Amar y aprender el idioma japonés

“Rōmaji”: otra forma de escribir el japonés

Idiomas

Aunque es raramente usado para frases en japonés, sí es común ver palabras en rōmaji, o alfabeto romano, en señales, carteles y paquetes.

El cuarto tipo de escritura

El japonés es famoso por combinar tres tipos de escritura: hiragana, katakana y kanji. Sin embargo en ocasiones se utiliza también una cuarta forma de escritura, e incluso se ha sugerido a veces para reemplazar a las otras tres. El rōmaji, el alfabeto romano, llegó a Japón con los portugueses en el siglo XVI, y desde entonces se ha abierto un hueco propio, pequeño pero distintivo, en el lenguaje escrito.

Para los misioneros portugueses que deseaban comunicarse con los japoneses pero se enfrentaban a una ardua batalla al tratar de aprender el idioma escrito desde cero, el alfabeto romano era una herramienta útil para crear diccionarios. Algunos sonidos se representaban de modo diferente al rōmaji de hoy día, como qi en lugar de ki, o xi en lugar de shi. Las limitadas relaciones de Japón con Occidente durante buena parte de la época Edo (1603-1868) supusieron poca necesidad de usar el alfabeto o del desarrollo en su uso.

Una página de una versión del clásico medieval Heike monogatari (El cantar de Heike) en rōmaji de estilo portugués, impreso en Amakusa, Japón, entre 1592 y 1593 (Cortesía de la Biblioteca Británica)
Una página de una versión del clásico medieval Heike monogatari (El cantar de Heike) en rōmaji de estilo portugués, impreso en Amakusa, Japón, entre 1592 y 1593 (Cortesía de la Biblioteca Británica)

Sistemas rivales

Una de las principales formas actuales de romanización que aprenden los estudiantes extranjeros de japonés es el sistema Hepburn. Recibe su nombre del misionero estadounidense James Curtis Hepburn, quien popularizó su uso adoptándolo en la tercera edición de un famoso diccionario de japonés-inglés publicado en 1886. Pese a su nombre, fue ideado en realidad por un grupo al que Hepburn pertenecía, formado por japoneses y extranjeros, conocido como el Romajikwai. Debido a ajustes posteriores el sistema se denomina a veces “sistema Hepburn modificado”.

La otra forma principal es el Kunrei, basado en el antiguo sistema Nippon. Mientras el Hepburn trata de hacer que el japonés sea fácil de pronunciar para lectores con un trasfondo inglés, el Kunrei es más regular y de uso más simple para los hablantes nativos japoneses. Los estudiantes extranjeros están acostumbrados a las irregularidades del sistema Hepburn, algo que se puede ver, por ejemplo, en el grupo ta, chi, tsu, te, to. En Kunrei esos sonidos se escriben ta, ti, tu, te, to.

Ejemplos de diferencias en Romāji

  Hepburn Kunrei
shi si
ji zi
chi ti
tsu tu
fu hu
しゃ sha sya
じゅ ju zyu

Para los residentes y los visitantes extranjeros, el Hepburn parece dominar por completo. No solo se encuentra en materiales para el aprendizaje del idioma, sino también en contextos oficiales como nombres de lugares en señales de la carretera o estaciones de tren. Sin embargo el Kunrei se sigue enseñando en algunas escuelas primarias, donde los estudiantes aprenden a escribir, por ejemplo, el nombre del monte Fuji con la grafía Huzi. Pasan a estudiar el sistema Hepburn, considerado más difícil, en la secundaria.

Incluso usando solo el Hepburn también existen discrepancias sobre cómo representar ciertos sonidos. Por ejemplo el famoso caso de la “o” larga (おう), que se ha venido escribiendo de diversas formas, tales como “ō”, “o”, “ou”, “oh” y “ô”. Algunos prefieren convertir la “n” (ん) en palabras como “Shinbashi” en “m”, para reflejar la pronunciación real: Shimbashi. (En Nippon.com utilizamos el macrón para vocales como “ō” y “ū”, y mantenemos la grafía de la “n”, salvo en ciertas excepciones).

Una alternativa para el diseño

En medio del entusiasmo por todo lo que fuera occidental, en el periodo Meiji (1868-1912), existía un movimiento pequeño pero muy activo que propugnaba por la completa adopción del rōmaji para reemplazar el complejo idioma escrito japonés. En lugar de ello se realizaron grandes esfuerzos durante décadas para simplificar y estandarizar los kanjis y kanas y reducir en gran medida su complejidad, con lo que las perspectivas de un papel central para el rōmaji se hicieron cada vez más remotas.

Aunque el alfabeto romano apenas se ve en párrafos de japonés escrito, además de su uso en la señalización, también posee una presencia activa en la publicidad y otros diseños. Las palabras japonesas en rōmaji (así como las palabras inglesas) proporcionan una opción más para captar la atención e invitar a una mirada más atenta. A diferencia del inglés, que puede ser simplemente decorativo (y a menudo erróneo), el rōmaji normalmente sigue la pronunciación correcta del japonés, y su objetivo es la comunicación hacia el público.

En los libros de texto de japonés para principiantes el rōmaji se usa a veces en lugar del hiragana. He leído algunas opiniones negativas sobre el aprendizaje de japonés usando el alfabeto, dado su uso limitado en el lenguaje escrito. Estoy de acuerdo en que merece la pena ser conscientes de que el estudio temprano del hiragana es de gran utilidad, si uno quiere aprender a leer frases algún día. Y los diferentes sistemas de rōmaji pueden también resultar confusos.

Sin embargo, creo que cada estudiante, tras informarse, será capaz de tomar sus propias decisiones sobre la utilidad que le pueda encontrar. Por ejemplo, aprender algo de vocabulario mediante el rōmaji puede en un primer momento facilitar la memorización del hiragana, en lugar de estudiar ambas cosas a la vez. Quienes viven en Japón, o ven el país a través del anime o el manga, sabrán que las palabras en rōmaji tienen su lugar, por lo que parece algo excesivo rehuirlas por completo.

(Traducido al español del original en inglés. Imagen del encabezado de Mokutan Angelo.)

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