Historia de las ‘ema’, tablillas votivas para pedir deseos importantes

Historia Cultura

En época de exámenes, los templos y santuarios de todo Japón se llenan de ristras de tablillas ema que los estudiantes cuelgan para rogar por el aprobado. La fe en esta tradición está profundamente arraigada en el imaginario nipón. Les contamos el origen de las ema y la intención con la que se crearon.

La costumbre ancestral de ofrendar caballos a los dioses

Antiguamente los japoneses consideraban a los caballos como seres divinos que servían de medio de transporte para los dioses, por lo que los ofrendaban a los santuarios sintoístas. Los santuarios más importantes contaban con un establo de equinos sagrados para que los dioses a quienes se consagraba el lugar tuvieran con qué desplazarse. Este tipo de establos siguen existiendo en algunos lugares.

Los únicos que podían permitirse entregar un caballo vivo eran personas de clase alta con suficiente poder adquisitivo para criarlos o comprarlos. Por eso el resto de la población empezó a ofrecer muñecos con forma de caballo elaborados con materiales como tierra, madera o paja, y posteriormente el exvoto se simplificó aún más y pasaron a llevar tablillas de madera con el dibujo de un caballo. Fue así como se originaron las ema.

El primer documento en que aparece escrita la expresión ema es una antología de poemas y textos chinos del periodo Heian (794 - 1185) titulado Honchō monzui (La esencia literaria de nuestro país). En un artículo del año 1012 se mencionan “tres caballos pintados sobre papel”. Además, parece que la costumbre de ofrendar tablillas ema ya existía en el siglo VIII.

En el conjunto de ruinas arqueológicas de Iba, situado en la ciudad de Hamamatsu (prefectura de Shizuoka), las excavaciones descubrieron en 1972 unas ema del periodo Nara (710-794). En las ruinas de Shikata de la ciudad de Okayama, entre 2012 y 2013, también se hallaron tablillas que probablemente datan de la misma época.

Las tablillas que se encontraron en Iba medían 9 centímetros de ancho y 7 de largo, mientras que las de Shikata eran de 23 por 12. Sus dimensiones nos permiten considerarlas modelos de las ema que más comúnmente se usan hoy en día.

Ema procedente de las ruinas de Iba, una de las más antiguas halladas en Japón hasta la fecha. (Museo de Historia Municipal de Hamamatsu)
Ema procedente de las ruinas de Iba, una de las más antiguas halladas en Japón hasta la fecha. (Museo de Historia Municipal de Hamamatsu)

Los dibujos de las ema se diversifican en el periodo Muromachi

Según Mono to ningen no bunkashi 12 - ema (Historia de la cultura de los objetos y las personas 12: ema; Iwai Hiromi, Hōsei Daigaku Shuppankyoku), al principio las ema solo se ofrecían en los santuarios sintoístas, pero la costumbre se generalizó también en los templos budistas a partir del periodo Muromachi (1336-1573). Se observa una diversificación de los diseños a mediados de la era.

Por ejemplo, en el santuario de Hakusan del distrito de Kōka (prefectura de Shiga) hay una ema de 1436 que representa a los treinta y seis inmortales de la poesía en la que se pide el deseo de componer un poema tan espléndido como los de un maestro de waka.

Una ema del santuario Kotohira-gū que data de 1787 y tiene dibujados a los Rokkasen, los seis poetas más destacados del Kokin Wakashū (Antología de poesía japonesa antigua y moderna), entre los que se encuentran Ariwara no Narihira y Ono no Komachi. Imagen extraída del recopilatorio de ema del santuario, Kotohira-gū ema kagami. (Biblioteca Nacional de la Dieta)
Una ema del santuario Kotohira-gū que data de 1787 y tiene dibujados a los Rokkasen, los seis poetas más destacados del Kokin Wakashū (Antología de poesía japonesa antigua y moderna), entre los que se encuentran Ariwara no Narihira y Ono no Komachi. Imagen extraída del recopilatorio de ema del santuario, Kotohira-gū ema kagami. (Biblioteca Nacional de la Dieta)

Otro ejemplo es una ema, elaborada en 1459 y conservada en el santuario de Ōtokonushi de la ciudad de Nanao (prefectura de Ishikawa), que lleva el dibujo de un carro de flores y mujeres que disfrutan del tiempo libre, y que seguramente representa el deseo de tener siempre suerte en la guerra y de conservar la belleza femenina.

Ornamento de madera con el dibujo de una mujer a caballo. Aunque es distinto a la ema del santuario de Ōtokonushi, es una de las primeras piezas de este tipo en las que aparece una mujer y también data del periodo Muromachi. Su característica más destacable es la forma de abanico y representa la estética que surgió en el siglo XV. (Museo Nacional de Tokio)
Ornamento de madera con el dibujo de una mujer a caballo. Aunque es distinto a la ema del santuario de Ōtokonushi, es una de las primeras piezas de este tipo en las que aparece una mujer y también data del periodo Muromachi. Su característica más destacable es la forma de abanico y representa la estética que surgió en el siglo XV. (Museo Nacional de Tokio)

Al entrar en el periodo Sengoku (1467-1568), empiezan a aparecer nuevas variaciones de los temas de las ema. En el templo Kōfukuji de Nara hay una tablilla de 1521 que representa a Monju Bosatsu, bodhisattva de la sabiduría; en el santuario de Itsukushima de Hiroshima hay otra que data de 1552 en la que aparecen el monje guerrero Benkei y el general Minamoto no Yoshitsune y que representa un juramento de vasallaje y una plegaria por la victoria en la guerra, y una de origen desconocido de 1554 en la que aparece Udayana, un rey indio de la antigüedad que veneraba a Buda y simboliza la fe devota.

Las ema plasman la evolución y diversificación de los deseos de la gente con el paso del tiempo.

Esta ema de 1554 representa al rey indio Udayana con un león. (Museo Nacional de Tokio)
Esta ema de 1554 representa al rey indio Udayana con un león. (Museo Nacional de Tokio)

Ema todo el año a partir de la era Meiji

Las ema fueron aumentando de tamaño con el tiempo. Los santuarios sintoístas empezaron a construir pabellones para exhibirlas y a colgar tablillas enmarcadas mucho más voluminosas encima de la entrada. Especialmente durante el periodo Azuchi-Momoyama (1568-1603), cuando abundaban los ornamentos vistosos, proliferaron las ema de grandes dimensiones y de diseño llamativo que ofrendaban los samuráis de alto rango.

Pabellón para colgar las ema en Edo pintado por Katsushika Hokusai en el siglo XIX. (Museo Nacional de Tokio)
Pabellón para colgar las ema en Edo pintado por Katsushika Hokusai en el siglo XIX. (Museo Nacional de Tokio)

La cultura de las ema floreció en el periodo Edo (1603-1868), cuando también aparecieron artistas especializados en pintarlas llamadas emashi. Integradas como un elemento más de la religión popular, las tablillas siguieron difundiéndose y ganándose la apreciación del pueblo. Las que se vendían en el día de hatsuuma (primer día del caballo en febrero) tenían mucho éxito y conservaron su popularidad en la era Meiji (1868-1912).

Un pintor de ema que aparece en el libro ilustrado de profesiones del periodo Edo Jinrin kinmōzui. (Biblioteca Nacional de la Dieta)
Un pintor de ema que aparece en el libro ilustrado de profesiones del periodo Edo Jinrin kinmōzui. (Biblioteca Nacional de la Dieta)

El cambio llegó a mediados de la era Meiji. En 1892 el periódico Yomiuri Shimbun publicó la noticia de que el Suitengū, un santuario famoso para rogar por la fertilidad y el parto sin complicaciones, había vendido 300 ema en un solo día. A partir de entonces, las tablillas votivas pudieron comprarse durante todo el año.

Durante la primera guerra sino-japonesa, la guerra ruso-japonesa y las dos guerras mundiales, las ema se consagraban a los deseos de victoria y suerte en la batalla. Tras la Segunda Guerra Mundial, se pasó a ofrendarlas para pedir estabilidad financiera o encontrar pareja. Cada vez más templos y santuarios decidieron cambiar el diseño de las tablillas al empezar el año estampándoles el animal del zodiaco chino que tocara para hacer más negocio.

El recopilatorio fotográfico Koemazushū contiene imágenes de los nuevos tipos de ema que surgieron durante la era Meiji (1868-1912). La primera tablilla representa una escena de lactancia y sirve para pedir que los hijos crezcan sanos, la segunda tiene una rata, que es el primer animal de los doce signos del zodiaco chino, y la tercera lleva un pulpo, para pedir la eliminación de callos y verrugas de la piel. Las tres se ofrendaron en el templo Tako Yakushi Jōjuin.
El recopilatorio fotográfico Koemazushū contiene imágenes de los nuevos tipos de ema que surgieron durante la era Meiji (1868-1912). La primera tablilla representa una escena de lactancia y sirve para pedir que los hijos crezcan sanos, la segunda tiene una rata, que es el primer animal de los doce signos del zodiaco chino, y la tercera lleva un pulpo, para pedir la eliminación de callos y verrugas de la piel. Las tres se ofrendaron en el templo Tako Yakushi Jōjuin.

El apogeo de las ema se produjo en los años 60, cuando las generaciones del primer baby boom empezaron a examinarse para entrar en el bachillerato y la universidad. El número de personas que ofrendaban tablillas para rogar por el aprobado se disparó y desde entonces las ema se establecieron como una tradición de temporada para las pruebas de acceso.

Deben de ser muy pocos los japoneses que nunca han ofrendado una ema. No existe herramienta que encarne mejor el dicho que concentra la visión religiosa nipona de “pedir ayuda a los dioses en caso de apuro”. Sin embargo, no debemos olvidar que en su origen fueron objetos votivos a los que recurrió el pueblo llano que no podía consagrar un caballo vivo para honrar a los dioses.

Bibliografía

  • Iwai Hiromi. Mono to ningen no bunkashi 12 - ema (Historia de la cultura de los objetos y las personas 12: ema). Hōsei Daigaku
  • Kanehira Kenji. Uma to hito no Edo jidai (El periodo Edo: caballos y personas). Yoshikawa Kō

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Ema ofrendadas en el santuario de Yushima Tenjin. PIXTA)

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