Al cine con Nippon.com

‘Kimitachi wa dō ikiru ka’: el último cuento de Miyazaki

Anime Cultura

El duodécimo largometraje de Miyazaki Hayao, Kimitachi wa dō ikiru ka (¿Cómo vives?), se estrenó el 14 de julio de 2023. Es su primera película desde que declarara que no iba a jubilarse aún, pese a haberlo anunciado tras su obra Kaze tachinu (El viento se levanta, 2013). El productor, Suzuki Toshio, optó por una estrategia algo inusual: no crearon publicidad para la nueva obra y mantuvieron toda la información en secreto hasta el día del estreno.

Kimitachi wa dō ikiru ka: la novela de Yoshino

La película Kimitachi wa dō ikiru ka (¿Cómo vives?) tomó su título de una obra de literatura infantil de Yoshino Genzaburō (1899-1981) publicada en 1937. La novela, que saltó de nuevo a la fama al convertirse en manga en 2017, cuenta la juventud y el crecimiento como persona de Honda Jun’ichi, apodado Koperu, un chico de quince años, mediante eventos relacionados con su escuela y sus amigos, así como por medio de la interacción con su tío; de este modo Jun’ichi va aprendiendo sobre el papel de las personas en la sociedad y el sentido de la vida.

En el libro Hon e no tobira – Iwanami Shōnen Bunko wo kataru (La puerta hacia los libros: la historia de la editorial Iwanami Shōnen Bunko), en el que el director Miyazaki habla sobre su pasión por la literatura y los cuentos infantiles, menciona dos veces el título de la novela pese a que esta no figura en la lista de dicha colección de Iwanami, lo cual da una idea de la impresión que esta obra le causó.

Y sin embargo esta nueva película, Kimitachi wa dō ikiru ka, no es una adaptación de ese libro.

Kimitachi wa dō ikiru ka; historia, guion y dirección de Miyazaki Hayao Producción: © 2023 Studio Ghibli
Kimitachi wa dō ikiru ka; historia, guion y dirección de Miyazaki Hayao Producción: © 2023 Studio Ghibli

La película comienza con una sirena sobre el cielo de Tokio que advierte de un ataque aéreo. Estamos en 1944, durante la fase final de la Guerra del Pacífico; Maki Mahito, quien perdiera a su madre durante uno de esos ataques estadounidenses, tuvo que ser evacuado junto con su padre, gerente de una fábrica de munición, a los suburbios. Padre e hijo deben mudarse a casa de los padres de Natsuko, la hermana menor de la madre de Mahito. El padre del joven vuelve a casarse, esta vez con Natsuko, y los tres comienzan a vivir juntos. Mahito, sin embargo, no es capaz de aceptar ni a Natsuko ni al bebé que ha comenzado a crecer en su vientre, y tampoco puede adaptarse a su nueva escuela.

En ese momento Mahito escucha la voz de su difunta madre: “Ayúdame”. Además el joven se encuentra con una garza real, que le habla asegurándole que su madre no está muerta, sino esperando su ayuda. El día que Mahito encuentra una copia del libro Kimitachi wa dō ikiru ka, que le legara su madre, es cuando Natsuko desaparece. Al tratar de encontrarla, Mahito entra en una torre que se halla en un rincón de la casa. La torre la construyó el tío abuelo de Natsuko, un ávido lector que también desapareció un buen día. Allí Mahito se encuentra de nuevo con la garza, y con una persona misteriosa, y emprende un viaje al llamado “mundo inferior”…

Según Sutajio Jiburi monogatari (La historia de Studio Ghibli), de Suzuki Toshio, Miyazaki presentó la propuesta de este proyecto a Suzuki en julio de 2016. La película se basaba en cierto “libro infantil escrito por un irlandés” que el director había encontrado, y Suzuki, que había leído la novela de antemano, consideró que su contenido era perfecto para crear una película de esta época. Así se puso en marcha el proyecto, y con la producción ya comenzada, el título quedó decidido: Kimitachi wa dō ikiru ka.

Es decir, que la película de Miyazaki partió de un punto completamente diferente a la novela de Yoshino. ¿Por qué decidió entonces tomar prestado ese título?

Miyazaki Hayao, reescritor de cuentos

Miyazaki es un director ampliamente conocido por obras como Kaze no tani no Nausika (Nausicaä del valle del viento, 1984), Tenkū no shiro Rapyuta (El castillo en el cielo, 1986) o Mononoke hime (La princesa Mononoke, 1997), pero al mismo tiempo es un narrador capaz de leer y narrar de nuevo historias antiguas y modernas, tanto de Oriente como de Occidente, y hacerlo con total libertad. Además de Majo no takkyūbin (Nicky, la aprendiz de bruja / Kiki: Entregas a domicilio, 1989) y Hauru no ugoku shiro (El Castillo ambulante / El Increíble castillo vagabundo, 2004), Miyazaki escribió el guion de Karigurashi no Arietti (Arrietty y el mundo de los diminutos / El mundo secreto de Arrietty, 2010) y Kokurikozaka kara (La Colina de las amapolas, 2011), obras basadas en una novela o manga original.

En Kaze tachinu (El viento se levanta, 2013) Miyazaki narra la vida del ingeniero aeronáutico Horikoshi Jirō, y la entrelaza con la novela del mismo nombre de Hori Tatsuo. Gake no ue no Ponyo (Ponyo en el acantilado / Ponyo y el secreto de la sirenita, 2008) es una adaptación de La Sirenita, el cuento de hadas de Andersen, pero en la película se usa también como tema Mon (La puerta), la novela de Natsume Sōseki. En Gedo senki (Cuentos de Terramar, 2006), cuyo guion escribió también Miyazaki, se mezcla la historia original de Ursula K. Le Guin con el cuento del propio director Shuna no tabi (El Viaje de Shuna). Tonari no Totoro (Mi Vecino Totoro, 1988) se basa en Donguri to yamaneko (La Bellota y el gato salvaje), de Miyazawa Kenji, mientras que Sen to Chihiro no kamikakushi (El Viaje de Chihiro, 2001) nació de la novela infantil de Kashiwaba Sachiko Kiri no mukō no fushigi na machi (La misteriosa ciudad al otro lado de la niebla).

Al igual que ocurre con esas obras, en esta nueva película Miyazaki narra a su manera una historia ya existente. Ese “libro infantil escrito por un irlandés” es The Book of Lost Things (El Libro de las cosas perdidas, 2006), de John Connolly. Miyazaki escribió una recomendación para la portada de la traducción al japonés.

David, el protagonista, perdió a su madre a causa de una enfermedad en 1939, y tuvo que dejar Londres, donde había vivido muchos años, para mudarse a la mansión que tiene en los suburbios Rose, la nueva pareja de su padre tras sus segundas nupcias. Rose lleva en su vientre un bebé del padre de David, el cual rechaza a su nueva madre y a su hermano, y se encierra en su habitación, repleta de libros. Esa estancia perteneció al tío de Rose, quien desapareciera a los catorce años. Una buena noche, David entra a través del jardín de la mansión en otro mundo, guiado por un “hombre retorcido” que aparece en sus sueños.

Son muchos los puntos en común entre el libro de Connolly y la película de Miyazaki: la muerte de la madre, la mudanza a los suburbios, la nueva familia, la mansión, los libros, el tío desaparecido, ciertos seres extraños (la garza y el hombre retorcido), el otro mundo… Ese hombre retorcido también le dice a David que su madre está viva, y que debe viajar al otro mundo si quiere recuperarla. En ese mundo hay personajes de todo tipo de cuentos populares y de hadas, como Caperucita Roja, Hansel y Gretel, Blancanieves… allí se vuelven a narrar esas historias, una vez más.

Miyazaki no se limitó a adaptar The Book of Lost Things tal cual, por supuesto. En la trama también se puede encontrar entrelazada parte de su vida. El recuerdo de haber huido con su familia, cuando tenía cuatro años, durante un ataque aéreo, parece verse reflejado en la secuencia inicial de la película, y es también sabido que su padre trabajaba en una fábrica de municiones, como director. Esa garza real que se niega a separarse de Mahito podría estar basada en Suzuki Toshio…

El torrente de imágenes de Miyazaki

En suma, Miyazaki, nacido en 1941, superpone sus recuerdos de infancia sobre la novela de 1937 Kimitachi wa dō ikiru ka, que conecta con The Book of Lost Things, ambientada en 1939. De ese modo consigue ir delineando la relación entre Mahito y su familia, y entre él y el mundo que lo rodea, mediante las aventuras en el otro mundo. Dicho de otro modo: fue el tema del libro de Yoshino, y no su historia, el que causó la verdadera impresión a Miyazaki.

Sin embargo esta no es una obra clara y bien organizada. A medida que la película avanza, lo que salta a la vista no es ni el tema ni la historia, sino el torrente de imágenes que desborda de la imaginación del director. La torre, pieza clave en la narración, proviene de una historia que apasionaba a Miyazaki de niño: Yūreitō (La Torre fantasma), una versión de A Woman in Grey (La Mujer de gris, de Alice M. Williamson) de Edogawa Ranpo. En ese mundo inferior que visita Mahito aparecen, además, varios personajes y detalles que recuerdan a otras obras anteriores de Miyazaki. Más que tratarse de un simple “servicio a los fans” podríamos considerarlo como una serie de autorreferencias u homenajes.

Miyazaki ha creado en esta película un collage, dicho de otro modo, con todo tipo de historias, imágenes y elementos, donde incluye también sus propias obras y su vida misma. Del mismo modo que David, el protagonista de The Book of Lost Things, viaja a través de un mundo creado con retazos de historias populares y cuentos de hadas, Mahito lo hace a través de un mundo creado a partir de las historias que Miyazaki ha dirigido hasta ahora. Podemos ver, por ejemplo, una escena que recuerda a Rupan sansei – Kariosutoro no shiro (Lupin III: El castillo de Cagliostro, 1979), personajes muy similares a los de Tenkū no shiro Rapyuta o Sen to Chihiro no kamikakushi, e incluso un personaje que nos traerá a la memoria a alguien muy cercano a Miyazaki… En esos momentos la película nunca llega a retratar al propio director; lo que trae a un primer plano es su presencia como creador.

La película misma pronto comienza a tomar una apariencia que se asemeja al mundo inferior por el que viaja Mahito. Es el mencionado torrente de imágenes, más que la historia, el que impulsa la narración, y como consecuencia esta no tiene una visión fija del mundo. Hay momentos en los que parecemos encontrarnos en una pesadilla, como si fuera una obra de David Lynch, pero dado que el mundo que se nos muestra no viene respaldado por una única historia es lógico que la película no sea ni fácil de comprender ni estable. Es algo similar a lo que sucede con ese guardián del mundo inferior que se aparece a Mahito, quien mantiene el equilibrio de ese mundo apilando piedras inestables una sobre otra.

Este personaje, que vive como si su propia vida se fuera enterrando en ese mundo repleto de historias, al vivir de ese modo protege el mundo (es decir, protege sus muchas historias). El modo en que carga con todas ellas y actúa como si fuera su creador nos hace dudar si no se trata del propio Miyazaki Hayao. Desde el momento en que él aparece, la historia de Kimitachi wa dō ikiru ka se precipita de golpe hacia su conclusión. Como si su trabajo consistiera en terminar de contar historias. O como si esas piedras apiladas se derrumbaran, todas a la vez.

La literatura infantil en la actualidad

En mayo de 2017, cuando Miyazaki declaró que iba a volver a dirigir animación, Studio Ghibli declaró que, dada su edad, el siguiente trabajo de Miyazaki como director sería verdaderamente el último. Teniendo esto en cuenta, ¿qué trata de entregar el guardián del mundo inferior a Mahito, y con él Miyazaki a su público?

La respuesta puede hallarse en un lugar inesperado. En la obra mencionada anteriormente, Hon e no tobira – Iwanami Shōnen Bunko wo kataru, Miyazaki menciona el libro de Erich Kästner Das fliegende Klassenzimmer (El Aula voladora, 1933) del siguiente modo:

“Al leerlo, sentí algo similar a lo que sentí con Kimitachi wa, de Yoshino Genzaburō. Transmite la sensación de una época abocada a la catástrofe, pero también está contado como una ‘historia de chicos’, creo”.

Miyazaki, que ha ido absorbiendo innumerables historias a lo largo de su vida, define la literatura infantil como “historias que se pueden rehacer”; según él, es este tipo de literatura el que predica a los niños que aunque algo salga mal se puede superar, e intentarlo de nuevo, y que hay que alegrarse de estar vivo. Es decir, que para Miyazaki Kimitachi wa dō ikiru ka, que Yoshino escribió antes de la guerra, anima a la nueva generación pese a estar escrita en una época en la que el futuro no era muy brillante. Sin duda sentiría algo parecido al leer la novela de Connolly.

Miyazaki eligió el título de Kimitachi wa dō ikiru ka quizá como una forma de declarar que esta película es literatura infantil para el público actual, que vive también en una época que se dirige a la catástrofe; es decir, que es de nuevo una “historia que se puede rehacer”. Para un creador que lleva ochenta y dos años inmerso en el mundo de las historias, narrándolas y rehaciéndolas, autor de obras maestras que han pasado ya a la historia del cine, esta es una esperanza audaz y poderosa que volcar en su última película, liberada ya de toda restricción.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: cartel de la película Kimitachi wa dō ikiru ka, primer largometraje de animación de Miyazaki Hayao en diez años – 18 de julio de 2023, Minato-ku, Tokio / Jiji Press Photo Ltd.)

anime literatura Miyazaki Hayao Studio Ghibli Cine japonés