El budismo en Japón

El budismo esotérico en Japón y su vinculación con el poder político

Cultura Historia

El budismo esotérico llegó a Japón desde China entre finales del siglo VIII y principios del IX. Desde entonces, las dos principales sectas esotéricas, Tendai y Shingon, han coexistido en conflicto bajo la estructura de poder de la sociedad aristocrática. El cuarto artículo de esta serie ofrece una visión general del budismo esotérico japonés.

Ausencia de un sistema ideológico que integre el budismo en su totalidad

A mediados del siglo VIII (periodo Nara), Japón consiguió introducir formalmente los tres elementos del budismo ̶estatuas de Buda, sutras y la sangha, una organización para la práctica ascética̶ y se convirtió en un país oficialmente budista. Sin embargo, esto no significó que el budismo original fundado por Shakyamuni se hubiera introducido en Japón. Los numerosos Budas creados por el budismo Mahāyāna eran objetos de culto con los mismos poderes místicos que las deidades nativas japonesas, y los monjes eran valorados como ejecutores de rituales mágicos para extraer el poder de estos Budas. No había aún sacerdotes practicantes dentro de la sangha para cortar sus propias pasiones mundanales.

Con el fin de dar a conocer el poder mágico del budismo para la protección del Estado, la Corte Imperial de Nara creó un lugar de estudio e hizo que los monjes estudiaran budismo. Allí se enseñaban por separado diversas filosofías y preceptos budistas de seis sectas, y se pensaba que aprender estas difíciles doctrinas demostraría que los monjes conservaban sus habilidades especiales. Las seis sectas eran: Sanron, Jōjitsu, Hossō, Kusha, Kegon y Ritsu, que más tarde pasaron a conocerse colectivamente como las “Seis sectas de Nanto”.

Sin embargo, no eran más que una especie de programa de estudios para la obtención de titulaciones acreditadas por el Estado, y no un sistema educativo integral que permitiera una comprensión global del budismo en su conjunto. En aquella época, en Japón no existía un sistema de pensamiento que permitiera contemplar el budismo en su conjunto a vista de pájaro y comprenderlo en su totalidad a la vez.

Se jerarquizaron todos los sutras con el Sutra del Loto en la cima

En medio de esta situación, desde finales del siglo VIII hasta principios del IX, justo cuando la capital de Japón se trasladaba de Nara a Kioto, llegaron a Japón desde China al mismo tiempo dos tipos de pensamiento budista que representaban el núcleo del budismo (tal y como se percibía en aquella época). Uno era las enseñanzas de la secta Tendai traídas de vuelta por Saichō (767-822) y el otro las enseñanzas de la secta Shingon traídas de vuelta por Kūkai (774-835). Estos dos tipos de enseñanzas constituyen la base del budismo japonés posterior.

La secta Tendai se originó en China y era la más avanzada de la época. Fue una secta que aceptó todos los diversos pensamientos budistas que habían llegado a China desde la India, uno tras otro, desde el siglo I d.C., al tiempo que establecía complejas relaciones lógicas entre ellos e intentaba comprender el vasto mundo budista en su conjunto. Por supuesto, estos pensamientos budistas tan diversos fueron creados originalmente por diferentes personas en la India, en diferentes épocas y de diferentes maneras, por lo que no deben integrarse en uno solo. La secta Tendai intentó unirlos todos recurriendo a diversas teorías, con el Sutra del Loto a la cabeza de la lista. En otras palabras, la secta Tendai es una secta china única que se creó colocando el Sutra del Loto en la cima y trabajando para situar todas las escrituras de forma jerárquica.

Cuando Saichō introdujo esta secta, fue muy bien acogida por la comunidad budista japonesa. Esto se debió a que el budismo, que antes solo se había visto en fragmentos, ahora podía entenderse como un sistema único.

El encanto de la filosofía de más alto nivel

Poco después, sin embargo, las enseñanzas de la secta Shingon fueron introducidas por Kūkai. No se trataba de una acumulación de diferentes enseñanzas como la secta Tendai, sino de una única enseñanza denominada “budismo esotérico”, que surgió como etapa final del proceso de transición del budismo en la India. El budismo esotérico era la etapa final de la historia del budismo, que se había desarrollado mediante la repetición de la actividad de “tener en cuenta las ideas que ya existían y luego concebir ideas más elevadas que las englobaran”, y se enorgullecía de ser la fuerza mística más elevada que debía situarse en la cima de todo el pensamiento budista anterior.

Las enseñanzas de Shakyamuni, que afirmaban que uno debía encontrar la salvación por sí mismo puesto que no existía un salvador en este mundo, fueron adquiriendo un carácter místico en el budismo Mahāyāna y, en la etapa final del budismo esotérico, se transformaron en una enseñanza muy parecida a la del hinduismo: “Tomar conciencia de la conexión con la energía cósmica y convertirse en Buda haciéndose uno con ella”. La esencia de esta enseñanza esotérica era una doctrina mística que solo debía transmitirse a un número limitado de personas, y la experiencia de unidad con la energía cósmica se trataba como algo que no podía comunicarse ampliamente con palabras.

Kūkai trajo a Japón ese budismo esotérico en su totalidad como un sistema sólido. Para la comunidad budista japonesa, que había adoptado el budismo como una religión mística y mágica, el budismo esotérico de Kūkai era el más profundo y eficaz, y parecía más sólido e inquebrantable que el de la secta Tendai, que presentaba una conexión teórica unificada de diversas enseñanzas. Los discípulos de Saichō eran muy conscientes de ello, por lo que añadieron las últimas enseñanzas esotéricas a sus propias doctrinas Tendai, cubriendo el conjunto con un tinte esotérico.

Así, Japón contaba ahora con dos sectas esotéricas diferentes: la secta Tendai, que abarcaba una colección de enseñanzas diferentes con una sensibilidad esotérica apenas velada, y la secta Shingon, que transmitía el budismo esotérico como la etapa final de la historia del budismo por derecho propio.

Fundador Sede Enseñanza
Secta Tendai
Saichō Templo Hieizan Enryaku-ji (Ciudad de Kioto, ciudad de Ōtsu, prefectura de Shiga) Sitúa el Sutra del Loto en el nivel más elevado y jerarquiza todos los sutras.
Secta Shingon
Kūkai Templo Koyasan Kongōbu-ji (Prefectura de Wakayama) La etapa final del proceso de transición budista. Conciencia de conexión con la energía cósmica.

Estructura bipolar entre unos pocos sublimes y el pueblo

Hay que señalar aquí que los japoneses de esta época no eran conscientes de que el pensamiento budista se había transformado con el paso del tiempo. Los japoneses pensaban que, puesto que las escrituras budistas transmitidas desde China eran todas palabras de Buda, no cabía duda de que todas ellas eran enseñanzas budistas ortodoxas, pero que había diferencias de fondo y profundidad. A la pregunta de cuál era la palabra que realmente quería transmitir Buda, la secta Tendai decía que era el Sutra del Loto (interpretación esotérica), mientras que la secta Shingon decía que eran las propias escrituras budistas esotéricas, como el Sutra Dainichi y el Sutra Vajraśekhara. Cabe indicar que no existía una perspectiva histórica del tipo “El budismo esotérico es el pensamiento más reciente surgido al final de la larga historia del budismo”.

Una de las características del budismo esotérico es su “tendencia a enfatizar la autoridad”. Aunque se decía que cualquiera podía convertirse en Buda uniéndose a la energía cósmica primordial, esta “unión con la energía cósmica primordial” era una actividad especial reservada a quienes poseían cualidades especiales y a quienes se habían sometido a un entrenamiento extraordinario. Por lo tanto, la gente normal tenía que pedir a estas personas especiales que les concedieran beneficios mundanos. Según el budismo esotérico, el mundo se basa en una estructura jerárquica en la que hay dos tipos de personas: un pequeño número de sublimes practicantes que han logrado la unión con la energía cósmica, a los que se puede llamar “budas vivientes”, y la gente normal, que pide a esos sublimes que les concedan la felicidad. Esta estructura única es natural dado que se estableció bajo la influencia del hinduismo, que reconocía un sistema de estatus religioso (sistema de castas).

La posterior diversificación de las sectas budistas en Japón también estuvo más o menos influida por este aspecto especial del budismo esotérico. Como resultado, todas las sectas llegaron a incluir una estructura de “personas con cualidades y calificaciones especiales (o un linaje de tales personas)” y “personas corrientes que las siguen con la esperanza de beneficiarse de ellas”. El hecho de que durante la Segunda Guerra Mundial todas las sectas budistas japonesas reconocieran al emperador la misma autoridad que Buda y cooperaran en el esfuerzo bélico es un ejemplo típico de la expresión de esta visión del budismo.

Dos grandes sectas esotéricas apoyaban a la sociedad aristocrática

A partir del siglo VIII, el budismo en Japón giró en torno a dos sectas: la Tendai y la Shingon. Ambas se caracterizaban por su énfasis en la autoridad, por lo que naturalmente se centraban en los vínculos con el poder estatal, en particular con el emperador. En otras palabras, las sectas Tendai y Shingon siguieron jugando al tira y afloja para atraer al emperador. Al hacerlo, muchos de los antiguos budistas de Nara se pusieron del lado de la secta Shingon en reacción al desprecio de la secta Tendai, con sede en Kioto, hacia el budismo en Nara.

Así, el budismo en Japón se convirtió en una situación en la que las dos principales sectas esotéricas Tendai y Shingon convivían en conflicto bajo la estructura de poder de una sociedad aristocrática centrada en el emperador. Los puntos principales de esta fase del budismo son los siguientes.

  1. No había sangha que funcionara sobre la base del Vinayapiṭaka, ni normas que regularan estrictamente la vida de los monjes. Este rasgo se ha mantenido hasta nuestros días
  2. Aunque ideológicamente heredado del budismo Mahāyāna, se basaba en una estructura esotérica que permitía discriminar entre quienes poseían cualidades y calificaciones especiales (o un linaje de tales personas) y la gente corriente que no las tenía.
  3. Orientado hacia los vínculos con el poder.

Esta situación se mantuvo durante 300 años, pero más tarde, cuando la base del poder pasó de la aristocracia a los guerreros o a la población en general, esta estructura cambió gradualmente y se creó un mundo budista diverso. En el próximo artículo trataremos de este tema.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Estatua de bronce de Kūkai. PIXTA)

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