Grandes figuras de la historia de Japón

Nagayo Sensai, el padre del sistema sanitario en Japón

Historia Ciencia

Nagayo Sensai fue el hombre que fraguó el diseño institucional del sistema de modernización de la medicina y la higiene en Japón. También contribuyó en la prevención de enfermedades infecciosas y descubrió a talentos como Gotō Shinpei y Kitazato Shibasaburō. En este artículo les contamos la trayectoria vital de este burócrata de la medicina que vivió la tumultuosa época del fin del sogunato y el periodo Meiji.

Nagayo Sensai, el científico médico que sentó las bases del sistema sanitario japonés tras la Restauración Meiji, es también conocido por instaurar la administración de la higiene pública en los inicios. Fue asimismo quien tradujo el término inglés hygiene (y el alemán Hygiene) como 衛生 (eisei, ‘higiene’), expresión que tomó de la obra del filósofo chino Zhuangzi.

La misión Iwakura, un punto de inflexión

Sensai nació en 1838 en el dominio de Ōmura de la provincia de Hizen (actual ciudad de Ōmura, en la prefectura de Nagasaki), en el seno de una familia en que venían ejerciendo como médicos del dominio durante varias generaciones. Al morir su padre cuando él solo tenía cuatro años, su abuelo Toshitatsu lo adoptó como heredero y lo educó para ser médico. Toshitatsu era un famoso especialista de medicina china, pero la lectura del Kaitai shinsho (Nuevo libro de anatomía) de Maeno Ryōtaku y otros lo hizo virar hacia la medicina holandesa, que estaba prohibida por el Gobierno. Su devoción por este tipo de medicina era extraordinaria, a pesar de que lo sumió en una época difícil en la que incluso lo cesaron de su puesto. Posteriormente volvieron a ofrecerle trabajar para el dominio y salvó un gran número de vidas inoculando vacunas —medicina punta de la época— para combatir la viruela, que causaba estragos en Ōmura.

Animado por su abuelo, Sensai ingresó en la escuela Tekijuku del doctor de medicina holandesa Ogata Kōan en 1854. Siguió la senda de Fukuzawa Yukichi y se convirtió en un personaje destacado que, entre otras cosas, fue el decimoprimer director de la escuela. Tekijuku abrió las puertas a muchas otras especialidades además de la medicina y formó a un gran número de profesionales que contribuyeron a la creación de un estado moderno tras la Restauración Meiji, como Ōmura Masujirō y Hashimoto Sanai, pero a Sensai, que aspiraba a aprender medicina, la escuela se le quedaba pequeña. En 1861, por recomendación de Kōan, se trasladó a Nagasaki para tomar clases de todas las áreas relativas a la medicina, como física, química y anatomía, en una escuela de medicina fundada por el médico holandés Johan Lidius Cathrinus Pompe van Meerdervoort.

Regresó a Ōmura para seguir con el negocio familiar, pero en 1866 empezó a estudiar medicina occidental avanzada por decreto feudal en Seitokukan, una institución médica creada en Nagasaki por el Gobierno de Edo, bajo la tutela del médico holandés Anthonius Franciscus Bauduin, sucesor de Pompe van Meerdervoort. En 1868 lo nombraron médico jefe de Seitokukan. Tras la Restauración Meiji, el centro se rebautizó como la Escuela de Medicina de Nagasaki (actual Facultad de Medicina de la Universidad de Nagasaki) y Sensai pasó a ser el director. El programa académico se dividió en un curso preparatorio y otro principal, y el centro sentó las bases de la educación médica actual, en la que primero se adquieren conocimientos científicos estudiando matemáticas, física, química y biología y luego se accede al curso principal de medicina.

En 1871, cuando se estableció el Ministerio de Educación (actual Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología), Sensai se trasladó a Tokio e inició su carrera burocrática como profesor del Departamento de Educación del Ministerio. El punto de inflexión le llegó cuando visitó Europa y Estados Unidos como miembro de la misión Iwakura. Empezó el viaje en noviembre del mismo año y visitó los lugares donde se desarrollaba la medicina occidental, mucho más avanzada que la japonesa. Observar las administraciones médicas y de higiene pública de aquellos países, donde se insistía más en la prevención que en el tratamiento, marcó su trayectoria posterior. Lo impactó especialmente el enfoque holandés de la planificación urbanística, que hacía hincapié en el mantenimiento del suministro de agua, el alcantarillado y la higiene doméstica, es decir, en acondicionar el entorno vital y urbano.

Al regresar a Japón, en 1873, lo nombraron jefe de la Agencia de Medicina del Ministerio de Educación. Cuando dicha agencia pasó a formar parte del Ministerio de Asuntos Internos en 1875, Sensai decidió llamar higiene todo aquello concerniente a la salud y la sanidad pública, cambió el nombre del organismo a Agencia de Higiene Pública y se convirtió en su primer director. En 1876 puso en vigor la Normativa para la Prevención de la Viruela, que dictaba un sistema de vacunación obligatorio para todos. En su autobiografía explica: “Descubrí que en Occidente tenían un organismo administrativo especial que se encargaba de proteger la salud pública de toda la ciudadanía”. Desempeñó el cargo de director de la Agencia de Higiene Pública durante 18 años y sentó las bases de la administración médica y de higiene pública con el objetivo de instaurar un organismo como los occidentales en el nuevo Gobierno Meiji.

Erigiendo las bases del sistema médico actual

De todos los sistemas de medicina moderna que estableció Sensai, debemos destacar primero el de exámenes de certificación para médicos. En aquella época la medicina china tenía mucho poder y se preveía que, al introducir exámenes al estilo científico occidental, el descontento entre sus profesionales aumentaría y la situación se descontrolaría. Por aquel entonces era habitual que la profesión médica pasara de padres a hijos o de profesores a discípulos, por lo que no se requería examinarse. Sin embargo, Sensai opinaba que era imposible mejorar el nivel de la atención sin implantar un sistema de exámenes, por lo que instituyó uno en 1879. Aunque el Ministerio de Educación expedía licencias a médicos en activo sin exigirles ningún examen, el número de personas que se formaban en medicina occidental y se examinaban fue creciendo paulatinamente. Esto llevó a la decadencia de la medicina china y provocó un cambio de paradigma de la medicina oriental a la occidental. También se instauró un sistema de educación médica basado en la medicina de Occidente como respuesta a aquella tendencia.

Sensai también se dedicó a reformar el campo de la farmacia. La importación de fármacos de Occidente aumentó al florecer el comercio tras la Restauración Meiji, pero el desconocimiento sobre aquellos medicamentos hizo que mercaderes extranjeros malintencionados vendieran fármacos malos y falsos que provocaron daños entre los consumidores. Primero en Tokio en 1874 y luego en Yokohama y Osaka, se crearon organismos llamados shiyakujō para inspeccionar los medicamentos importados, aunque no cumplían su propósito debidamente ya que sus estándares eran demasiado laxos. Por eso en 1883 se publicó el Nihon Yakkyokuhō (Farmacopea japonesa), un manual de criterios estrictos para controlar la calidad de los medicamentos que se distribuyó por todo el país en 1884. En 1885 se fundó la Dainippon Seiyaku Kaisha (Compañía Farmacéutica del Gran Japón) para fabricar fármacos japoneses según los criterios de la farmacopea. Aquellos fueron los inicios de la industria farmacéutica moderna de Japón.

Iniciativas vanguardistas para contener las infecciones

Sensai también dejó una huella importante en la prevención de epidemias. El cólera, que había proliferado en las eras Bunsei (1818-1830) y Ansei (1855-1860) del periodo Edo, generó epidemias intermitentemente después de la Restauración Meiji en 1877, 1879, 1882 y 1886. Las de 1879 y 1886 se cobraron más de 100.000 vidas. Sensai, que identificó el problema del contagio a través del agua contaminada de bacterias del cólera, construyó un sistema de alcantarillado en Kanda, la zona de Tokio más perjudicada por la enfermedad, en 1883. Esto motivó la creación de sistemas de suministro de agua por todo el país, empezando por Yokohama, Nagasaki, Osaka, Kobe y Hiroshima. Sensai creía que los sectores público y privado debían cooperar en la prevención de las enfermedades infecciosas y estaba en contra de lo que hoy en día llamamos confinamiento forzoso, porque creía que la administración de la higiene pública no funcionaría si las autoridades obligaban a los ciudadanos a aislarse. Puede que el llamamiento público a abstenerse de salir de casa durante la pandemia del nuevo coronavirus estuviera influido por la filosofía sanitaria de Sensai.

La apertura de playas para bañarse en Futaimura, Ise (prefectura de Mie), y Yuigahama, Kamakura (prefectura de Kanagawa), como parte del plan de gestión de salud ciudadana fue otro de los logros de Sensai. También construyó un centro de cuidados llamado Kamakura Kaihinʼin en Kamakura. No debemos olvidar que el burócrata llevó a cabo estas iniciativas pensando en la salud y el bienestar de la población en general.

Un hábil ojeador que descubrió a los talentos que lideraron el Japón moderno

Una de las personas que llamó la atención de Sensai fue Kitazato Shibasaburō. Aunque Kitazato regresó a Japón en 1892 con excelentes logros en el cultivo puro del Clostridium tetani (bacteria que provoca la enfermedad del tétanos) y el descubrimiento de las antitoxinas, no le invitaron a unirse a la Universidad Imperial de Tokio (actual Universidad de Tokio) y se vio sin empleo. Sensai lo sacó del atolladero cuando, tras consultar a Fukuzawa Yukichi, amigo íntimo de Kitazato desde la época de Tekijuku, decidió fundar el primer instituto de investigación de enfermedades infecciosas de Japón para él. Sensai ayudó a formar el organismo y Fukuzawa preparó el terreno y el edificio. Morimura Ichizaemon ofreció apoyo financiero instado por Fukuzawa y en 1892 fundó un instituto privado para investigar las enfermedades infecciosas que más tarde se donaría al Estado y se convertiría en una institución pública. Cuando el instituto se traspasó del Ministerio de Asuntos Internos al Ministerio de Educación en 1914, Kitazato dimitió como director y fundó con capital propio el Instituto Kitasato, un organismo de investigación médica de donde después saldría un gran número de alumnos excelentes que encabezarían la investigación médica de Japón.

Otro personaje que no podemos olvidar es Gotō Shinpei, un destacado político de los periodos Meiji y Taishō que desempeñó cargos como el de ministro de Comunicaciones, ministro de Asuntos Exteriores, alcalde de Tokio, ministro de Asuntos Internos y presidente de la Agencia para la Reconstrucción de la Capital Imperial de Kantō. No obstante, al principio de su carrera profesional Gotō dirigió un hospital público y trabajó en la Agencia de Higiene Pública del Ministerio de Asuntos Internos como funcionario de la administración médica y de higiene pública. Sucedió a Sensai como director de la Agencia de Higiene Pública. Quién sabe qué habría sido de su trayectoria si este no lo hubiera descubierto.

Hijos que se dedicaron a la medicina, los negocios y la literatura

Sensai aprovechó sus conocimientos de medicina para establecer los sistemas médico y de sanidad pública del Japón moderno desde su posición de funcionario técnico. En la familia Nagayo habían sido médicos durante varias generaciones y los genes se heredaban de padres a hijos. El hijo mayor, Shōkichi, abrió en Tokio el primer hospital de Japón especializado en gastroenterología después de estudiar medicina en Alemania. El hospital adquirió muy buena fama y Natsume Sōseki estuvo ingresado en él para tratarse una úlcera gástrica. Tomando el relevo de las iniciativas de su padre, Shōkichi también participó en las actividades de la Asociación de Higiene Privada del Gran Japón (hoy en día, Asociación de Salud Pública de Japón), que Sensai había establecido porque creía que la cooperación entre los sectores público y privado era importante para desarrollar los servicios sanitarios. Su tercer hijo, Matao, también estudió patología en Alemania y, al volver, ejerció como profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Imperial de Tokio y después se convirtió en rector de la misma universidad. Fue el primer presidente de la Asociación Oncológica de Japón y lideró la investigación sobre el cáncer en Japón.

El cuarto hijo de Sensai, Yūkichi, se introdujo en el sector de los negocios y fue el primer presidente de la agencia de noticias Dōmei Tsūshinsha. El quinto hijo, Nagayo Yoshirō, fue un novelista y dramaturgo famoso de la escuela Shirakaba que legó numerosas obras célebres, como Seidō no Kirisuto (El Cristo de bronce).

Fotografía del encabezado: Retrato de Nagayo Sensai (colección digital de la Biblioteca Nacional de la Dieta).

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