Bienvenidos al ‘haikai’ clásico

Altas hierbas del verano / esto es todo lo que queda / del sueño de los valientes (Bashō)

Literatura Cultura

Natsukusa (“hierbas del verano”) es el término estacional en esta trigesimoprimera entrega.

夏草や兵(つはもの)どもが夢の跡 芭蕉

Natsukusa ya
Tsuwamono-domo ga
Yume no ato

(Poema escrito en 1689 e incluido en Oku no hosomichi)

Altas hierbas del verano:
esto es todo lo que queda
del sueño de los valientes.

Este poema fue compuesto por Bashō a su paso por Takadachi, en Hiraizumi, el día 13 del quinto mes del calendario antiguo, 29 de junio del actual. Los guerreros se batieron bravamente, pero fueron derrotados y murieron; de sus grandes sueños, de sus ambiciones, ya no queda nada, nada más que las altas hierbas del verano. Esta interpretación es la más ampliamente aceptada hoy en día. Pero argumentaré aquí por qué no fue ese el sentido que quiso darle Bashō a sus versos. En aquella época, la palabra yume (sueño) no tenía el sentido de ‘esperanza’ o ‘deseo’ que le damos ahora. Casi siempre significaba esas imágenes que creemos ver mientras dormimos. Con esta premisa, ¿adónde apunta ese poema?

El teatro es pródigo en historias en las que el personaje principal desaparece tan pronto como el personaje secundario despierta. La explicación es que aquel no era más que una imagen que se le aparecía a este en sueños para decirle algo muy importante. Suele ser el espíritu de alguien que murió en ese lugar y que ruega encarecidamente al visitante que le haga allí las honras fúnebres. Por otra parte, tenemos en japonés la expresión kusaba no kage (literalmente, “a la sombra de las hojas de hierba”), que todavía se usa, y que tiene el sentido de “bajo la tierra” o “en su tumba”, claro indicio de que antiguamente la gente imaginaba las tumbas cubiertas por hierbas silvestres. Teniendo en cuenta esto y los referidos argumentos de las obras de teatro , resumiré mi interpretación poniéndola en labios del poeta:

“Contaré lo que me ocurrió en Takadachi. Llegué allí y, para cuando quise darme cuenta, me había quedado dormido. Soñé con los bravos guerreros de las huestes de Yoshitsune y Benkei muertos en combate en aquellos parajes. Me narraban cómo había sido su última batalla. Y me rogaban que les hiciera las honras fúnebres. Desperté. Los había visto allí mismo, con toda nitidez, pero de ellos no había ni rastro, solo se veían las altas hierbas del verano cubriéndolo todo”.

Me he permitido convertir a Bashō en un actor secundario de que ha entrado en comunicación con los espíritus de los guerreros caídos en batalla.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: El río Kitakami en verano, visto desde la colina de Takadachi. PIXTA)

literatura japonesa haiku poesía