
La edad promedio de los presidentes de las empresas japonesas alcanza los 60,7 años
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Según una encuesta de Teikoku Databank, la edad media de los presidentes de empresas en Japón en 2024 era de 60,7 años. Esto supuso un aumento de 0,1 años respecto al año anterior y un récord por 34.º año consecutivo. La encuesta se recopiló y analizó extrayendo información de los presidentes de las empresas a partir de sus datos sobre 1,48 millones de empresas de todo el país, excluyendo a los empresarios autónomos y las fundaciones de beneficio público sin ánimo de lucro.
La mayor proporción de presidentes por grupos de edad se situaba en los 50-59 años, con un 30,0 % del total, seguido de un 26,8 % en los 60-69 y un 19,4 % en los 70-79; un 5,5 % de los presidentes tenía 80 años o más. Mientras que la mayoría tenía 60 años o más, solo un 3,1 % tenía menos de 40 años.
Por prefecturas, Akita (+0,1 años interanuales) e Iwate (sin cambios) presentan la mayor edad con 62,6 años, seguidas de Kōchi (62,5 años, +0,2 años interanuales) y Aomori (62,3 años, +0,1 años interanuales). En la región de Tōhoku, la edad de los presidentes es notablemente superior a la media nacional de 60,7 años en todas las seis prefecturas. Por otro lado, la prefectura de Mie tuvo la edad media más baja (59,6 años, +0,2 años), por octavo año consecutivo desde 2017. En general, la tendencia es de edades superiores en el este, e inferiores en el oeste.
Entre las 47 prefecturas, la edad media de los presidentes descendió respecto al año anterior en dos prefecturas (Kumamoto y Ōita) y se mantuvo sin cambios en tres prefecturas, lo que indica que los presidentes envejecen independientemente de la región. La edad media de los presidentes se encontraba por debajo de los 60 años solo en siete prefecturas.
La edad media en el momento del cambio de presidente era de 68,6 años, un nivel alto cercano a los 70 años. La encuesta constató un récord de 316 quiebras en 2024 debidas a la “enfermedad o muerte del administrador”. El envejecimiento de los presidentes aumenta la probabilidad de que se produzcan “acontecimientos imprevistos”, que podrían afectar gravemente a la gestión de la empresa.
(Imagen del encabezado: Pixta.)