El 5,7 % de los estudiantes de secundaria en Japón cuida a algún familiar habitualmente

Sociedad

Los jóvenes cuidadores tienen que dedicar varias horas al día a atender a sus hermanos pequeños o familiares con discapacidad mientras sus compañeros se dedican a las actividades de los clubes o a estudiar para los exámenes en las academias.

El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar ha llevado a cabo su primera encuesta a nivel nacional sobre jóvenes cuidadores, que ha revelado que el 5,7 % de los estudiantes de segundo curso de secundaria y el 4,1 % de los estudiantes de segundo curso de instituto asumen la responsabilidad de cuidar a sus familiares. Estos estudiantes dedicaron una media de cuatro horas diarias, algo que pone de manifiesto la influencia negativa que esta realidad tiene en su vida escolar.

Más del 45 % de los cuidadores afirma que cuida y atiende a algún familiar casi todos los días, y cerca del 17 % lo hace entre tres y cinco días a la semana. La media de tiempo dedicado a cuidar a un miembro de la familia por día de la semana fue de 4 horas, y un 10 % confesó que pasaba 7 horas o más.

En cuanto al desglose de los miembros de la familia que necesitan cuidados, los “hermanos” representan el mayor porcentaje con un 61,8 % en el segundo curso de secundaria y un 44,8 % en el segundo curso de instituto, seguidos de los “padres” y los “abuelos”.

En cuanto a los efectos en su vida escolar, los estudiantes que “tienen un familiar que necesita cuidados” tienden a ausentarse de la escuela con más frecuencia que los demás estudiantes y a llegar tarde a clases o salir temprano con más frecuencia. Asimismo, varios estudiantes confesaron “dormirse mucho en clase”, “no poder hacer los deberes/tareas” y “no cumplir con los plazos de entrega de documentos”. Esto sugiere que los estudiantes tienden a estar aislados en la escuela.

La encuesta se realizó por Internet entre diciembre de 2020 y febrero de 2021 en aproximadamente 1.350 centros públicos de secundaria e instituto de todo el país, con un total de 170.000 estudiantes del segundo curso de secundaria e instituto. Más de 13.000 personas respondieron a la encuesta.

En cuanto a las opiniones individuales, hubo testimonios conmovedores: “Mis padres viven separados y mi padre no nos apoya económicamente, por lo que es inevitable que deba cooperar con mi madre en cierta medida. Pero como muchas veces llego tarde o falto a las clases, eso se refleja en la evaluación académica”; “Mi familiar que necesita cuidados tiene una discapacidad mental grave y no puede valerse por sí mismo o quedarse solo en casa. Como hay pocos centros que pueden admitir a personas con discapacidad y hay muchas personas en lista de espera, no podemos ingresarlo en ningún sitio”.

Fotografía del encabezado: PIXTA.

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