Bienvenidos al ‘haikai’ clásico

Aunque despierto, responde / que bien dormido está ya / de tan fría que es la noche (Buson)

Literatura Cultura

Yosamu (“frío de la noche”) es la expresión estacional en esta quincuagésimoprimera entrega.

起て居てもう寝たと云(いふ)夜寒哉 蕪村

Okite ite
mō neta to iu
yosamu kana

(Poema escrito en 1776 e incluido en Buson Jihitsu kuchō o “Colección de poemas autógrafos de Buson”.)

Aunque despierto, responde
que bien dormido está ya,
de tan fría que es la noche.

Yosamu (“frío de la noche”) es una sensación asociada a esa temporada del año en que, con el otoño ya bien entrado, se siente la inminencia del invierno. Buson pone su foco en un personaje que, ante la desagradable sensación térmica, responde con desgana a una llamada diciendo que ya está dormido.

Algunos entienden que el poema nos habla de la reacción ante una intempestiva visita nocturna, pero quizás resulte más natural pensar que se trata de un matrimonio bajo el mismo techo. La mujer llama desde otra parte de la casa, pero el marido no está dispuesto a abandonar la calidez de su cuarto y, además, no tiene ganas de hacer nada. Como es lógico, si realmente estuviera dormido no contestaría. Ese “que bien dormido está ya” resulta, por eso, gracioso.

El propio Buson explica que en aquella época estaba en boga escribir haikai muy “ortodoxos” o “aceptables” en los que la pretendida elegancia se convertía con facilidad en amaneramiento, y que era esa tendencia lo que le impulsaba a escribir esta otra suerte de poemas de vez en cuando. Hay que reconocer que este poema ni presenta una estampa que resulte particularmente de buen gusto ni tiene un claro punto de apoyo en otra obra anterior. Se limita a esbozar una escena cotidiana sin mayor importancia y a enmarcar en ella el yosamu propio de la estación.

Buson escribió muchos poemas que transmiten estados de ánimo como la languidez o la indolencia. Su día a día fue muy intenso, pues además de escribir haikai fue también un destacado pintor, así que debió de albergar secretos anhelos de holganza, anhelos que se ahondaban cuando el otoño daba paso al invierno, como vemos en aquel otro haikai en el que describe a alguien que, en el confinamiento impuesto por la estación más fría, rehúye la compañía de mujer e hijos como si del juego del escondite se tratara. Ese refugiarse en un cuarto sentado frente al brasero es, para Buson, la forma extrema y definitiva de holganza.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: PIXTA)

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