La propuesta para asegurar la sucesión al trono podría chocar con los derechos constitucionales

Sociedad

En el Gobierno se está debatiendo una propuesta para que las princesas puedan contribuir de alguna forma a aligerar la carga de funciones públicas que soporta la menguante familia imperial convirtiéndolas en funcionarias públicas.

El príncipe Hisahito necesitará toda la ayuda

Al oír hablar de una kōjo (‘princesa imperial’), entre los japoneses habrá quien evoque a la famosa Kazu (1846-1877), que fue desposada con Iemochi, decimocuarto shōgun de los Tokugawa, como parte de un plan para reforzar la legitimidad del shogunato de Edo ligándolo a la corte de Kioto. Kazu fue la octava hija del emperador Ninkō y, por tanto, tía de Mutsuhito, emperador de la era Meiji. El término kōjo, que designa específicamente a la hija del Emperador y tiene para nosotros hondas reminiscencias históricas, vuelve a la palestra y es otra vez motivo de interés para la gente en esta recién iniciada era Reiwa.

La Casa Imperial afronta hoy en día dos grandes desafíos: estabilizar la sucesión al trono y crear, dentro de la familia imperial, núcleos familiares femeninos con título propio (josei miyake). Ambos fueron ya señalados en la resolución adicional que fue añadida a la reforma legal que se hizo en la Ley de la Casa Imperial para dar vía a la abdicación del anterior Emperador. Mediante esta, se pidió al Ejecutivo que sometiera a examen ambos puntos.

La Familia Imperial en una fotografía publicada en el sitio web de la Agencia de la Casa Imperial)
La Familia Imperial en una fotografía publicada en el sitio web de la Agencia de la Casa Imperial)

El josei miyake se concibió como una forma de aliviar la carga de funciones públicas que soporta la Casa Imperial permitiendo que las mujeres continuasen siendo miembros de la misma después de su matrimonio. La Casa Imperial va menguando conforme sus miembros fallecen y sus mujeres van casándose y, en esta situación, se pensó que el príncipe Hisahito, sobrino del actual Emperador, segundo en la línea sucesoria con la actual legislación y único representante masculino de su generación, necesitaría la ayuda de sus hermanas al ser proclamado Emperador.

En caso de establecerse estos núcleos familiares femeninos, habría que considerar, entre otras muchas cosas, si reconocer o no también a los cónyuges y descendientes de las princesas la condición de miembros de la familia imperial. Tanto el actual Gobierno del primer ministro Suga Yoshihide como el Partido Liberal Democrático (PLD) conceden gran importancia a la tradición mantenida a lo largo de innúmeras generaciones de transmitir el trono solo a varones y por línea masculina, y en dichos círculos se tiene una especial prevención hacia la posibilidad de que finalmente sea el hijo de una de estas princesas quien lo herede. Por esta razón, las propuestas a favor del josei miyake no prosperan en el legislativo nacional.  

Una dificultad más en el camino hacia el josei miyake

Otro asunto que se ha convertido en una rémora para el establecimiento de los josei miyake es el postergado matrimonio de la princesa Mako, hija de los príncipes Akishino y sobrina por tanto del actual Emperador, con el “plebeyo” Komuro Kei, asunto que ha puesto de relieve el hecho de que, si bien son muchos los japoneses que desean que el tema del josei miyake sea debidamente discutido en la Dieta (Parlamento), también son muchos los que, molestos ante las perspectivas de que los cónyuges y descendientes de las princesas sean causa de que nuevos y engorrosos problemas recaigan sobre la familia imperial, se declaran contrarios a esa posibilidad.

En noviembre de 2020 el príncipe Akishino, hermano del Emperador, celebró su Rikkōshi-no-rei, un antiguo rito que sirve para proclamar heredero a un miembro de la familia imperial. En una rueda de prensa que convocó con motivo de su 55 cumpleaños días después, Akishino hizo saber que había decidido dar su consentimiento al matrimonio de su hija. Sin embargo, gran parte de la ciudadanía no está satisfecha con la forma en que la familia de Komuro está llevando el delicado tema de una deuda o supuesta deuda que contrajo, y la centralita telefónica de la Agencia de la Casa Imperial recibió un aluvión de llamadas de protesta.

Responsables de este órgano gubernamental filtraron sus temores de que si la jornada de puertas abiertas de Año Nuevo en el Palacio Imperial, suspendida debido a la pandemia, se hubiera llevado a efecto, podría haber ocurrido algo grave, pues no habrían faltado quienes, lejos de felicitar al príncipe por su proclamación como heredero, le faltasen al respeto por el asunto de la boda de su hija. 

Hacer de las princesas funcionarias públicas: ¿es la solución?

El impase en el que se halla el debate sobre los josei miyake ha hecho emerger en el seno del Gobierno una nueva vía, consistente en institucionalizar la figura de las princesas casadas no mediante la conservación de su condición de miembros de la familia imperial aun después del matrimonio, sino haciendo de ellas funcionares públicas por lo que, lógicamente, realizarían funciones previamente determinadas obteniendo por ello una remuneración. El sistema sería estrenado por Mako, en caso de que se casase, pero también podrían acogerse a él su hermana menor Kako, así como la prima de ambas e hija de la actual pareja imperial, Aiko.

Los príncipes Akishino con sus tres hijos en una fotografía publicada en el sito web de la Agencia de la Casa Imperial.
Los príncipes Akishino con sus tres hijos en una fotografía publicada en el sito web de la Agencia de la Casa Imperial.

Dado que, como se ha dicho, esta propuesta establecería funciones solo para las exprincesas casadas, dejando fuera a sus cónyuges y descendientes, se ha pensado que no provocaría demasiadas alergias entre los conservadores más celosos de la tradición de sucesión “masculina y por línea siempre masculina”. Una propuesta similar a esta fue presentada y calificada de “digna de ser estudiada” ya en 2012, durante el periodo en que ostentaba el poder el ya extinto Partido Democrático.

A propósito de la actual propuesta, el secretario en jefe del gabinete, Katō Katsunobu, resaltó la impostergabilidad del problema de la más que posible merma en el número de miembros de la familia imperial a consecuencia de los matrimonios de sus jóvenes miembros femeninos, algo inminente dada la edad de las tres princesas, y a otras causas previsibles, y manifestó que para obtener un consenso en la ciudadanía sería necesario debatirlo debidamente y tramitarlo con la mayor prudencia. Nikai Toshihiro, secretario general del PLD, dijo que “como un ciudadano más”, veía con buenos ojos la idea.

Por su parte, Edano Yukio, líder del Partido Constitucional Democrático de Japón, principal partido de la oposición, se lamentó de que no se formulasen propuestas concretas para asegurar una sucesión al trono estable y señaló que estaba dispuesto a debatir el tema en profundidad partiendo del carácter prioritario de ese problema, que, en su opinión debe resolverse antes de entrar en la cuestión del aligeramiento de la carga de funciones públicas que sufren los miembros de la familia imperial.

Tamaki Yūichirō, que dirige el Partido Democrático para el Pueblo, segunda fuerza opositora, señaló que el debate sobre las princesas no contribuía a afianzar la sucesión al trono. Se fijó también en un aspecto lingüístico al señalar que el término kōjo designaba más propiamente a las hijas del emperador y que, por tanto, no debería ser empleado en referencia a otros miembros femeninos de la familia.

La figura propuesta y los derechos constitucionales

La propuesta del josei miyake difiere de esta última sobre la institucionalización de las princesas mediante su conversión en funcionarias públicas fundamentalmente en el estado o condición civil que se les reconocería. El josei miyake presupone que ellas sigan quedando incluidas dentro de la familia imperial, mientras que el segundo sistema las convertiría en “plebeyas” y acarrearía la plena aplicación de la Constitución, que en su Artículo 22 reconoce la libertad de elección profesional, lo que permitiría que las exprincesas abandonasen también sus recién adquiridos puestos de funcionarias. Sobre este punto, Tamaki avaló que las exprincesas, convertidas ya en plebeyas, pudieran rechazar la asignación de un puesto de funcionaria, que nunca debería ser, dijo, obligatoria. Tamaki aludió a que recibir un puesto especial como funcionaria pública con su correspondiente asignación económica después de haber recibido también más de 100 millones de yenes como pago único con motivo de su matrimonio podría incomodar a las exprincesas y llevarlas a renunciar a dicho puesto.

Se han vertido también diversas opiniones sobre la posibilidad de que si se estableciera este sistema podría estar violándose el Artículo 14 de la Constitución, que proclama la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Al leer en el texto constitucional que toda la ciudadanía es igual ante la ley con independencia de su raza, credo, sexo o condición social o nacimiento, que nadie puede ser objeto de discriminación política, económica o social por dichas razones, y que no se reconoce la existencia de una nobleza en ninguna de sus modalidades, ciertamente surgen algunas dudas.

Nadie ha dicho nada a la Agencia de la Casa Imperial

Preguntado en rueda de prensa acerca de la nueva propuesta para las princesas, un representante de la Agencia de la Casa Imperial respondió que tal propuesta no se les había formulado, dando a entender que ni los funcionarios de dicho órgano ni siquiera los miembros de la familia real habían sido consultados al respecto. Eso significa que la propuesta ha trascendido sin que previamente las personas más directamente interesadas hubieran dado su consentimiento.

Que no haya llegado a oídos de dicha agencia podría explicarse por el hecho de que la propuesta esté todavía en fase de estudio, aunque también podría ser que se haya juzgado innecesario comunicársela. No hay nada claro al respecto. Desde el ejecutivo se viene diciendo, ya desde los último años de la anterior era, que una vez finalizados todas las ceremonias relacionadas con la entronización del nuevo emperador se entraría sin más dilación a debatir el problema de cómo garantizar una sucesión estable al trono. Aunque podemos suponer que la demora en hacerlo estará causada por la crisis del nuevo coronavirus, todas las ceremonias a las que se aludían han quedado ya atrás y el pesado aparato del Estado deberá tomar el toro por lo cuernos y dar solución a este importante problema que pesa sobre la Casa Imperial.

La mayoría de edad de Aiko concita las expectativas

La princesa Aiko en una fotografía publicada en el sitio web de la Agencia de la Casa Imperial.
La princesa Aiko en una fotografía publicada en el sitio web de la Agencia de la Casa Imperial.

La nota esperanzada en el Año Nuevo en la Casa Imperial la pone la princesa Aiko, que cursa estudios de japonés y literatura japonesa en la Universidad de Gakushūin, pues el 1 de diciembre de 2021 llegará a la mayoría de edad (20 años), con lo que se sumará así al “club de adultos” de la familia. Como es costumbre en estos casos, Aiko se presentará a los medios en su primera rueda de prensa en solitario.

A partir de ese momento, la princesa Aiko acompañará a sus padres en los actos oficiales, que tendrán en su presencia un nuevo aliciente. Ahora, cuando se dice incluso que se está abriendo una grieta entre la Casa Imperial y los ciudadanos, todos esperamos que Aiko traiga un soplo de aire fresco.

Fotografía del encabezado: La princesa Aiko (izquierda), hija de los Emperadores, y su prima la también princesa Mako. (Fotografía: Jiji Press)

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