La discriminación contra los infectados con el coronavirus afecta a los niños japoneses

Sociedad

Los escolares japoneses se han visto afectados por el cierre temporal de las escuelas y los días en que no pueden jugar con sus amigos. Además, se sienten heridos por la discriminación y los prejuicios de la sociedad adulta contra los infectados.

Un estudio sobre el nuevo coronavirus y los menores japoneses realizado por el Centro Nacional para la Salud y el Desarrollo Infantil en junio y julio de 2020 revela que el 32 % de los escolares encuestados querrían mantenerlo en secreto si ellos o algún miembro de su familia resultasen infectados. Por otra parte, el 47 % afirmó que si una persona se infecta, lo más probable será que quiera mantenerlo en secreto. Frecuentes informes de reacciones exageradas ante el nuevo coronavirus, como los ataques de las personas conocidas como jishuku keisatsu (policía de la autocontención) o kisei keisatsu (policía del regreso al hogar), han provocado que surja una sensación de resistencia a informar que están infectados entre los menores. Además, el 22 % de los encuestados confesaron que dudarían en salir con alguien infectado aunque este superara la enfermedad.

El centro señaló que la discriminación y los prejuicios han estado aflorando en torno a los niños en relación con el nuevo coronavirus de forma considerable. “En años habituales, el número de menores que se suicidan aumenta a finales de agosto y principios de septiembre. Esto indica su tensión mental al acercarse el final de las vacaciones de verano, pero tenemos que prestar especial atención este año”.

El 72 % de los niños mostraron algún tipo estrés, con afirmaciones como “Odio pensar en el coronavirus” o “No me puedo concentrar en estos días”. Además de las opciones, se pidió a los encuestados que escribieran libremente sobre lo que les preocupaba: “No sé quién es el profesor por la mascarilla. Es difícil escuchar lo que dicen, pero no creo que deba acercarme demasiado a ellos, aunque quiera hacer preguntas”. “Tengo miedo del profesor. Se enfada si juego con mis amigos”. Estos son ejemplos de algunos de los estudiantes que se quejaron de problemas de comunicación en la escuela.

En la encuesta también se les preguntó si consideraban que sus opiniones se reflejaban en los importantes cambios en sus estilos de vida y en la vida escolar como consecuencia de la propagación de la infección. A medida que aumentaba la franja de edad, la proporción de “poco” o “nada en absoluto” aumentó, y quedó claro que estaban insatisfechos.

Algunos de los comentarios libres dirigidos a los adultos fueron muy severos: “¿Por qué los adultos pueden salir a beber pero los niños no pueden reunirse y jugar?”, “Veo a gente de la generación de mis padres en entrevistas de televisión diciendo que es estresante para ellos tener a sus hijos en casa todo el tiempo, y me resulta duro que nos nieguen así”.

Los menores japoneses son también víctimas del estrés derivado del nuevo estilo de vida al que nos ha arrastrado la epidemia del nuevo coronavirus.

Fotografía del encabezado: PIXTA.

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