Las familias monoparentales, ahogadas por la crisis del coronavirus

Sociedad

Con la actividad económica estancada debido a la propagación del nuevo coronavirus, las familias que cuidan de menores que han perdido a uno o a ambos progenitores por enfermedad o accidente se están viendo atrapadas económicamente.

Una encuesta realizada por la Fundación Ashinaga, que trabaja para apoyar a huérfanos en Japón y en el extranjero, a los 3.994 padres de estudiantes de instituto que reciben las becas de la asociación mostró que, en septiembre de 2021, el salario medio neto mensual de los que tenían un empleo era de 146.730 yenes. Esta cifra fue unos 100.000 yenes menor que los 245.000 yenes de los trabajadores generales (cifra calculada a partir de la Encuesta Básica sobre la Estructura Salarial).

Asimismo, el 27,6 % del total de los encuestados contestó que no tenía ingresos o no estaba empleado, y el salario medio mensual, incluyendo a los que estaban desempleados, era de 106.485 yenes.

El 81,5 % de los encuestados eran madres (el padre había fallecido por enfermedad o accidente), de las que un 58,7 % tenían un empleo irregular. Debido al bajo nivel salarial y a la inestabilidad del empleo, el 19,5 % de los encuestados renunció o cambió de trabajo debido a la crisis del coronavirus. De estos últimos, el 45,5 % lo hizo porque fue “despedido”, lo que significa que muchos de ellos perdieron sus ingresos independientemente de su deseo de trabajar.

Cuando se les preguntó qué hacían para llegar a fin de mes, la respuesta más común fue “gastar los ahorros y seguros” (56,7 %). Por otra parte, se comprobó que los hijos se esfuerzan por asegurarse el máximo de ingresos trabajando a tiempo parcial o que los tutores legales están aumentando el número de horas que trabajan. Aun así, hubo casos en los que tuvieron que tomar decisiones difíciles, como pedir a los menores que abandonaran las actividades de los clubes o la academia preparatoria, o que renunciaran a los estudios superiores.

En la sección de comentarios libres del cuestionario, se encontraron testimonios desgarradores: “Estaba trabajando en dos lugares a tiempo parcial, pero en el trabajo principal me despidieron debido a las malas ventas a causa del coronavirus”, “El ordenador necesario para las clases online de mi hijo se rompió, pero no tenía dinero para renovarlo”, “No puedo permitirme alimentar a mi hijo con lo que quiera, y sin embargo él sigue sonriendo, y eso me rompe el corazón”, “¿Es que los desfavorecidos no tenemos derecho a vivir?”.

Fotografía del encabezado: PIXTA.

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