siendo un misterio y las cosas podrían ponerse difíciles para el Gobierno. Si la propagación del virus siguiera su marcha y hubiera que renunciar a los Juegos, la economía sufriría un fuerte parón y todo esto jugaría en contra del primer ministro. Si la pérdida de apoyo popular al Gobierno es demasiado grande, esto pondría en peligro también la reelección de Suga como presidente del PLD. ¿Quién podría suplirlo? Hoy por hoy nadie se perfila como candidato.

Ninguno de los dos candidatos que compitieron con Suga en las elecciones internas de septiembre del año pasado (el expresidente del Consejo de Estudios Políticos del PLD, Kishida Fumio, y el ex secretario general del partido, Ishiba Shigeru) han podido recuperar su influencia. Dentro del partido habrá sin duda quien encuentre “presidenciables” a Kōno Tarō, ministro para la Reforma Administrativa, o a Koizumi Shinjirō, titular de Medio Ambiente, pero ninguno de los dos se ha constituido todavía en una alternativa clara a Suga. Podría citarse también, en este capítulo, a Motegi Toshimitsu, ministro de Asuntos Exteriores, cuyo know-how es, al parecer, altamente valorado tanto por Abe como por el vice primer ministro y ministro de Finanzas Asō Tarō.

Suga, que no tiene facción propia dentro del partido, venció en las elecciones internas gracias a los apoyos que obtuvo de las principales facciones, excluidas, lógicamente, las de sus dos adversarios. Pero de su victoria no se deriva que cuente con una plataforma de apoyo sólida y estable. Por ahora, Suga deposita toda su confianza en Nikai Toshihiro, secretario general del partido, y es este quien lleva las riendas en las cuestiones internas del PLD y en las coordinaciones con la Dieta, pero su marcada tendencia a llevar el agua a su molino favoreciendo en los nombramientos a los miembros de su propia facción está creando descontento en el resto.

Suga podría continuar permitiendo que Nikai lleve las riendas o bascular hacia las facciones numéricamente grandes de Hosoda y Asō, lo cual podría traer cambios en el escenario previo a su posible reelección. Suga tendrá, pues, que nadar y guardar la ropa atendiendo al mismo tiempo los dos grandes frentes externos de la pandemia y la recuperación económica, sin perder de vista la dinámica interna de su partido.

El dilema de Edano

2021 será un año decisivo también para Edano Yukio, líder del Partido Constitucional Democrático de Japón, primera fuerza de la oposición. Su partido quedó formado en septiembre del año pasado después de una fusión que lo catapultó desde los 90 a los 150 escaños en el conjunto de las dos cámaras de la Dieta. Su partido, que se ha mostrado muy incisivo en sus críticas a Abe a propósito de problemas como el trato de favor en la venta de terrenos para la Escuela Moritomo o las irregularidades en torno a la recepción oficial Sakura wo Miru Kai, ha seguido en esa misma línea agresiva frente a Suga en cuestiones como los vetos a los nombramientos para el Consejo Científico de Japón, pese a lo cual el partido sigue sin ampliar su apoyo popular en las encuestas. La razón de esa falta de tirón político podría encontrarse en que la dureza con la que está fiscalizando la actuación del Gobierno no viene acompañada de propuestas alternativas realistas.

Solucionar la falta de consenso en políticas básicas es un problema acuciante para este partido, entre cuyos parlamentarios se advierten todavía, por poner un ejemplo, diferentes niveles de compromiso al abordar el tema de cómo poner fin a la dependencia de Japón de la energía nuclear. Edano va a mantener a lo largo de este año su tono crítico ante los errores cometidos por el Gobierno en la lucha contra el coronavirus y va a seguir censurando las presuntas irregularidades cometidas por los parlamentarios del PLD en la recepción de donaciones políticas, pero también se espera de él que sepa dar mayor consistencia a su partido y transmitir al electorado una imagen de confianza y competencia.

Edano quiere que en las próximas elecciones, en los 289 distritos electorales en los que se dirime un solo escaño, la oposición aúne fuerzas en torno a un candidato común para poder presentar batalla a la coalición gubernamental y para ello está tratando de coordinar a toda la oposición, incluyendo a los comunistas. Pero no está claro si esta estrategia se traducirá finalmente en resultados concretos. Hasta ahora, en varias de las elecciones locales que se han celebrado durante 2020 su partido y el Partido Comunista de Japón han presentado un mismo candidato, pese a lo cual no han logrado la victoria en ninguno de los comicios. En medios del PLD se comenta que cuanto más se cuenta con el Partido Comunista, mayor número de votos conservadores se pierde y, efectivamente, este es dilema al que se enfrenta Edano.

Fotografía del encabezado: El primer ministro Suga Yoshihide durante una reunión del Consejo de Ministros. (Fotografía: Jiji Press)

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