El crisantemo, flor representativa del otoño japonés

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El crisantemo es una flor representativa del otoño japonés. Quizá porque se utiliza ampliamente en los altares budistas y ofrendas tiene una imagen fúnebre, pero los japoneses la han considerado desde la antigüedad una flor noble y especial, tal como lo demuestra el hecho de que es el blasón de la Casa Imperial y el emblema del pasaporte de Japón.

En China, el crisantemo era utilizado desde la antigüedad con fines medicinales y como un ingrediente comestible. Esta flor llegó a Japón aproximadamente en el periodo Heian (794-1185). Cada año, el 9 de septiembre se celebra el chōyō no sekku que tiene como protagonista los crisantemos. Esta es una de las cinco festividades que marcan el cambio de las estaciones, tradición que también llegó de China. Debido a sus efectos medicinales, se confirió a esta flor el anhelo de salud y longevidad.

En Japón, su cultivo comenzó a aumentar a partir de la primera parte del periodo Edo (1603-1868), lo que trajo consigo el nacimiento de muchas variedades. También surgieron nuevas formas de admirarlas como jardines o muñecas de crisantemos. Desde finales del periodo Edo hasta principios del Meiji (1868-1912), viajaron de regreso a China e incluso llegaron a Europa, creando un importante auge de la horticultura del crisantemo.

Crisantemos blancos, distintivos de las ofrendas florales. (PIXTA)
Crisantemos blancos, distintivos de las ofrendas florales. (PIXTA)

Crisantemos atsumono. Se caracterizan por que sus cientos de pétalos crecen hacia el centro, lo que les da una apariencia densa. (PIXTA
Crisantemos atsumono. Se caracterizan por que sus cientos de pétalos crecen hacia el centro, lo que les da una apariencia densa. (PIXTA

Crisantemos kudamono, los pétalos florecen sobre el tallo como si hubieran estallado. (PIXTA)
Crisantemos kudamono, los pétalos florecen sobre el tallo como si hubieran estallado. (PIXTA)

Se cree que la Casa Imperial comenzó a usar la imagen del crisantemo como blasón a principios del periodo Kamakura (1185-1392), ya que el emperador emérito Gotoba era un gran admirador de los diseños de estas flores. En el periodo Meiji se determinó que el crisantemo jūrokubenyae sería el blasón de la Familia Imperial y su diseño quedó establecido detalladamente en el decreto sobre los rituales de la Casa Imperial en el año 1926.

El blasón del crisantemo en la puerta del santuario de Yasukuni tiene un diámetro de 150 centímetros. (PIXTA)
El blasón del crisantemo en la puerta del santuario de Yasukuni tiene un diámetro de 150 centímetros. (PIXTA)

El crisantemo emblema del pasaporte japonés también tiene 16 pétalos. (PIXTA)
El crisantemo emblema del pasaporte japonés también tiene 16 pétalos. (PIXTA)

Crisantemo ichimonji, cuenta con aproximadamente una docena de pétalos con forma de fondo de barco que florecen horizontalmente. Por su parecido con el blasón imperial se lo conoce como gomonshōgiku (crisantemo blasón). (PIXTA)
Crisantemo ichimonji, cuenta con aproximadamente una docena de pétalos con forma de fondo de barco que florecen horizontalmente. Por su parecido con el blasón imperial se lo conoce como gomonshōgiku (crisantemo blasón). (PIXTA)

El crisantemo en Japón también es representativo de las flores comestibles. La preparación tradicional consiste en hervirlos brevemente, y se comen con salsa de soja y caldo dashi. Se caracterizan por ser aromáticos, tener un gusto levemente amargo, así como por su textura fresca y crujiente. La variedad representativa de los crisantemos comestibles es la enmeiraku, producida principalmente en Yamagata, donde es conocida con el mote de motte no hoka (“inadmisible”). Se dice que estos crisantemos se comen mientras se cita la frase “¡Es inadmisible que nos comamos los crisantemos, blasón de la Familia Imperial!”.

Pétalos de crisantemo hervidos con salsa de soja y caldo dashi, con una consistencia fresca y crujiente. (PIXTA)
Pétalos de crisantemo hervidos con salsa de soja y caldo dashi, con una consistencia fresca y crujiente. (PIXTA)

Muchas personas creen que los pequeños crisantemos que acompañan el sashimi son solo un adorno, pero realmente son comestibles. Aunque hay que saber la forma correcta de comerlos: primero se retiran los pétalos, se esparcen en salsa de soja y se comen junto con el sashimi. Su suave aroma y amargura dan un toque especial al plato.

Los pequeños crisantemos que acompañan el sashimi son comestibles. (PIXTA)
Los pequeños crisantemos que acompañan el sashimi son comestibles. (PIXTA)

Fotografía del encabezado: PIXTA.

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