Encuesta: ¿Qué imagen de la Casa Imperial tienen los jóvenes japoneses?

Sociedad

La era Heisei concluyó el 30 de abril de 2019 con el relevo del trono imperial. ¿Qué opinan de la Casa Imperial los jóvenes nacidos en esa era? En marzo preguntamos a treinta jóvenes en las zonas del santuario de Yasukuni, el Center Gai de Shibuya y de la puerta Akamon de la Universidad de Tokio.

La imagen de la Casa Imperial, una institución lejana que trabaja para el pueblo

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el Emperador de Japón pasó a ser un símbolo del Estado, un papel que el Emperador Akihito tuvo muy presente a la hora de abordar sus funciones. ¿Qué imagen albergan los jóvenes nacidos en la era Heisei de la Casa Imperial, y especialmente del Emperador? Empezamos por preguntarles por su visión sobre la Casa Imperial.

“La imagen que tengo de los Emperadores es la de una pareja de abuelitos amables que, cuando ocurre un desastre de gran escala como el Gran Terremoto del Este de Japón, visitan los refugios de las zonas damnificadas y se arrodillan para hablar con los ciudadanos evacuados a su mismo nivel”, responde con una sonrisa una estudiante universitaria de 19 años procedente de Ichikawa (Chiba) que visita el santuario de Yasukuni con un amigo.

La mayoría de los jóvenes declaró que tenían la impresión de que la Familia Imperial, en especial los Emperadores, “sirven al pueblo”. “Saludan con la mano con un aire sereno”, “Velan por el pueblo un paso por detrás de él” y “Trabajan siempre para nuestro país” fueron algunos de los comentarios que recopilamos en las entrevistas.

Seis de los encuestados destacaron el carácter simbólico de la Casa Imperial, mientras que otros seis incidieron en su talante distinto al del pueblo llano, con observaciones como “A pesar de que parecen cercanos al pueblo cuando ofrecen consuelo a las víctimas de desastres, por ejemplo, en realidad son personas distintas al resto, inalcanzables”, “Son muy distinguidos” o “Evocan una imagen de refinamiento”.

Un joven de 18 años que acudía al santuario de Yasukuni desde Hamamatsu (Shizuoka) declaró, con seriedad: “El Emperador es un símbolo del Estado. Me entristece pensar que hay quien dice que la monarquía no es necesaria, cuando en realidad le debemos nuestra historia como país”.

Casi todos a favor de la polémica abdicación

¿Qué influencia ejerce la Casa Imperial sobre los jóvenes encuestados? A la pregunta de si alguna vez se han alegrado de que Japón sea una monarquía, doce respondieron que sí y dieciocho que no. Sin embargo, ninguno emitió una opinión crítica al respecto.

“La monarquía imperial contribuye a la cohesión del país. Es más fácil mantenernos unidos si tenemos un símbolo de nuestra identidad como pueblo”, declaró frente a la Universidad de Tokio un estudiante universitario de 19 años residente en Mitaka (Tokio) que estaba entre los que respondieron afirmativamente. Una estudiante de bachillerato de 16 años que vive en el distrito tokiota de Adachi, con quien nos encontramos en el Center Gai de Shibuya, dijo: “Me alegro de que Japón sea una monarquía porque gracias a ello el país conserva la paz”.

Una joven de 18 años procedente de Nerima (Tokio) nos cuenta, desde la puerta Akamon de la Universidad de Tokio, que celebra la existencia de la Casa Imperial porque esta representaba una fuente de motivación para sus abuelos, quienes, al ver al Emperador Akihito en la televisión, siempre decían: “Si el Emperador pone tanto esfuerzo en su trabajo, nosotros también debemos esforzarnos”.

Cuando les preguntamos cuál era la noticia relacionada con la Casa Imperial que más les había impactado últimamente, la mayoría citó asuntos relacionados con el cambio de era, como la abdicación (quince de los encuestados) y el nombre de la nueva era (tres de los encuestados). Seis de los jóvenes, probablemente influidos por la amplia cobertura ofrecida en las revistas y la televisión, mencionaron la agitación en torno a la boda entre la princesa Mako de Akishino y Komuro Kei.

La abdicación, que no está recogida en la Ley de la Casa Imperial, fue también motivo de polémica entre políticos y expertos en un principio. ¿Qué opinan de ello los jóvenes? Veintiséis se mostraron a favor de la decisión del Emperador, esgrimiendo motivos como “Quiero que se respete su voluntad”, “Me preocupa su salud por su avanzada edad” o “Es lo mismo que la jubilación para el resto de nosotros”. Solo cuatro se declararon imparciales y ninguno se posicionó en contra.

Un estudiante de posgrado de 24 años, que se había desplazado desde su universidad a la Universidad de Tokio para asistir a un seminario, expuso lo que sigue: “La abdicación no es una figura inusual en nuestra historia y no tengo ningún motivo para estar en contra de ella. La apoyo mientras corresponda a una decisión del propio Emperador. El Emperador Akihito se casó con la Emperatriz Michiko por amor, en una época en que se estilaban los matrimonios concertados, rompiendo con la arraigada costumbre de los matrimonios imperiales entre la nobleza. Creo que el Emperador es un símbolo de Japón que se va actualizando. Por eso no me sorprende la abdicación. El contraste entre el Emperador, una figura que ha ido evolucionando con los tiempos, y el invariable sistema imperial me parecía una fuente potencial de problemas”.

Nadie aboga por abolir la monarquía

La mayoría de los encuestados presentaron una opinión positiva acerca de la Casa Imperial y de la abdicación del Emperador Akihito. Al preguntarles qué piensan sobre la monarquía, veintisiete de los jóvenes afirmaron que debe mantenerse y los tres restantes se declararon imparciales; ninguno apostó por su abolición.

Entre las opiniones a favor de la continuidad del sistema, las hubo activamente favorables, pasivas y ambiguas. “La monarquía es parte de la tradición japonesa y la Casa Imperial es una institución importante para los japoneses” y “La monarquía aporta estabilidad social. Deseo que se mantenga para seguir con la buena convivencia del país” fueron algunas de las declaraciones más activamente favorables. Entre las posturas de tipo pasivo, escuchamos las siguientes declaraciones: “No me parece bien que la sociedad actual elimine algo que lleva tanto tiempo funcionando” o “No parece que haya un sistema mejor para sustituir a la monarquía, y abolirla de repente seguramente provocaría el caos en el país”. Los que se mostraron más ambiguos presentaron una conformidad indefinida con el sistema, con respuestas como “Mientras haya paz, ya está bien” y “No le veo nada negativo en particular”.

Una joven de 17 años de Kawasaki (Kanagawa), que se hallaba de visita en el santuario de Yasukuni, explicó con serenidad: “Como el Emperador es una figura simbólica carente de poder político, creo que cumple una función importante al promover las buenas relaciones con otros países desde una posición honesta mediante las visitas oficiales. Sin embargo, me consta que se invierte una gran cantidad de impuestos en los gastos de manutención y salario de la Casa Imperial, y eso es algo que conviene cambiar”.

Solo dos de los encuestados conocían el nombre del nuevo Emperador

¿Qué nivel de conocimientos sobre la Casa Imperial tienen los jóvenes? Cuatro de los treinta encuestados sabían el nombre del Emperador Akihito, mientras que siete acertaron a responder el de la Emperatriz Michiko. Sin embargo, solo dos conocían el nombre de pila del nuevo Emperador, Naruhito.

En contraste con lo anterior, sorprendentemente, diez de los encuestados sabían que el príncipe de Akishino era el primero en la línea sucesoria al trono. Los únicos que acertaron las cuatro preguntas sobre los nombres fueron el estudiante de posgrado al que entrevistamos frente a la Universidad de Tokio y un estudiante de instituto especializado de 18 años procedente de la ciudad de Fuji (Shizuoka), con quien hablamos en el santuario de Yasukuni.

La pregunta de qué tipo de era fue Heisei para ellos suscitó respuestas muy diversas entre los encuestados. Muchos mencionaron los avances tecnológicos como el desarrollo de los teléfonos inteligentes, mientras que algunos mostraron una implicación emocional positiva con la era, con declaraciones como “Significa mucho para mí porque es la era en la que nací y crecí” o “Fue una era buena era de paz”.

Por otro lado, entre los entrevistados frente a la Universidad de Tokio destacaron ciertas impresiones negativas sobre la era, como “Fue un periodo de crisis económica” o “Tuvimos que pagar los errores de las generaciones mayores en temas como el sistema de pensiones”. Estos encuestados creen que Heisei constituye “el hundimiento del país” y “dos décadas perdidas”. Además hubo algunas respuestas relacionadas con los desastres naturales ocurridos en esta época, hecho que apunta al profundo impacto que provocaron desastres como el Gran Terremoto del Este de Japón.

Hubo dos respuestas más que se desmarcaron del resto. Una fue la de un trabajador de 27 años procedente de Daitō (Osaka), que admitió que “la era Heisei pasó en un abrir y cerrar de ojos”. La otra fue la del estudiante de posgrado que ya hemos mencionado antes, que se mostró muy racional al afirmar “No lo sabré hasta que haya pasado cierto tiempo desde que terminó la era y pueda analizarla con cierta perspectiva”.

Reportaje y redacción: Sugihara Yuka (Editorial de Power News)

Fotografía del titular: un grupo de jóvenes con camisetas estampadas con el nombre de la nueva era escrito con pincel, que se repartieron gratuitamente en un acto público, el 1 de abril de 2019, en Shibuya, Tokio. (Jiji Press)

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