Cómo las redes sociales reconfiguran la política en Japón, para bien o para mal

Política

Los medios sociales se han convertido rápidamente en una fuerza en la política japonesa, moldeando la opinión pública e inclinando la balanza en las elecciones nacionales y locales de todo Japón. ¿Qué significa esto para el compromiso político, la confianza en las instituciones convencionales y el futuro de la democracia japonesa?

Internet y el compromiso político

La mayoría de los votantes japoneses rara vez observan los debates políticos o se toman el tiempo de seguir directamente la elaboración de las políticas, confiando en cambio en los medios de comunicación para mantenerse informados. Durante décadas eso ha significado leer los periódicos. Las encuestas nacionales de la Asociación para la Promoción de las Elecciones Justas (APFE) mostraron que, sin embargo, para principios de la década de 2000, la televisión había superado a los periódicos como principal fuente de información política. Hoy en día internet ha superado a ambos.

Fuentes mediáticas de información política y electoral

Al mismo tiempo, Ikeda Ken’ichi, experto en comportamiento de votantes, señala que la participación política en Japón sigue siendo baja en comparación con otras democracias maduras. El entorno político estable pero estancado de Japón, dominado por intereses políticos arraigados y grupos de apoyo político personales, puede amortiguar la motivación para votar. En una encuesta de APFE realizada a raíz de las elecciones a la Cámara de Representantes de 2024, entre las razones más comunes que dieron los encuestados para abstenerse se encontraban “no me interesan las elecciones” (24,3 %), “las elecciones no mejoran la política” (17,3 %) y “mi voto no importa” (11,6 %). La participación electoral de los jóvenes, en particular, se ha mantenido en torno a la mitad de la tasa de las generaciones mayores, lo que suscita serias preocupaciones sobre la salud de la democracia japonesa.

Sin embargo internet, y los medios sociales en particular, ha abierto nuevas puertas al compromiso político, sobre todo entre quienes se sienten ajenos a la política convencional.

Las personas que consideran inadecuada la cobertura de los medios de comunicación tradicionales recurren a menudo a internet para explorar las cuestiones en sus propios términos. Las plataformas sociales les permiten ponerse en contacto con otras personas que comparten sus puntos de vista, o rebatir a quienes ven las cosas de forma diferente. En un fenómeno conocido como “burbujas de filtros”: los usuarios están cada vez más expuestos a contenidos que coinciden con sus creencias y se relacionan con usuarios afines en cámaras de eco, reforzando sus opiniones preexistentes.

El ascenso político de Donald Trump en Estados Unidos se ha visto impulsado por esta dinámica. Los medios sociales han alimentado la polarización política, pero también han atraído a más personas a la conversación política y han impulsado la participación. De este modo, los medios sociales actúan como un arma de doble filo para la democracia.

El aumento de las campañas en los medios sociales en Japón

Las elecciones a gobernador en Tokio y Hyōgo en 2024 demostraron cuán transformadoras pueden ser las redes sociales. Para los candidatos que carecen de capital político tradicional —como bases de apoyo locales, financiación o reconocimiento del nombre—, las redes sociales ofrecieron un campo de batalla vital para hacer campaña al estilo guerrilla. Los candidatos transmitieron discursos en directo, compartieron actos de campaña en tiempo real y recabaron apoyos en línea. Estas tácticas aportaron una sensación de inmediatez y autenticidad que resonó entre muchos votantes, especialmente entre aquellos desilusionados con la política establecida, los medios de comunicación convencionales o los intereses creados. Este tipo de apoyo apasionado a los candidatos políticos se comparó a veces con el oshikatsu, un término que describe el entusiasmo y la devoción que los fans muestran por sus ídolos favoritos.

Estas campañas impulsadas por los medios sociales tienden a centrarse en individuos carismáticos más que en plataformas de partidos “sin rostro” o debates políticos abstractos. El Partido Democrático para el Pueblo obtuvo importantes ganancias en las elecciones a la Cámara de Representantes de 2024, pero el análisis de la séptima encuesta política del Estudio Electoral Japonés mostró que los usuarios de los medios sociales no estaban necesariamente alineados con las políticas defendidas por el partido o por su líder, Tamaki Yūichirō. Más bien, los votantes desilusionados activos en los medios sociales parecen haberse sentido atraídos por Tamaki personalmente, independientemente de su ideología.

La otra cara de la política en las redes sociales es su susceptibilidad a la manipulación. Las calumnias, los rumores, las noticias falsas y las maniobras llamativas pueden distorsionar el proceso político. En todo el mundo, las campañas de desinformación basadas en internet, los ataques a los oponentes políticos y la injerencia extranjera han plagado las elecciones desde la década de 2010.

En las elecciones presidenciales de Rumanía de 2024, por ejemplo, el apoyo a un oscuro candidato de extrema derecha aumentó a través de las redes sociales, pero más tarde se descubrió que se trataba de una influencia extranjera, lo que llevó a la anulación de las elecciones. En Japón han surgido preocupaciones sobre posibles violaciones de la Ley de Elección de Cargos Públicos y el papel de las empresas de relaciones públicas en la manipulación de las narrativas de los medios sociales, lo que ha dado lugar a peticiones de reglamentos y sanciones más claros.

Cambios a largo plazo en el comportamiento de los votantes

Dada esta dinámica, ¿puede remodelar internet la forma fundamental en que los japoneses perciben la política o votan? A corto plazo, es probable que los efectos varíen en función del tipo de elecciones y de la demografía implicada.

Las zonas urbanas con más jóvenes, un mayor uso de los medios sociales y una mayor proporción de residentes nacidos en otros lugares son terreno fértil para las campañas en línea, especialmente en las contiendas locales impulsadas por la personalidad, como las elecciones a gobernador que se celebraron en Tokio y Hyōgo. Pero en las regiones rurales con poblaciones de más edad y una penetración limitada de los medios sociales, o en contiendas centradas en los partidos como las legislativas nacionales, el impacto puede ser más atenuado.

Dicho esto, los últimos acontecimientos —el aumento de los precios, la escasez de arroz, las tensiones geopolíticas, los accidentes graves y las catástrofes naturales— han sacudido la confianza pública e intensificado la frustración política. Como se vio durante la pandemia de la COVID-19, tales periodos son propicios para las teorías conspiratorias y la desinformación, a menudo difundidas a través de los medios sociales. Cuando estas condiciones se alinean, pueden producirse incluso cambios a corto plazo en la conciencia social y política.

Mientras tanto, también se están produciendo transformaciones a largo plazo. La encuesta APFE 2024 mostró que las generaciones mayores siguen confiando en los periódicos, los votantes de mediana edad se decantan por la televisión y los más jóvenes recurren cada vez más a internet para obtener información política. A medida que cambian las generaciones, es probable que aumente la influencia de internet.

Otro cambio importante es el declive de organizaciones intermediarias tradicionales, como las asociaciones empresariales, los sindicatos y los grupos religiosos, que antaño ayudaban a conformar la identidad y el comportamiento políticos centrados en los partidos. Estos grupos desempeñan un papel clave en la “socialización política”, pero a medida que su influencia disminuye, los individuos encuentran menos formas estructuradas de entender la política y comprometerse con ella. En su lugar, internet y las comunidades en línea están asumiendo gradualmente ese papel. Con el tiempo, estos cambios pueden remodelar los cimientos de la forma de pensar y actuar políticamente de los votantes japoneses.

Los medios sociales han demostrado ser una herramienta poderosa para los nuevos movimientos políticos. Pero los actores establecidos —con bolsillos más profundos y mayor alcance organizativo— podrían aprender a utilizarlos con la misma eficacia y estrategia, si no más. El éxito político en una democracia depende de la eficacia a la hora de hacer llegar el mensaje propio a un gran número de votantes, y es probable que las herramientas de comunicación, incluidos los medios sociales, sigan creciendo y evolucionando.

El futuro de la democracia dependerá de lo bien que naveguemos en este entorno mediático en evolución. A medida que los deepfakes generados por IA y las sofisticadas campañas de desinformación sean más difíciles de detectar, será fundamental que las organizaciones de noticias, los grupos de vigilancia y las empresas de plataformas intensifiquen sus esfuerzos para comprobar los hechos.

A nivel individual, la alfabetización informativa debe reforzarse en todas las generaciones. Esto incluye diversificar las fuentes de noticias, comprobar los hechos y fomentar el pensamiento crítico a través del debate con los demás. Comprender la dinámica política requiere algo más que reaccionar ante titulares sensacionalistas; exige la capacidad de discernir las estructuras más amplias que se esconden tras ellos.

Por último, la educación cívica también debe evolucionar, especialmente desde que se rebajó la edad de voto a los 18 años. Enseñar a los jóvenes cómo funciona la política y cómo tomar decisiones electorales informadas es crucial para mantener una democracia sana.

(Artículo publicado originalmente en japonés, y traducido al español de la versión en inglés. Imagen del encabezado: Saitō Motohiko, destituido como gobernador de Hyōgo tras una moción de censura, se dirige a una multitud de votantes que sostienen sus smartphones durante el último día de su campaña de reelección; 16 de noviembre de 2024 - © Kyōdō.)

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