La educación sexual en Japón

La educación sexual en Japón (1): para que los niños no sean criminales ni víctimas sexuales

Sociedad Educación

Con frecuencia aparecen noticias en las que los niños son víctimas de agresiones sexuales. También hay casos en los que son niños los que cometen los crímenes. Son muchos los padres aterrados ante la idea de que sus hijos sean víctimas o criminales en casos así. La experta Nojima Nami asegura que para eliminar esos miedos se necesita una buena educación sexual.

Los niños, que no saben nada, se van con extraños

Nojima comenzó a implicarse en la educación sexual a raíz de un rapto ocurrido en su barrio. El criminal simplemente le dijo a la víctima, una estudiante de secundaria, que necesitaba su ayuda un momento, y la chica se fue con él. Al oír esto, Nojima les preguntó a sus propias hijas, en aquel entonces estudiantes de cuarto y primer curso de primaria, si se irían con una persona que les dijera esas palabras. Las niñas le contestaron que sí. Nojima se dio cuenta de que las niñas no comprendían los peligros que suponía irse con un extraño de esa manera.

El libro de Nojima Nami Okaasan! Gakkō dewa bōhan mo SEX mo hinin mo oshiete kuremasen yo!  (¡Madres! ¡En la escuela no les enseñan sobre prevención de violaciones, sexo ni prevención del embarazo!, Tatsumi Ed.)
El libro de Nojima Nami Okaasan! Gakkō dewa bōhan mo SEX mo hinin mo oshiete kuremasen yo! (¡Madres! ¡En la escuela no les enseñan sobre prevención de violaciones, sexo ni prevención del embarazo!, Tatsumi Ed.)

También ocurrió lo siguiente. Nojima se dio cuenta de que las niñas estaban viendo vídeos pornográficos con su tableta, y luego le dijeron que los vídeos eran divertidos. A las niñas les gustaban aquellos vídeos de gente desnuda que se besaba. “¿Pero cómo habéis llegado a esa página?”, les preguntó Nojima, a lo que sus hijas respondieron que habían llegado a través de la página de un anime que les encanta. Pese a estar viendo contenidos audiovisuales para niños, los vídeos pornográficos estaban a tan solo cinco clicks. La simple búsqueda “kakkoii” (“guapo”, “genial”, “elegante” y muchos otros significados) las llevó a una página bajo el título de “sexo con chicos guapos”. Cualquier palabra puede quedar vinculada a la industria del sexo.

Así fue como Nojima se embarcó, desde el primer día en solitario, en actividades para promover la educación sexual, armada con el sentido del peligro que le había dado su experiencia como madre. Pronto le llegaron solicitudes para realizar charlas por todo el país.

“Desde el primer momento no hubo críticas, solo peticiones de ayuda. Las madres sentían el peligro latente de imaginar qué pasaría si sus hijos fueran víctimas de un delito sexual, o llegaran a cometerlo. Pero cuando los niños van a una tienda de veinticuatro horas a veces empiezan a llorar, pidiendo que les compren revistas para adultos: ‘¿Por qué no me compras esas revistas de las chicas guapas?’. Nadie les enseña a las madres qué hacer en esos momentos. Apenas hay libros sobre educación sexual en librerías o bibliotecas, e incluso en Internet no se puede encontrar información fiable. Todas las madres pensaban que la situación no podía seguir así”.

La educación recibida de su padre la llevó a la autoafirmación

El padre de Nojima fue quien le dio su educación sexual. Desde “No importa que los pechos no sean grandes”, hasta cosas como “Hay que utilizar preservativos”. Entre esa información también había cosas que, como comprendió tras hacerse enfermera de urología, no eran totalmente correctas desde el punto de vista científico. Pero su padre pudo transmitirle sin tapujos la idea de que el sexo no es algo de lo que avergonzarse, y existen formas de proteger la salud, con lo que se creó una sana relación sin tabús entre padre e hija.

Nojima recomienda enseñar a los niños sobre las partes privadas llamándolas “zonas de bañador”. Ilustración de Ogura Naomi (utilizada en el libro)
Nojima recomienda enseñar a los niños sobre las partes privadas llamándolas “zonas de bañador”. Ilustración de Ogura Naomi (utilizada en el libro)

“Gracias a mi padre pude autoafirmarme con la idea de que yo nací porque me amaron, y en la familia construimos una relación en la que se podía hablar de cualquier cosa. Las madres suelen preguntarme qué consecuencias tendrá la educación sexual, quizá con el miedo de que el hecho de recibirla haga que las primeras experiencias sexuales lleguen más pronto. Pero en la prefectura de Akita, por ejemplo, donde el porcentaje de abortos entre mujeres de menos de veinte años era bastante más alto que el promedio nacional, para 2017 había descendido a una decimocuarta parte, gracias a la educación sexual que comenzó a enseñarse desde principios de la década de 2000 a estudiantes de secundaria e instituto. La educación sexual es la educación de la vida, y por lo tanto transmite amor. Los niños que reciben amor reciben la capacidad de autoafirmarse, y de convertirse en adultos considerados hacia los demás. La educación sexual tiene un sinfín de ventajas, y no causa ningún daño”.

Nojima recibió su educación sexual de su padre, pero fue a las madres a quienes orientó su libro, y no parece tener muchas esperanzas con respecto a los padres. ¿A qué se debe?

“He hablado sobre educación sexual a más de 4.000 tutores, pero por desgracia la mayoría de los padres eran de la opinión de que ‘esos temas es mejor dejarlos en paz’. Ellos no han recibido educación sexual, por lo que el tema es tabú para ellos. También hay muchos casos en los que no pueden comunicarse con sus hijos por carecer del tiempo suficiente, debido a su trabajo. Si no existe una comunicación frecuente, les da mucha vergüenza hablar sobre el sexo; es por eso, creo yo, que la responsabilidad suele recaer sobre las madres, pero si los padres pudieran ver el tema sin tabús, y mediante esa comunicación con sus hijos establecer una relación de confianza, me parecería muy positivo que fueran ellos los encargados de hablar con los niños”.

El error de un padre: “Mi hijo tiene fimosis”

Existen muchísimos menos libros educativos para chicos que para chicas, pese a que no solo corren el peligro de cometer crímenes sexuales, sino también de sufrirlos…

“En la sociedad masculina tiende a creerse que uno puede aprender por sí mismo, viendo vídeos pornográficos. Pero muchos de los chicos sufren por ello, con ideas como que si su pene es pequeño no sirve. Nadie les enseña que el tamaño del pene no importa. El otro día un hombre de unos cuarenta años vino a consultar conmigo, diciéndome que él se había operado de fimosis hacía mucho, y se preguntaba si su hijo también debería hacer lo mismo. Al hablar con él me di cuenta de que no había sufrido de fimosis en sí, sino de pseudofimosis, una condición que no requiere operaciones. Solo un 1 % de los varones sufren de fimosis que requiera procedimiento quirúrgico, pero siete de cada diez sufren de pseudofimosis. Si al tener una erección la piel se estira, aunque sea un poco, se trata de esto último y no es necesario operar. Al contárselo se echó a reír: ‘Ojalá lo hubiera sabido antes’, dijo”.

Un gráfico que muestra cómo va cambiando con la edad la reacción de las chicas a las charlas sobre sexo, basado en la propia experiencia de Nojima. Es necesario adecuar la conversación a las reacciones de la chica. Ilustración de Ogura Naomi (utilizada en el libro)
Un gráfico que muestra cómo va cambiando con la edad la reacción de las chicas a las charlas sobre sexo, basado en la propia experiencia de Nojima. Es necesario adecuar la conversación a las reacciones de la chica. Ilustración de Ogura Naomi (utilizada en el libro)

Nojima recomienda comenzar la educación sexual de los niños, chicos y chicas juntos, a los tres años. Si están juntos pueden ir aprendiendo sobre el cuerpo del otro, y tratarlo con cariño al tiempo que cuidan su propio cuerpo. Los tres años es la edad a la que preguntan por primera vez de dónde vienen los bebés, por lo que resulta también la edad perfecta para que sus padres les hablen con franqueza sobre el sexo y el amor entre ellos.

“Al parecer, un niño en una familia en la que llevan a cabo este tipo de educación sexual le dijo a su madre: ‘Te sientes mal por el periodo, ¿no? Yo lavo los platos; tú descansa un poco’; y también: ‘Si algún día me caso, haré lo mismo por mi mujer’. Sin embargo, una profesora de cierta escuela secundaria me contó llorando que había escuchado a un exestudiante decirle a alguien: ‘Mi novia me dijo que no quería tener sexo porque estaba con el periodo, así que la saqué al balcón en pleno invierno’. Se compadecía no solo de esa chica, por supuesto, sino también del chico, porque esos eran los únicos valores que había recibido”.

Nojima Nami.
Nojima Nami.

No se puede vivir sin aceptar la diversidad

Nojima recibe invitaciones para hablar en numerosos jardines de infancia, guarderías y escuelas primarias y secundarias, y ha hablado de educación sexual con muchos tutores; pero cuando una empresa que cotiza en la Bolsa de Tokio le pidió que organizara un evento bajo el título “Hablemos con nuestros hijos sobre sexo” le ocurrió lo siguiente.

“El evento lo planeamos una madre de treinta y algo años, empleada en la empresa, y yo. Pero cuando íbamos a comenzar a organizarlo un jefe de la generación de mis padres se opuso, argumentando que no podía imaginarse hablando de sexo con sus hijos, y el evento se canceló. Las generaciones anteriores siguen teniendo esos valores. En ese momento me di cuenta de que me faltaba mucho por hacer para poder lograr que esas personas cambien su sistema de valores”.

¿Qué tipo de educación sexual necesitan los niños para vivir en los tiempos que se avecinan?

“Cada vez van a venir más extranjeros a Japón para trabajar. Los propios niños japoneses, cuando sean adultos, si no se ven limitados a trabajar en Japón, tendrán que salir al mundo. Y el mundo está lleno de personas diferentes, por lo que si esos niños no pueden aceptar la diversidad sexual no van a poder sobrevivir. Y aunque los niños sean parte de una minoría sexual, tampoco será nada especial. El otro día, en Inglaterra, un grupo de jóvenes increpó a unas lesbianas en un autobús, diciéndoles que se besaran, y cuando ellas se negaron las golpearon. Me aterra la idea de que sean mis hijos los que hagan algo así, movidos por la intolerancia hacia la diversidad sexual, o que sean las víctimas. Necesitamos una educación sexual que incluya la diversidad, para que no ocurran este tipo de cosas”.

Imágenes: Imamura Takuma
Texto: Kuwahara Rika, equipo editorial de Power News

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Nojima Nami, directora de la Asociación Pantsu no Kyōshitsu para una Educación Sexual Positiva)

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