Kuroda Sayako: de princesa a ciudadana común y sacerdotisa del santuario de Ise

Sociedad

En fechas recientes han destacado noticias relacionadas con las princesas de la casa imperial de Japón. Saitō Katsuhisa repasa algunos episodios de la vida de una veterana de la familia imperial, Kuroda Sayako, hija de los emperadores eméritos. A pesar de ya no ostentar ningún título imperial y vivir como una ciudadana común al lado de su marido, empleado del Gobierno Metropolitano de Tokio, es la sacerdotisa principal del santuario de Ise.

El atisbo de una vida sencilla

El 5 de diciembre de 2021 se celebró la ceremonia de mayoría de edad de la princesa Aiko, estudiante de segundo año de la Universidad Gakushūin. A ella asistieron los integrantes de la familia imperial y personalidades como el primer ministro, Kishida Fumio, quienes llegaron al palacio imperial en autos lujosos. También se dio cita su tía paterna, Kuroda Sayako (52 años), quien se presentó en su auto particular conducido por su marido, Yoshiki (56 años). En internet alguien comentó al respecto:

“Kuroda Sayako y su marido (y solo ellos) llegaron en un automóvil populachero (¡sin mala intención!) conducido por él. Casi se me salen las lágrimas al ver la actitud de Sayako, porque pude entender su estilo de vida, forma de pensar y la consideración que tiene hacia los ciudadanos”. Al parecer, esta persona se sintió conmovida por la sencillez de esta pareja.

Pero Sayako no sobresalió por este único detalle, sino también por prestarle a Aiko, su sobrina, la tiara que lució en su ceremonia de mayoría de edad. En los últimos años, las tiaras que usan las princesas al cumplir 20 años son fabricadas para la ocasión y sufragadas con fondos públicos, por lo que pertenecen al Estado. Como consecuencia, cuando pierden su estatus imperial al contraer matrimonio, deben devolverla, tal como lo hizo Komuro Mako en octubre de 2021.

La princesa Aiko de Japón luciendo la tiara que le prestó Kuroda Sayako para su ceremonia de mayoría de edad. (Fotografía oficial) (Reuters)
La princesa Aiko de Japón luciendo la tiara que le prestó Kuroda Sayako para su ceremonia de mayoría de edad. (Fotografía oficial) (Reuters)

La tiara que todavía pertenece a Sayako

Si las tiaras pertenecen al Estado, ¿cómo es que Sayako pudo prestársela a la princesa Aiko? La razón encierra el gran amor que los emperadores eméritos han sentido siempre por su hija. Esta tiara data de 1989, cuando Sayako cumplió 20 años. Su costo fue cubierto con fondos privados de los emperadores eméritos. Por esta razón, la pudo conservar incluso después de su matrimonio.

La ceremonia de mayoría de edad de Sayako se pospuso un año debido al luto en el que se encontraba el país por la muerte del emperador Hirohito, su abuelo. Posteriormente, se volvió costumbre que las tiaras de las princesas se financiaran con fondos públicos. En otras circunstancias, la princesa Aiko también habría recibido una tiara fabricada para la ocasión, pero la familia imperial consideró inadecuado utilizar dinero de los contribuyentes en medio de una pandemia y decidió pedir prestada la tiara de Sayako.

La primera princesa que recibió un sueldo

Sayako nació el 18 de abril de 1969. Es la tercera descendiente de los emperadores eméritos y su única hija. A diferencia de sus dos hermanos mayores, el emperador Naruhito y el príncipe heredero Fumihito, fue criada bajo la premisa de que se convertiría en una ciudadana común al contraer matrimonio. Viajó frecuentemente a solas con su madre desde 1977, durante su época de estudiante de primaria, hasta 1987. Su pasatiempo es la danza clásica japonesa, actividad que comenzó en la secundaria, e incluso llegó a presentarse en el Teatro Nacional.

En 1988 ingresó en el Departamento de Literatura Japonesa de la Facultad de Letras (actualmente, Departamento de Lengua y Literatura Japonesa, donde también estudia Aiko) de la Universidad Gakushūin. Al año siguiente, su padre ascendió al trono y comenzó el periodo Heisei (1989-2019). En 1992, tras su graduación de la universidad, ingresó como asistente de investigación a tiempo parcial en el Instituto de Ornitología Yamashina, a donde acudía dos veces por semana. Fue conocida como la primera princesa que recibió un sueldo. Después, como parte de su trabajo de investigadora a tiempo parcial, presentó un estudio como coautora sobre las especies de pájaros que habitan el Palacio Imperial y el Palacio de Akasaka.

Como miembro adulto de la casa imperial, también continuó cumpliendo con sus actividades oficiales. Hizo ocho visitas sola de los 14 viajes oficiales que realizó en total, entre los que se encuentra su visita a Brasil en 1995 como parte de las celebraciones por el centenario de las relaciones nipobrasileñas. También se involucró de forma entusiasta en actividades de bienestar, como la crianza de perros guía. Era un pilar emocional y un gran sostén para sus padres, a quienes daba consejo y ayuda cuando se enfermaban o fueron ingresados en el hospital.

Kuroda Yoshiki, amigo cercano del príncipe Fumihito

Siendo consciente del revuelo que causaría el compromiso matrimonial de la hija del emperador, la propia Sayako pidió en una conferencia de prensa que se abstuvieran de causar problemas al hombre en cuestión. En 2003, a la edad de 34 años, Sayako se reencontró con Kuroda Yoshiki, empleado del Gobierno Metropolitano de Tokio y amigo cercano de su hermano Fumihito, en una reunión organizada por este último. Yoshiki fue compañero del príncipe Fumihito desde la primaria en Gakushūin, por lo que solía visitar el palacio continuamente. Sayako lo recordaba como el amigo alto de su hermano con su rostro siempre serio.

También perteneció al mismo club de actividades extraescolares que el príncipe Fumihito en el instituto. En la universidad, fue miembro del club de investigación de cultura y naturaleza presidido por el príncipe, en el que también participaba Kawashima Kiko, ahora esposa del heredero al trono de Japón. El padre de Yoshiki, empleado de la empresa automotriz Toyota, falleció cuando él era estudiante de la Facultad de Derecho en la universidad. Tras su graduación, ingresó a trabajar a un importante banco, pero decidió renunciar en 1996, a los 31 años de edad, para integrarse al Gobierno Metropolitano de Tokio al año siguiente.

Señaló que el motivo de su cambio de empleo es que siempre había tenido la esperanza de trabajar en el sector público. Se dice que otra de las razones podría ser el hecho de que, al ser el primogénito, sentía la responsabilidad de cuidar a su madre, con la que vivía en un apartamento de Harajuku, Tokio y que por eso buscó un empleo en el que no hubiera posibilidades de reubicación. En el Gobierno Metropolitano ha trabajado principalmente en los departamentos de desarrollo urbano y de construcción.

El destino lo volvió a unir con Sayako. El príncipe Fumihito, cupido de esta relación, ofreció la residencia imperial como escenario para sus citas. En diciembre de 2004 se dio a conocer su compromiso matrimonial y la pareja ofreció una rueda de prensa.

La entonces princesa Sayako y Kuroda Yoshiki, durante la rueda de prensa para anunciar su compromiso matrimonial. 30 de diciembre de 2004. (Fotografía oficial) (Reuters)
La entonces princesa Sayako y Kuroda Yoshiki, durante la rueda de prensa para anunciar su compromiso matrimonial. 30 de diciembre de 2004. (Fotografía oficial) (Reuters)

Sayako relató que, en su reencuentro después de mucho tiempo con Yoshiki, lo que más se quedó grabado en su memoria fue cómo convivía con todos, siempre con una sonrisa acogedora, y que su conversación era muy agradable. Dijo que a través de sus encuentros fue naciendo de forma natural su intención de unirse en matrimonio.

Por su parte, Kuroda dijo que en su reencuentro con la princesa pudo notar que actuaba siempre con una consideración escrupulosa hacia los demás y que conversaba alegremente con todos. Expresó que él mismo disfrutó mucho al hablar con ella y que le brindó una gran calma.

También relató cómo le propuso matrimonio un día, mientras tomaban té en la residencia del príncipe Fumihito.

La princesa aceptó de inmediato. Los emperadores, que hasta entonces se habían mantenido al margen de la relación, expresaron su gran alegría con un sincero “¡Felicidades!”, cuando se enteraron de los planes de la pareja.

Sayako también comentó que desde pequeña era consciente de que perdería su estatus imperial al contraer matrimonio y que, aunque se sentía algo insegura y dubitativa por comenzar un nuevo capítulo en su vida, no era algo totalmente nuevo.

Yo mismo, al escuchar la conferencia, noté la elegancia con la que narraba la princesa y la seriedad de Kuroda.

Ama de casa y sacerdotisa principal del santuario de Ise

La pareja se unió en matrimonio en noviembre de 2005. Sayako recibió un pago de 152,5 millones de yenes de parte del Estado en el momento de perder su estatus imperial. La boda tuvo lugar en el Hotel Imperial, y asistieron tanto los emperadores como los príncipes herederos. El brindis estuvo a cargo de Ishihara Shintarō, entonces gobernador de Tokio.

Al siguiente año, la pareja adquirió un apartamento lujoso de reciente construcción y alta seguridad ubicado muy cerca de su alma mater, la Universidad de Gakushūin. Es conocido como el “apartamento de los cientos de millones”, del cual Sayako sufragó dos terceras partes de su costo total y el resto lo abonó Kuroda a través de un crédito hipotecario.

Sayako se convirtió en ama de casa a tiempo completo y no es extraño verla haciendo compras en las tiendas del barrio. En las fechas posteriores a su mudanza contaba con protección con distancia por parte de la Policía Metropolitana cada vez que salía de su hogar, pero, recientemente, solo cuenta con apoyo de la policía local según su necesidad. Algunas veces visita a sus padres y también asiste en pareja a actos de la familia imperial.

En 2012, Sayako tuvo que hacerse cargo de una nueva labor. Se convirtió temporalmente en la sacerdotisa principal del santuario de Ise, consagrado a Amaterasu Ōmikami, diosa del Sol y ancestro de los emperadores de Japón según el sintoísmo. Fue para ayudar a su tía, Ikeda Atsuko (hermana mayor del emperador emérito), quien, a pesar de su avanzada edad, sería la sacerdotisa principal hasta el año siguiente, cuando se tenía previsto celebrar el máximo ritual del santuario: su traslado a un lugar aledaño. La sacerdotisa principal es la representante del emperador en los actos religiosos. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, esta tarea ha sido desempeñada por las hijas de los emperadores. 

Sayako (al centro) desempeñando sus labores de sacerdotisa principal. En sus manos lleva dos grandes ramas sagradas tamagushi. 5 de octubre de 2013. Pabellón exterior del santuario de Ise, ciudad de Ise, prefectura de Mie. (Fotografía oficial) (Jiji)
Sayako (al centro) desempeñando sus labores de sacerdotisa principal. En sus manos lleva dos grandes ramas sagradas tamagushi. 5 de octubre de 2013. Pabellón exterior del santuario de Ise, ciudad de Ise, prefectura de Mie. (Fotografía oficial) (Jiji)

La expresión dulce de su rostro es característica de Sayako, pero adopta un toque de nobleza de aquellos que están cerca de las deidades cuando se desempeña como la sacerdotisa principal en la celebración de las ceremonias, en las que participa ataviada con kimono blanco y pantalones hakama de color bermellón. En el encuentro poético de Año Nuevo Utakaihajime en 2014, la ahora emperatriz emérita Michiko entonó un poema que ilustra la determinación de su hija con respecto a esta labor:

“Me dirijo a mis labores,
al santuario que será renovado”.
Dijo con mirada apacible,
mi hija”

Sayako se convirtió oficialmente en la sacerdotisa principal del santuario de Ise en 2017 y, desde entonces, pasa algunas temporadas ahí. En abril de 2019, cuando sus padres abdicaron el trono, ella estuvo presente en la ceremonia para informar de estas novedades a Amaterasu Ōmikami.

En abril de 2021, su esposo, entonces director de planeamiento de políticas metropolitanas para la infraestructura, fue ascendido a director de asuntos integrales. Los puestos directivos suelen gozar de salarios anuales que rondan los 10 millones de yenes, por lo que sus ingresos también habrán aumentado. Por las mismas fechas, tras 15 años, Kuroda completó los pagos de su hipoteca. Al parecer, la pareja continúa llevando una vida estable.

Sayako, una princesa convertida en ciudadana común, ha encontrado una misión de vida en su labor de sacerdotisa que ora por los ciudadanos y la casa imperial.

Fotografía del encabezado: Kuroda Yoshiki y Sayako caminando por el jardín de rosas de Shinjuku Gyōen. 23 de noviembre de 2005, distrito de Shinjuku, Tokio. (Fotografía oficial) (Reuters)

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