En busca de una solución para los secuestros norcoreanos

Los esfuerzos de la familia de Yokota Megumi, una joven secuestrada por Corea del Norte en 1977

Sociedad

La cuestión sin resolver de los secuestros de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte apenas ha experimentado avances desde hace dos décadas, cuando algunas de las víctimas volvieron a casa. Yokota Megumi, secuestrada a los 13 años, sigue en paradero desconocido. Su madre, Sakie, está convencida de que sigue viva. Su padre, Shigeru, murió en 2020 sin volver a ver a su hija.

La misteriosa desaparición de Megumi

El 15 de noviembre de 1977 comenzó como cualquier otro día para Yokota Megumi, una estudiante secundaria de 13 años. Megumi desayunó con su familia, se dirigió a la escuela y asistió a sus clases como de costumbre. Sin embargo, cuando volvía a casa después del entrenamiento de bádminton, desapareció sin dejar rastro.

La policía buscó sin descanso a la que era una alegre y enérgica estudiante de secundaria. Se barajaron varias posibilidades: un accidente, un secuestro... ¿Se había escapado Megumi de casa? Sus desconsolados padres, Shigeru y Sakie, seguían buscando alguna pista en la playa. Si se descubría un cuerpo sin identificar en el mar del Japón, los Yokota preguntaban si se trataba de Megumi, pero nunca fue así. En el libro Megumi e no yuigon (Últimas palabras para Megumi), escrito por el periodista Ishidaka Kenji a partir de entrevistas con los Yokota, Sakie admitió haberse sentido desesperada y haber pasado la mayor parte de sus días pensando en la muerte.

Una investigación televisiva despierta un nuevo interés

No fue hasta la década de 1990 que la nueva información descubierta por Ishidaka, entonces productor de la oficina de noticias de la Asahi Television Broadcasting Corporation, hizo aumentar la conciencia social sobre esta cuestión. Ishidaka había investigado e informado sobre la desaparición de muchos coreanos que habían regresado de Japón “a casa” en el “Programa de Repatriación” de Corea del Norte a finales de la década de 1950. Cuanto más investigaba este asunto, más seguro estaba de que los agentes norcoreanos también habían secuestrado a ciudadanos japoneses.

En 1995, TV Asahi emitió el documental Mares oscuros: las operaciones secretas de Corea del Norte contra el Sur. El programa informaba sobre el secuestro en 1980 de Hara Tadaaki, cocinero de un restaurante chino de Osaka. Sin Kwang-su, un conocido espía norcoreano, había facilitado el secuestro de Hara y posteriormente asumió su identidad. Este agente se dedicó al espionaje en Japón y en toda Asia hasta su captura por las autoridades surcoreanas en 2014.

En febrero de 1995, Ishidaka descubrió que Kim Kil Uk, cómplice de Sin, había sido puesto en libertad condicional. Ishidaka fue directamente a la isla de Jeju para entrevistar a Kim. Mientras lloraba abiertamente a un lado de la carretera, Kim admitió que había secuestrado a Hara. El documental afirmaba que había pocas dudas de que al menos 13 ciudadanos japoneses habían sido secuestrados por Corea del Norte, entre ellos tres parejas que desaparecieron en la costa del mar del Japón y Arimoto Keiko, que desapareció mientras estudiaba en Londres.

Sin embargo, el propio Ishidaka afirmó que el programa no consiguió cambiar la situación de forma inmediata:

“A pesar de la difusión del documental en todo el país, pocos medios de comunicación abordaron el tema. Tampoco el Gobierno japonés mostró mucho interés. Sin embargo, un editor de otra empresa que vio el programa me recomendó que escribiera un libro sobre el tema, y seguí investigando por mi cuenta. Pronto obtuve información de que una niña de secundaria había sido secuestrada en la década de 1970 y seguía viva en Corea del Norte. Esta información nos llegó a través de un agente norcoreano que desertó y se lo contó a las autoridades de inteligencia surcoreanas”.

No fue hasta enero de 1997 cuando se identificó a esta chica como Yokota Megumi. El año anterior, Ishidaka había escrito un artículo para una revista surcoreana en el que mencionaba por primera vez información sobre el secuestro de una niña. El caso de Megumi salió entonces a la superficie y llamó la atención de Ishidaka.

Al principio, Yokota Shigeru se mostró escéptico ante la historia de Ishidaka. Sin embargo, destacó un detalle crucial: la niña secuestrada fue descrita como una “hermana gemela”. En realidad, Megumi tiene dos hermanos gemelos, pero nunca se había informado públicamente de esto. En Últimas palabras para Megumi, Sakie relató que cuando ella y su marido se reunieron por fin con Ishidaka, se echó a temblar sin poder evitarlo.

Aumenta el interés público con el lanzamiento de la Asociación de Familias

Cuando finalmente se hizo público el secuestro de Megumi por Corea del Norte, Ishidaka convocó a familiares de secuestrados de todo Japón para formar un grupo. En marzo de 1997 se creó la Asociación de Familiares de Víctimas Secuestradas por Corea del Norte, o AFVKN por sus siglas en inglés. Yokota Shigeru dirigió la organización, y en agosto del mismo año se presentaron 500.000 firmas a la Oficina del Primer Ministro instando al Gobierno a investigar más a fondo los secuestros. Después, los medios de comunicación japoneses también empezaron a dar una amplia cobertura al asunto.

A estas alturas ya existían numerosas pruebas de que Corea del Norte era responsable de los secuestros. Sin embargo, el régimen de Pionyang siguió manteniendo que las acusaciones y las pruebas eran falsas.

La visita que el primer ministro Koizumi Jun’ichirō realizó a la capital de Corea del Norte el 17 de septiembre de 2002 cambió por completo esta situación. Kim Jong Il reconoció la implicación de Corea del Norte en los secuestros y pidió disculpas. Cinco víctimas fueron devueltas inmediatamente a Japón, seguidas poco después por los hijos de algunas de ellas.

Sin embargo, Megumi no era una de ellas. Corea del Norte informó de que de los 13 secuestrados que Japón había reconocido oficialmente, ocho, incluida Megumi, habían muerto y uno no había entrado en Corea del Norte. Los otros cuatro regresaron a Japón junto con Soga Hitomi, cuya existencia fue revelada a Japón por el Gobierno norcoreano en 2002.

Fotos de Yokota Megumi en Corea del Norte facilitadas por Yokota Shigeru. (© Jiji Press)
Fotos de Yokota Megumi en Corea del Norte facilitadas por Yokota Shigeru. (© Jiji Press)

La explicación oficial de Corea del Norte fue que Megumi se había suicidado tras casarse y tener una hija con Kim Yong Nam, un ciudadano surcoreano que se había trasladado a Corea del Norte. No obstante, el conmocionado Shigeru asistió a la rueda de prensa y habló como representante de las familias:

“Las noticias sobre Megumi son desafortunadas. Me dijeron que se casó y tuvo una niña. Pero Corea del Norte había insistido hasta ahora en que no había habido secuestros. Así que no puedo creerles. Esperamos compartir la alegría de las familias que se enteraron de que sus parientes están vivos”.

Sin embargo, aún había motivos para la esperanza. Los ocho certificados de defunción proporcionados por Corea del Norte resultaron ser falsos. Ishidaka explica:

“Los certificados de defunción se prepararon apresuradamente en 2002 en respuesta a la visita de un equipo de investigación del Gobierno japonés. Había muchos detalles inusuales. Por ejemplo, el mismo hospital confirmó las ocho muertes a pesar de que la hora y el lugar de cada fallecimiento eran diferentes. Además, Corea del Norte afirmó inicialmente que Megumi había muerto en 1993. Sin embargo, según el testimonio de los secuestrados retornados, seguía viva en algún momento después de ese año. Por ello, Corea del Norte revisó rápidamente el certificado de defunción para decir que había muerto en 1994. Estas acciones sospechosas sugieren que Megumi sigue viva”.

La AFVKN exigió más respuestas y el Gobierno japonés, a su vez, exigió a Corea del Norte que reabriera la investigación. En noviembre de 2004, Corea del Norte entregó al Gobierno japonés los supuestos restos de Megumi y fotografías suyas que Kim Yong Nam había conservado. Sin embargo, las pruebas japonesas de los restos revelaron que el ADN no pertenecía a Megumi. El Gobierno japonés insistió en que se trataba de los restos de otra persona.

También se ha señalado que el entierro es la norma en Corea del Norte, y que sería extraño que Megumi fuera incinerada. Funcionarios norcoreanos explicaron que Kim Yong Nam desenterró e incineró los restos de Megumi tres años después de su muerte y los guardó en su casa. Se trata de una acción muy poco natural, por no decir extraña.

¿Qué impide el regreso de Megumi?

¿Por qué se empeña Corea del Norte en ocultar la verdad sobre Megumi? Hay información que sugiere que fue la encargada de enseñar japonés a los hijos del líder norcoreano Kim Jong Il, fallecido en 2011. De ser así, es posible que Pionyang no quiera revelar el paradero y la existencia de Megumi porque sabe demasiado sobre los asuntos internos “ultrasecretos” de la familia Kim.

La hija de Megumi, Kim Eun Gyong, aún reside en Corea del Norte. En 2002, Eun Gyong, que entonces tenía 15 años, lloraba a lágrima viva mientras contaba a los medios japoneses que deseaba que sus abuelos pudieran venir a verla algún día. En marzo de 2014, Shigeru y Sakie pudieron por fin conocer a Eun Gyong en Ulán Bator, Mongolia. Llevó consigo a su hija de 10 meses, y los Yokota pudieron pasar cinco días con su nieta y su bisnieta.

Sakie con su bisnieta en brazos. (Cortesía de Arita Yoshifu; © Jiji Press)
Sakie con su bisnieta en brazos. (Cortesía de Arita Yoshifu; © Jiji Press)

Ishidaka insiste en que no hay pruebas convincentes sobre la muerte de Megumi, cuyo paradero sigue sin conocerse a día de hoy:

“Shigeru creía firmemente que su amada hija estaba viva y soñaba con el día en que Megumi regresara a Japón. Shigeru siguió participando activamente en la asociación familiar, pero murió en 2020 antes de que pudiera celebrarse una reunión familiar. Solo podemos imaginar la decepción que debió sentir al llegar al final de su vida sin ver ningún progreso debido a unos políticos que eran muy valientes a la hora de hablar pero carecían de fuerza para actuar”.

En febrero de 2023 Sakie cumplió 87 años, la misma edad a la que murió Shigeru. Sakie sufre problemas de salud y acude con frecuencia al hospital. En mayo de este año contó a los periodistas un incidente reciente en su casa, donde de repente tuvo fuertes palpitaciones y perdió momentáneamente la visión. En ese momento, rezó: “Dios, por favor, dame fuerzas para seguir un poco más”. Sakie sigue creyendo que es posible una resolución, y afirma que la posibilidad de recuperar a Megumi es lo hace que pueda seguir adelante.

El tiempo que les queda a las familias de todos los secuestrados disminuye día a día. El hermano mayor de Taguchi Yaeko, Iizuka Shigeo, asumió inicialmente el liderazgo de la AFVKN de manos de Shigeru. Sin embargo, él también falleció poco después, en diciembre de 2021. En una rueda de prensa, el hijo mayor de Taguchi, Iizuka Kōichirō, expresó su esperanza de que el Gobierno japonés hiciera serios esfuerzos para traer a su madre a casa.

Iizuka Kōichirō (izquierda) fue criado como hijo del hermano de Taguchi Yaeko, Shigeo (derecha), después de que su madre fuera secuestrada. En el fondo de esta foto de abril de 2005 hay una imagen de Yaeko. (© Jiji Press)
Iizuka Kōichirō (izquierda) fue criado como hijo del hermano de Taguchi Yaeko, Shigeo (derecha), después de que su madre fuera secuestrada. En el fondo de esta foto de abril de 2005 hay una imagen de Yaeko. (© Jiji Press)

En mayo de 2023, el primer ministro Kishida Fumio intervino en una reunión sobre los secuestros, en la que afirmó que “ahora es el momento de tomar medidas audaces para cambiar la situación actual” y que “Japón presionará de forma proactiva, participando en consultas de alto nivel para entablar conversaciones a nivel de cumbre” con Corea del Norte. Sin embargo, aún no se ha dado ningún paso concreto. Es dudoso que se pueda conseguir algo con simples eslóganes: las habilidades del primer ministro se pondrán realmente a prueba si quiere hacer algún progreso.

En 2024, Megumi, que tenía 13 años cuando fue secuestrada, cumplirá 60. Casi medio siglo desde que comenzaron los secuestros es evidente el enorme sufrimiento que siguen experimentando las familias.

(Publicado originalmente en japonés y traducido al español desde la versión en inglés. Reportaje y artículo de Nishioka Yukifumi y Power News. Fotografía del encabezado: Yokota Sakie siendo entrevistada antes del tercer aniversario de la muerte de su marido Shigeru en Kawasaki, prefectura de Kanagawa, el 30 de mayo de 2023. © Jiji Press).

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