Un 83,8 % de los jóvenes japoneses no comería insectos como fuente alternativa de proteínas

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En la actualidad, los platos que llevan como ingrediente larvas de abeja o langostas solo han sobrevivido como comida tradicional en unas pocas localidades de Japón, pero se cree que en la antigüedad eran una fuente primordial de proteína en muchas partes del país.

La reciente tecnología alimentaria ha puesto sus esperanzas en los insectos como fuente de proteína, lo que podría representar un regreso a los orígenes de la humanidad. Sin embargo, una encuesta ha revelado que los jóvenes japoneses que nacieron y se criaron en una época de abundancia no están del todo convencidos de hacer de los insectos parte de su dieta.

En el año fiscal 2019, la autosuficiencia alimentaria de Japón fue del 38 % en proporción con la ingesta de calorías. El Gobierno se ha propuesto aumentarla hasta el 45 % para el año fiscal 2030. Sin embargo, conseguir con éxito esta cifra parece algo sumamente complicado ya que los agricultores están envejeciendo y cada vez hay menos mano de obra disponible en este sector.

Un estudio realizado a través internet por la Fundación Nippon, en el que participaron mil jóvenes de ambos sexos de 17 a 19 años, reveló que el 59,8 % de quienes respondieron encuentra problemático que Japón solo tenga un 38 % de autosuficiencia alimentaria. En contraste, solo el 10,9 % dijo que no es una situación preocupante.

Entre las razones elegidas (respuestas múltiples) por quienes consideraron que una autosuficiencia alimentaria tan baja es un problema, el 77,9 % señaló el hecho de que no se podría hacer frente a una escasez de alimentos; el 47, 8 %, la posibilidad de que el flujo de alimentos se detenga por cambios en la situación internacional y el 30,1 %, la posibilidad de que los cambios en el medioambiente puedan empeorar la situación alimentaria.

En años recientes, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de nuevos alimentos y el descubrimiento de otros métodos de preparación, lo que ha atraído la atención a la tecnología alimentaria que busca encontrar soluciones a diversos problemas relacionados con los alimentos. Sin embargo, los jóvenes japoneses no parecen estar en la misma sintonía. Según el estudio, el 23, 6 % de los encuestados cree que reconstruir el sector primario es la mejor opción para paliar la escasez de alimentos. El 11,2 % opinó que lo mejor era desarrollar tecnologías que mejoren la productividad alimentaria; el 5,1 %, hacer nuevas inversiones en el sector alimentario y solo el 2,2 % se decantó por la producción de fuentes alternativas de proteína. Esto revela que la juventud japonesa no tiene un gran interés por la tecnología alimentaria.

Los sustitutos de la carne, la carne de soja y los insectos son algunas de las opciones que se están considerando como fuentes alternativas de proteína en la tecnología alimentaria. A este respecto, el 83,8 % de los jóvenes japoneses respondió que no le gustaría comer insectos.

Fotografía de encabezado: PIXTA

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