Japón sigue dependiendo del dinero en efectivo

Economía

Con un porcentaje de pagos sin efectivo de solo el 20 %, Japón anda rezagado respecto a China, Corea del Sur, los Estados Unidos o el Reino Unido.

Los últimos datos revelan que en 2016 la tasa de pagos sin metálico en Japón era de solo el 19,8 %. Esto revela un sensible retraso en la introducción de este método de pago digital en comparación con Corea del Sur (96,4 %), China (60,0 % en 2015) y los Estados Unidos (46,0 %). Esta situación no parece haber cambiado notablemente desde entonces.

Después de la crisis económica asiática de 1997, Corea del Sur introdujo incentivos fiscales, como deducciones en la base del impuesto sobre la renta al realizar pagos con tarjeta de crédito, para impulsar los pagos sin efectivo y estimular el consumo. En China, servicios como Alipay, que utiliza códigos QR en los teléfonos inteligentes para completar los pagos, son cada día más comunes. Tal como comenta un ciudadano de Pekín, en las zonas urbanas es posible hacer la vida diaria utilizando exclusivamente códigos QR.

En Japón, por el contrario, aún existe un fuerte apego por el efectivo, algo que está retrasando el avance de los pagos sin metálico. Hay cajeros automáticos por doquier, y la sociedad está organizada para el uso habitual del dinero físico. No obstante, Mizuho Financial Group calcula que el coste de manejar efectivo, incluyendo el mantenimiento de los cajeros automáticos y las operaciones de registro de efectivo en los comercios, alcanza los ocho billones de yenes al año a escala nacional. Con la creciente escasez de mano de obra cada vez es más difícil mantener los cajeros automáticos en funcionamiento.

El Gobierno se ha marcado el objetivo de alcanzar una tasa del 40 % de pagos sin metálico para mediados de la década de 2020. En octubre de 2019, coincidiendo con el aumento del impuesto al consumo, las empresas también implementarán sistemas de puntos para recompensar a los consumidores que realicen pagos sin efectivo. La meta será la estimulación de la economía al mismo tiempo que se impulsan las transacciones sin metálico entre los comercios locales y de pequeña escala. 

(Fotografía del encabezado: © Pixta.)

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