Suicidio ampliado: ¿por qué se produce un ciclo de asesinatos masivos indiscriminados?

Sociedad

Los incidentes de “suicidios ampliados”, en los que las personas se suicidan involucrando a extraños, están aumentando rápidamente. ¿Por qué quiere alguien morir llevándose a extraños consigo? En este artículo se descifran desde una perspectiva psiquiátrica los “mecanismos mentales” que desencadenan esta locura.

En tiempos recientes se han producido sucesos que en apariencia son “suicidios ampliados”, y esto ha provocado un efecto cadena. ¿Qué es, en primer lugar, el suicidio ampliado? Es un término psiquiátrico que se refiere al acto de una persona que está desesperada con su vida y que tiene miedo de suicidarse, e intenta involucrar a otras personas para quitarles la vida porque no quiere morir solo. El concepto comenzó a utilizarse en la década de 1990 en los países de habla inglesa y francesa, y no es el nombre de una enfermedad o diagnóstico, sino el de un fenómeno. El concepto se dio a conocer cuando se utilizó para analizar el trasfondo del intento de suicidio de dos jóvenes que llevaron a cabo un tiroteo indiscriminado en el instituto Columbine de Colorado (EE. UU.) en 1999.

Ciclo de suicidio ampliado

En Japón se dio a conocer en la época en que ocurrió el asesinato masivo en la escuela primaria Ikeda afiliada a la Universidad Kyōiku de Osaka (8 víctimas mortales) en junio de 2001. Tras su detención, el hombre de 37 años que cometió el crimen dijo: “Intenté suicidarme muchas veces, pero no pude morir. Estaba harto de todo. Quería que me atraparan y me ejecutaran”, indicando que tenía pensamientos suicidas. De hecho, una semana antes del crimen se había atado dos corbatas y se colgó en la puerta de su casa, pero había fracasado en su intento.

El 8 de junio de 2001, un grupo de periodistas se reunió frente a la puerta principal de la escuela primaria Ikeda, adjunta a la Universidad Kyōiku de Osaka, después de que un hombre con un cuchillo irrumpiera en la escuela y apuñalara a alumnos y profesores uno tras otro, matando a ocho niños e hiriendo a más de veinte. (Jiji Press)
El 8 de junio de 2001, un grupo de periodistas se reunió frente a la puerta principal de la escuela primaria Ikeda, adjunta a la Universidad Kyōiku de Osaka, después de que un hombre con un cuchillo irrumpiera en la escuela y apuñalara a alumnos y profesores uno tras otro, matando a ocho niños e hiriendo a más de veinte. (Jiji Press)

El entonces joven de 25 años responsable del asesinato indiscriminado en Akihabara en junio de 2008 (siete víctimas mortales) también se notaba cada vez más aislado y sentía que ya quería suicidarse. En agosto de 2006, abandonó sin permiso su lugar de trabajo de entonces y se dirigió a Aomori, pensando en morir en su coche favorito en una carretera de circunvalación del que era su lugar de nacimiento. De camino, envió un correo electrónico a sus amigos de Aomori diciendo que iba a chocar de forma intencionada con un camión y suicidarse, y también telefoneó a su madre y le dijo que iba a suicidarse. Sin embargo, llegó a su destino, una circunvalación, pero falló porque estaba ebrio y estrelló su coche contra un bordillo. Luego le dijo a un amigo que le llamó que había fracasado en su intento de suicidio.

El camión utilizado para llevar a cabo el asesinato indiscriminado en Akihabara, el 8 de junio de 2008. (Jiji Press)
El camión utilizado para llevar a cabo el asesinato indiscriminado en Akihabara, el 8 de junio de 2008. (Jiji Press)

Lo más probable es que el incidente se hubiese inspirado en el asesinato indiscriminado ocurrido en Tsuchiura, Ibaraki, en marzo de 2008, que dejó dos muertos. El motivo del entonces joven de 24 años que cometió el crimen de Tsuchiura fue que pensaba que sería condenado a muerte si mataba a varias personas. Afirmó que no se sentía satisfecho porque no sentía que tuviera un propósito en la vida. Por lo tanto, empezó a considerar el suicidio, pero como “pensó que tal vez sufriría únicamente el dolor sin poder morir”, eligió el método de cometer un asesinato y ser ejecutado porque era “la forma más rápida de conseguir que otras personas me mataran”. Por lo tanto, podría considerarse un “asesinato para obtener la pena de muerte”, que es precisamente una especie de suicidio ampliado.

Un hombre de 46 años detenido en el caso de incendio y asesinato en un videoclub privado de Osaka (16 personas murieron) en octubre del mismo año también declaró que cometió este ataque incendiario porque estaba harto de vivir, lo que es un típico suicidio ampliado.

Las “malas notas” y la “muerte de la madre” como desencadenantes

La frecuencia de los suicidios ampliados ha aumentado aún más desde hace tres años. En primer lugar, en el caso del asesinato de un niño en un autobús escolar de Kawasaki en mayo de 2019 (dos víctimas mortales), un hombre de 51 años se suicidó tras matar a puñaladas a una alumna de primaria y un hombre.

La cadena de suicidios ampliados se acentuó a partir de 2021. En octubre, un hombre de entonces 25 años que hirió a más de una docena de personas prendiendo fuego y apuñalando a los pasajeros con un cuchillo en un tren en marcha de la línea Keiō de Tokio, parecía estar en apuros y, tras su detención, declaró que quería matar a dos personas, cualesquiera, para conseguir la pena de muerte.

Los pasajeros huyen por la ventana de un tren de la línea Keiō donde un pasajero fue apuñalado, Chōfu, Tokio, 31 de octubre de 2021. (Reuters)
Los pasajeros huyen por la ventana de un tren de la línea Keiō donde un pasajero fue apuñalado, Chōfu, Tokio, 31 de octubre de 2021. (Reuters)

En diciembre del mismo año, un hombre de 61 años, que era uno de los pacientes de una clínica de medicina psicosomática de Osaka, esparció gasolina y prendió fuego, matando a 25 personas involucradas. Las cámaras de seguridad de la clínica mostraron al hombre saltando él mismo a las llamas, poniéndose delante de los pacientes que huían y atacándolos físicamente, así como su propia muerte. Fue un típico suicidio ampliado.

Varias personas observan el lugar del incendio en el edificio que alberga la clínica donde se produjo el ataque incendiario, el 18 de diciembre de 2021. (Jiji Press)
Varias personas observan el lugar del incendio en el edificio que alberga la clínica donde se produjo el ataque incendiario, el 18 de diciembre de 2021. (Jiji Press)

En enero de 2022, un estudiante de segundo año de instituto apuñaló e hirió a dos estudiantes que iban a tomar la Prueba Común de Acceso a la Universidad y a un hombre de unos 70 años en la acera frente a la Universidad de Tokio. En la prefectura de Saitama, ese mismo mes, un hombre de 66 años, ante la muerte de su madre, que necesitaba cuidados de enfermería, llamó a su médico y a otras personas, se encerró en su casa y mató al facultativo con una escopeta.

Los investigadores examinan la escena frente a la Universidad de Tokio después de que estudiantes fueran acuchillados, el 15 de enero de 2022. (Reuters)
Los investigadores examinan la escena frente a la Universidad de Tokio después de que estudiantes fueran acuchillados, el 15 de enero de 2022. (Reuters)

Al parecer, tanto el chico detenido como el hombre de 66 años han declarado que cometieron los incidentes porque se sentían pesimistas sobre su futuro y contemplaban el suicidio. En el caso del joven, se cree que su bajo rendimiento, y en el caso del hombre de 66 años, la muerte de su madre, fueron el detonante.

Japón tiene más gente aislada que otros países

El denominador común en los casos es que los que cometen el crimen están desesperados porque no les va bien la vida y tienen pensamientos suicidas. Detrás de esto hay una frustración y un aislamiento de la sociedad muy prolongados. Además, parece que estas personas se han enfrentado a experiencias de pérdida, como el despido, la separación y la quiebra económica, y han cometido un asesinato-suicidio después de haber llegado a la conclusión de que su vida ha terminado.

¿Por qué, entonces, la persona no se suicida sola, sino que intenta un suicidio ampliado arrastrando a otras personas? En primer lugar, los pensamientos suicidas suelen ser una inversión de los impulsos agresivos hacia los demás. Si uno tiene rabia o resentimiento hacia otra persona, pero se es reacio a decírselo directamente, o se siente impotente de hacerlo, se invierte el impulso y se vuelca hacia uno mismo. Que los pensamientos suicidas se desarrollen así puede deducirse por el hecho de que los suicidas a veces dejan el nombre de la persona que les atormenta en su nota de suicidio.

A la inversa, también es fácil que los pensamientos suicidas se inviertan y se dirijan a otra persona. Si esto ocurre, el suicida camina hacia el suicidio ampliado.

Entonces, ¿cuál es exactamente el punto de inflexión entre el suicidio en solitario y el suicidio ampliado? Depende únicamente de la fuerza del deseo de venganza. Cuanto más fuertes son esos deseos, más sienten que no quieren morir solos en la miseria, y proporcionalmente, más fuerte es su deseo de “vengarse” lo más posible. Como resultado, intentan cometer un suicidio ampliado involucrando a muchas personas.

La mentalidad subyacente es culpar a los demás y a la sociedad de todo

Cuanto más frustrada y sola está una persona, más desarrolla el deseo de venganza. Esto se refuerza por la tendencia a culpar a los otros por cualquier motivo y a pensar que es “culpa de los demás” o “culpa de la sociedad” que su vida no vaya bien.

Irónicamente, esta tendencia a culpar a los demás parece haberse intensificado desde la primera mitad de la década del 2000, cuando se empezó a hacer hincapié en la autorresponsabilidad. La razón es obvia: la mentalidad de que “todo es su propia responsabilidad” exige rigor a todos. Esto es especialmente inaceptable para aquellos que no son tan capaces o que no pueden hacer mucho esfuerzo. Por ello, les gusta pensar que si su vida no va bien no es por su escasa capacidad ni falta de esfuerzo. Sin embargo, tienen ante sí una dura realidad y se sienten frustrados. Inevitablemente, no tienen más remedio que buscar la causa en el exterior.

Esta tendencia está difundida ampliamente en la sociedad japonesa actual. Todos, incluidos los políticos y los empresarios, culpan a los demás y al medioambiente de sus fracasos y se sacuden de su responsabilidad. Aunque es propio de la naturaleza humana no querer pensar que la culpa es de uno mismo, el aumento del número de personas que se sacuden de su propia responsabilidad puede ser la razón por la que los suicidios ampliados se producen cada vez con más frecuencia.

Por supuesto, es necesario mejorar las redes de seguridad para que las personas que han sufrido algún tipo de pérdida no sientan que ya no tienen ninguna posibilidad. También sería importante ampliar el número de centros de asesoramiento donde las personas con pensamientos suicidas puedan sentirse libres de buscar consejo. Las medidas de prevención del suicidio también pueden ayudar a evitar los suicidios ampliados.

Sin embargo, la tendencia subyacente es culpar a los demás y al entorno de todo, y no es exagerado decir que la sociedad japonesa actual es una “sociedad que carga a los demás con la responsabilidad”. Se puede decir que se trata de una “enfermedad” que se está extendiendo por toda la sociedad y, a menos que se aborde, no se acabará con el número de suicidios ampliados de muchas personas en el futuro.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Unas personas juntas las manos para rezar a las víctimas en torno al lugar de los hechos una semana después del incendio provocado en el edificio de Osaka. Tarde del 24 de diciembre de 2021, distrito de Kita, ciudad de Osaka. Jiji Press.)

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