Consejos para afrontar las dificultades de la vida

La psicología profunda del absentismo escolar en secundaria

Sociedad

Comparado con la década de 1980, cuando la violencia escolar se convirtió en un problema social, el ambiente de las escuelas secundarias de hoy parece haberse calmado. Sin embargo, se han agravado otros problemas. El psiquiatra Izumiya Kanji explica la evolución del contexto que ha llevado a los estudiantes de la violencia explícita al rechazo hacia la escuela.

La realidad del absentismo escolar sale a la luz

El absentismo escolar representa un grave problema en Japón desde hace años. Un estudio sobre la tendencia al absentismo que la Fundación Nippon publicó el 12 de diciembre de 2018 brinda la clave para dilucidar las causas del problema. A diferencia de estudios anteriores realizados por el Ministerio de Educación, que se llevaban a cabo a través de los consejos docentes de los centros, esta nueva investigación se basó en una encuesta directa al alumnado por internet.

El estudio de la Fundación Nippon arroja luz sobre la situación desde un enfoque más abierto que los del Ministerio, en que solo se considera como absentismo escolar la ausencia del alumno durante un mínimo de treinta días al año. Este nuevo estudio incluye formas alternativas de absentismo que no se ajustan a la definición oficial y que hasta ahora quedaban excluidas de las estadísticas, como el de los que van a la escuela pero faltan a clase, el de los que se saltan parte de las clases o el de los que asisten pero desearían no hacerlo. Los resultados revelan que en realidad existe un triple de casos de absentismo escolar que los 330.000 que recoge la definición oficial del Ministerio, evidenciando que se trata de un problema mucho más serio de lo que se creía originalmente.

La encuesta de la Fundación Nippon indaga en las complejas impresiones del alumnado sobre la escuela mediante la inclusión de una pregunta acerca de los motivos por los que no desean asistir, un factor que hasta ahora no se incluía en las estadísticas. A continuación quisiera reflexionar sobre el estado psicológico de los alumnos de secundaria mediante el análisis de las respuestas a dicha pregunta.

Cinco tipos de motivos para el absentismo escolar

Los factores que se especificaron en la pregunta sobre los motivos para el absentismo escolar fueron muy variados, pero pueden clasificarse en cinco grandes categorías.

A. Represión. “No puedo levantarme por la mañana”. “Estoy cansado”. “Me encuentro mal cuando intento ir a la escuela”. “No sé ni por qué no quiero ir a la escuela”.

En esta categoría se incluyen los alumnos que no se niegan a asistir a la escuela de forma consciente, sino que no pueden ir porque no son capaces de levantarse de la cama, se sienten fatigados o experimentan malestar físico.

B. Relaciones personales. “No me llevo bien con los compañeros”. “No me llevo bien con los profesores / No puedo confiar en los profesores”. “No me siento cómodo en la escuela”.

Esta categoría no solo incluye el problema central del acoso, sino también factores más indefinidos como sentirse incómodo en la escuela.

C. Problemas académicos. “No entiendo las clases / No puedo seguir el ritmo de las clases”. “No logro sacar tan buenas calificaciones como en primaria”. “No quiero hacer exámenes”.

El principal motivo de esta categoría son las dificultades para seguir el ritmo académico.

D. Problemas existenciales. “No veo sentido a ir a la escuela”. “Es más aburrido que cuando iba a la escuela primaria”.

Los alumnos de esta categoría no entienden qué sentido tiene asistir a la escuela y, por tanto, les parece aburrido; no encuentran un motivo para seguir escolarizados.

E. Problemas de choque con la realidad. “Las reglas de la escuela no me gustan”. “Las actividades extraacadémicas son muy duras”.

Esta categoría se ve fuertemente influida por el nivel de severidad de la normativa escolar y la exigencia de las actividades extraacadémicas del centro donde estudia el alumno.

¿Qué se deduce de las respuestas a la encuesta?

Al clasificar los resultados de la encuesta en las cinco categorías anteriores (A. Represión; B. Relaciones personales. C. Problemas académicos. D. Problemas existenciales. E. Problemas de choque con la realidad), se observan los patrones siguientes.

1) El factor que encabeza la lista de motivos para no querer asistir a la escuela, no solo entre el grupo de los que se ausentan sino también en el de los que asisten sin problemas, es la represión. Esto nos ofrece una pista importante sobre el estado psicológico y mental de los estudiantes de secundaria.

En el campo de la psicología, el término represión indica el estado en que cierto pensamiento se contiene de modo que no aflora en la conciencia. En el caso del absentismo escolar que nos ocupa, ese pensamiento es sin duda “No quiero ir a la escuela”. Cuando un pensamiento se reprime y no sale a la conciencia, tiende a manifestarse físicamente. Se trata de un mecanismo conocido como somatización, al que corresponden síntomas como la incapacidad de levantarse por la mañana, el malestar físico a la hora de ir a la escuela o la fatiga.

La represión surge de una presión extrema derivada de pensamientos conscientes del individuo, como “Tengo la obligación de ir a la escuela” o “No está bien que piense que no quiero ir a la escuela”. Podemos suponer que ese sentido de la obligación excesivo del menor es consecuencia de una infancia en que no se le permitió rebelarse ante lo que no quería hacer y se le obligó a obedecer pasivamente las órdenes de los padres y la escuela.

2) Los motivos más elegidos por los estudiantes cuya ausencia de la escuela sobrepasa un periodo determinado son las relaciones personales y los problemas académicos. Tradicionalmente se pensaba que los principales factores del absentismo eran el acoso y el fracaso escolar, que pertenecen a las categorías de relaciones personales y problemas académicos.

Para los niños que entran en la fase de la adolescencia, la opinión de los que los rodean y su imagen pública son temas de máxima importancia. Por eso es esperable que las relaciones personales representen uno de los motivos más comunes para dejar de asistir al colegio. Se trata de un fenómeno inevitable en el proceso de maduración de la persona.

3) El motivo más mencionado por los menores que, aunque asisten a clase y en general se comportan como el resto, en realidad desearían dejar de ir al colegio, son los problemas existenciales.

Los estudiantes que se cuestionan el sentido de asistir a la escuela secundaria y que respondieron “No veo sentido a ir a la escuela” o “Es más aburrido que cuando iba a la escuela primaria” experimentan dificultades de tipo existencial. Por lo general los estudiantes de secundaria que se plantean este tipo de dudas son jóvenes psicológicamente muy maduros y reflexivos; en el resto de la gente estas cuestiones suelen surgir más tarde, durante el bachillerato, en la universidad o durante el proceso de buscar trabajo.

Suponemos, por tanto, que en ese grupo que asiste a la escuela sin ganas abundan los estudiantes maduros que se plantean dudas existenciales. La mayoría de los jóvenes proclives a albergar este tipo de dudas interpretan el papel que la sociedad les exige —van a la escuela, asisten a clase y aparentan estar bien adaptados— y ocultan su insatisfacción. Otra característica de este grupo es que no suelen experimentar problemas de choque con la realidad, quizás porque tienen muchos recursos para enfrentarse a ella.

¿Cómo pueden afrontar el problema los padres y los profesores?

Hasta la fecha vienen aplicándose bastantes medidas contra el absentismo escolar, como la atención y la intervención en los casos de acoso o la tutorización para prevenir la inadaptación debida al fracaso académico. No hace falta decir lo importante que es seguir realizando este tipo de esfuerzos. Sin embargo, hasta ahora no se ha otorgado demasiada importancia al problema de la marcada tendencia a la represión psicológica que acabamos de señalar en nuestro análisis.

El proceso de construcción del ego de la persona empieza con la etapa de rebeldía que tiene lugar entre los dos y los tres años, en la que el niño se niega a obedecer pasivamente las indicaciones de los padres porque se le despierta la conciencia de que es un ser independiente. Los padres y cuidadores deben comprender que esa rebeldía es una importantísima expresión de la iniciativa propia del niño. Es a partir de esa fase cuando el ego del niño desarrolla gradualmente una voluntad propia definida.

Actualmente se pone demasiado énfasis en la educación desde una edad temprana. Se fuerza a los niños a realizar actividades extraescolares y prepararse para los exámenes sin dejarles tiempo libre, en una fase delicada del desarrollo en que debería fomentarse su iniciativa. Eso desincentiva la iniciativa de los pequeños y los convierte en seres sumisos y apáticos. Al educarlos inhibiendo esa rebeldía que es la raíz de la expresión del yo, los niños de hoy en día no se rebelan abiertamente como antes, sino que lo hacen mediante una resistencia inconsciente como el absentismo escolar. Así es como se llega al estado de represión psicológica en que el individuo deja de oír la voz de su corazón.

Es innegable que, en ciertos aspectos, la tendencia a la pasividad empieza a promoverse en las familias y la industria educativa antes de que los niños empiecen la educación escolar. En mi opinión, los adultos deben replantearse el sistema de valores actual, excesivamente controlador y dominante, y crear una sociedad en que los niños puedan educarse respetando sus tendencias psicológicas naturales.

Ilustraciones de Mica Okada.

(Traducido al español del original en japonés.)

escuela secundaria acoso escolar Absentismo