Bienvenidos al ‘haikai’ clásico

En la mente se presenta / la desnuda calavera / y el viento lacera el cuerpo (Bashō)

Literatura Cultura

La expresión mi ni shimu (“calar en el cuerpo”), subyacente en uno de los versos, es el término estacional en esta cuadragesimosexta entrega.

野ざらしを心に風のしむ身哉(かな) 芭蕉

Nozarashi wo
kokoro ni kaze no
shimu mi kana

(Poema escrito por Bashō en 1684 y recogido en la colección Nozarashi kikō)

En la mente se presenta
la desnuda calavera
y el viento lacera el cuerpo.

A los 41 años, en el octavo mes del año, es decir, en otoño, Bashō partió de Edo (actual Tokio) en dirección a su ciudad natal de Iga Ueno (actual ciudad de Iga, en la prefectura de Mie). La colección Nozarashi kikō recoge en clave poética las experiencias de su viaje de ida y vuelta que se extendió hasta principios del verano siguiente y durante el cual visitó muchos lugares de las regiones de Tōkai y Kansai. El presente poema, que abre la colección, expresa la determinación con la que Bashō afrontaba su aventura.

Nozarashi (literalmente, “expuesto a la intemperie”), hace referencia en este caso a los huesos o a la calavera que quedan en esa triste situación. En aquellos tiempos en que viajar entrañaba grandes peligros, no era raro que la muerte sorprendiera al viajero en cualquier paraje. “Nozarashi wo kokoro ni” (“con una calavera en el corazón”) viene a ser aquí “imaginando que he caído muerto y mis huesos se secan al viento”. La expresión mi ni shimu, término estacional de otoño, tiene el sentido de que algo como el viento o el frío cala o penetra. “Kaze no shimu mi kana” expresa la queja de quien siente cómo su cuerpo, expuesto al viento del otoño, va enfriándose y debilitándose irremisiblemente.

Kokoro (“corazón”, “sentimientos”, “mente”) y mi (“cuerpo”) forman una pareja que define al ser humano dividiéndolo en interior y exterior. Resulta muy propio del haikai tomarse el trabajo de presentar la propia existencia con algo dividido en dos partes. La mente sirve esa patética imagen de uno mismo reducido a blancos huesos y por efecto de esa imagen el frío viento del otoño se siente todavía más lacerante.

A finales del noveno mes, es decir, un mes y medio después de su partida, Bashō llegó al paraje de Ōgaki, en Mino (zona sur de la actual prefectura de Gifu), donde dejó otro poema en el que se congratula de haber llegado sano y salvo a su destino al final del otoño dejando atrás los peligros a que tuvo que afrontar en las sucesivas pernoctaciones. Como diario de viajes, Nozarashi kikō adopta a menudo este tono enfático, recalcando el hecho de que el viaje es un mano a mano con la muerte.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: PIXTA)

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