Al encuentro de las imágenes budistas
La estatua de Fukū Kensaku Kannon del templo de Tōdaiji
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En su figura sentimos la regia dignidad de un coloso que está ahí para guardar el edificio más antiguo del templo.
Es el Fukū Kensaku Kannon, imagen principal del Hokkedō o Salón del Loto del templo de Tōdaiji. Fukū Kensaku (sánscrito: Amoghapasha) es una de las encarnaciones o manifestaciones del bodhisattva Kannon (ídem: Avalokiteshvara) por medio de las cuales este actúa para salvar a los seres vivos. Sus tres ojos y sus ocho brazos le dan a este buda una presencia imponente. Recibe, junto al edificio que lo aloja, la calificación de tesoro nacional.

El Hokkedō era uno de los edificios que formaban el complejo del templo de Kinshōji, origen histórico del Tōdaiji. Antes se conocía como Kensakudō, precisamente por tener a esta estatua como imagen principal. A partir del año 746, comenzaron a celebrarse allí, el tercer mes del año, las ceremonias llamadas hokkee, en las que se leía y alababa el Sutra del Loto. Por eso fue tomando arraigo el nombre Hokkedō, así como el de Sangatsudō (Salón del Tercer Mes, Salón de Marzo). Puesto que las ceremonias de hokkee preceden temporalmente a la construcción del Daibutsu-den o edificio principal del templo de Tōdaiji, puede decirse que el Hokkedō es la construcción más antigua del templo.

El Hokkedō o Salón del Loto, que actualmente aloja diez estatuas de budas con la calificación de tesoro nacional. El edificio tiene dos partes bien diferenciadas que datan de distintas épocas.
Esta estatua, de la que se cree que fue tallada en la misma época en que se construyó el Hokkedō, tiene una altura total de 3,62 metros. Impresionado en un primer momento por su tamaño, el visitante se rendirá seguidamente a su suntuosidad. Su hōkan o corona, fastuosa, es una verdadera rareza. Hecha en plata, con una altura de 88 centímetros y un peso aproximado de 11 kilogramos, muestra en el centro de su parte frontal un kebutsu (pequeña imagen de un buda transformado o encarnado) del nyorai Amida, de unos 24 centímetros de altura, que adopta con su mano la pose de semuiin (sánscrito: abhaya mudra), que simboliza la capacidad de liberar a todos los seres vivos de sus temores y preocupaciones. Rodean esta pequeña imagen más de 10.000 gemas (jade, cuarzo, turquesa, etc).

La estatua de Fukū Kensaku Kannon parece llevar dos vestiduras diferentes: la que le cubre el hombro izquierdo semeja piel de ciervo; la que le cubre el derecho es un tenne (vestimenta ornamental que cuelga de los hombros). Además, sobre ambos hombros y alrededor del cuello muestra un jōhaku (banda larga y estrecha de tela) que se cruza frente al abdomen y es recogida por dos de las ocho manos de la figura, de donde sus extremos cuelgan hacia los pies. La izquierda de esa pareja de manos porta un kensaku (cuerda de cinco hebras), de donde la estatua toma su nombre. El kensaku debió de ser un instrumento para capturar pájaros, pero en el budismo transmite la idea de protección. El otro formante del nombre, fukū, significa “no dejar escapar”, de forma que el fukū kensaku sería algo así como “el que incluye en su círculo de protección sin exceptuar a nadie”.
La estatua tiene otra pareja de manos que se extienden a ambos lados y que portan un renge o flor de loto (la izquierda) y un shakujō (bastón de asceta o peregrino, la derecha). El tercer par de manos, el que mantiene una posición más baja, muestra otro mudra o gesto simbólico, el llamado yogan’in, que simboliza la capacidad de escuchar súplicas. Y el cuarto par une sus palmas en posición orante sosteniendo cuidadosamente entre ambas una gema de cuarzo.

Para hacer esta imagen se siguió la técnica del dakkatsu kanshitsuzukuri, popular en el periodo Nara o Tempyō (710-794). Primero se moldeaba una imagen en arcilla y sobre ella se ponían sucesivas capas de tela impregnada de laca. Una vez seca la laca, se extraía la arcilla. Después la superficie se cubría con kokuso urushi (masa hecha de laca y serrín), que a su vez era pintada y recubierta de pan de oro. El resultado era una superficie muy pulida y brillante.
Esta técnica requería mucho tiempo de elaboración y materiales muy costosos, por lo que cayó en el olvido en épocas posteriores. Según la documentación histórica guardada en el Shōsōin o Casa del Tesoro del templo Tōdaiji, el gasto en laca fue equivalente al que implicó la construcción del edificio que aloja la estatua. ¿Qué enormes cantidades de laca esconderá la robusta anatomía de la figura?
Cabe suponer que, gracias a que su peso era, de todas formas, menor que el de las estatuas de madera maciza, resultó más fácil poner a salvo esta estatua en tiempos de guerra o inseguridad. Algo tendrá que ver con ello el hecho de que conserve, milagrosamente, todas las características de la estatuaria de aquella lejana época.
Suntuosa, majestuosa, esta imagen es, fuera de dudas, la obra cumbre del arte de Tenpyō.

Estatua de Fukū Kensaku Kannon
- Nombre en japonés: Fukū kensaku kannonzō
- Altura: 3,62 metros
- Época: Periodo Tenpyō (Nara)
- Colección: Templo de Tōdaiji
- Grado de protección: Tesoro nacional (catalogado como Kanshitsu Fukū kensaku Kannonzō)
Fotografía del encabezado: Estatua de Fukū Kensaku Kannon, colección del templo de Tōdaiji. (Fotografía: Muda Tomohiro)
(Traducido al español del original en japonés.)