Muchos japoneses no saben que poner el microchip a sus mascotas será obligatorio próximamente

Sociedad Familia

La Ley de Protección de los Animales revisada obligará a los criadores y a las tiendas de animales a poner microchips a los perros y gatos a partir de junio de 2022. Sin embargo, la mayoría de los que tienen mascotas no quieren que estos lleven microchip.

Con la promulgación de la Ley de Protección Animal revisada, a partir de junio de 2022 los perros y gatos vendidos por criadores y tiendas de animales deberán llevar un microchip que registre los datos de su propietario. El microchip es un dispositivo cilíndrico de unos 2 milímetros de diámetro y 12 milímetros de largo que un veterinario implanta en el cuerpo del perro o el gato con una jeringa. Su información, al ser leída por un dispositivo especial, puede cotejarse con los datos del propietario. Además de evitar que las mascotas sean abandonadas, el dispositivo también será útil para encontrar a las mascotas perdidas, algo que ocurre en casos como un desastre natural.

Cuando Japan Trend Research (gestionado por la empresa NEXER) preguntó a 2.000 personas a través de un sitio web de encuestas si conocían la obligatoriedad del microchip, el 76,3 % de los encuestados dijo no saberlo, lo que sugiere que la información sobre la revisión de la ley apenas ha llegado a la población.

De los 2.000 encuestados, se preguntó a 433 que poseían actualmente perro o gato si estos tenían microchip. Solo el 24,5 % dijo que sí, incluyendo a los propietarios que tenían varios animales.

Es obligatorio poner el microchip a los perros y gatos con los que ya se convive. Cuando se preguntó a los 340 encuestados que respondieron que sus perros o gatos no llevaban microchip si querían que lo llevaran en el futuro, la mayoría (55,9 %) respondió que no quería, mientras que solo el 17,6 % dijo que sí.

Algunas de las razones que se dieron para no querer poner el microchip a sus perros o gatos fueron: “No es ético implantar un chip a una criatura viva” y “No me gusta la idea de implantar un objeto extraño artificial en la mascota que está dentro de casa porque podría causarle algún tipo de problema”. Además, algunos de los que respondieron “no tenerlo claro” dijeron que les “da pena” o que “depende de lo que cueste”.

Puede encontrar el artículo original de Japan Trend Research en japonés aquí.

Fotografía del encabezado: PIXTA.

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