Amores de palacio: las rígidas reglas sexuales de todo ‘shōgun’ de Tokugawa

Historia Cultura

El Ōoku, las “cámaras interiores” de los dormitorios del castillo de Edo, era vital para asegurar que los gobernantes del clan Tokugawa dejaran sucesores tras de sí. Las relaciones sexuales entre un shōgun y sus concubinas seguían un estricto sistema, y se veían sujetas a una fuerte vigilancia por parte de los ayudantes del gobernante.

La supervisión el dormitorio del shōgun

Las intrigas del Ōoku, las famosas “cámaras interiores” del shōgun, han cautivado la imaginación del público desde hace tiempo. Ubicada dentro de los muros del castillo de Edo, esta sección contenía los dormitorios de las mujeres que servían a los gobernantes del clan Tokugawa, y desempeñaban un papel vital para asegurar la estabilidad durante el periodo Edo (1603-1868) mediante un sistema que satisfacía la necesidad política de sucesores.

Muchos aspectos de la vida en el Ōoku están envueltos en el misterio, pero obras como Kyūji shimonroku (Registro de indagaciones sobre los días de antaño), recopilada por una asociación de la antigua Universidad Imperial de Tokio (la actual Universidad de Tokio) ayuda a arrojar luz sobre su funcionamiento interno. Este sondeo histórico, basado en entrevistas realizadas entre 1890 y 1891 a antiguos ayudantes del shōgun y funcionarios del bakufu, presenta informes vívidos, de primera mano, de la vida diaria, las reglas y las costumbres de dichos dormitorios.

Dos de las entrevistas más curiosas de esta obra son las de la antigua ochūrō Minoura Hanako, ayudante personal del shōgun y otras figuras, y la de la joven doncella Sassa Shizuko. Sus relatos tratan sobre el Ōoku desde la época del duodécimo shōgun, Tokugawa Ieyoshi (regente de 1837 a 1853), hasta el décimo quinto y último de ellos, Tokugawa Yoshinobu (1866-1867).

El libro Gotenjochū (Doncellas de palacio), del investigador de la cultura de Edo de la era Meiji Mitamura Engyo, y las historias de sirvientas publicadas en el diario tokiota Chōya Shimbun también ofrecen una valiosa visión sobre el Ōoku.

Se debe tratar con cierto escepticismo todo registro como estos, basados en testimonios subjetivos, ya que muchos detalles no están claros o son difíciles de verificar; sin embargo contienen aún muchos que se pueden aceptar sin más. Por ejemplo, un relato describe cómo se somete a las concubinas a rigurosos exámenes físicos antes de que se acuesten con el shōgun. Esto parece probable dado el ambiente general de seguridad del Ōoku, ya que una búsqueda así podría evitar que se introdujera en el dormitorio cualquier tipo de objeto afilado que pudiera servir como arma. Según las declaraciones de los ayudantes, incluso las horquillas decorativas estaban prohibidas.

Basándonos en esos informes, se hace evidente que el acto de “entrar en el dormitorio” no era un asunto apasionado, sino una serie de cuidadosas preparaciones por parte de la concubina y los ayudantes. Aquí sigue una versión simplificada del procedimiento para visitar el dormitorio del shōgun.

Paso 1: Petición del shōgun

El shōgun informaría primero a una ayudante, denominada otogibōzu, de que deseaba visitar el Ōoku. Seguramente mencionaría también cuál de sus concubinas, típicamente elegidas de entre las ochūrō, deseaba.

La otogibōzu era un tipo especial de ayudante. Era normalmente una mujer mayor, con experiencia, que acompañaba a individuos de alto rango, como indicaba el carácter 伽 (togi), y servía como intermediaria dentro del Ōoku. Llevaba la cabeza rapada, como señalaba el término bōzu de su título, y vestía como una sacerdotisa (la figura con kimono negro a la derecha de la imagen del encabezado es una otogibōzu).

En una lista de sirvientes de 1805 a 1810 aparecen nombres y edades de algunas otogibōzu. La página izquierda registra una ayudante de 70 años, y la derecha una que “lleva sirviendo cincuenta años”, lo que indica que ambas eran de edad avanzada. (Cortesía de los Archivos Nacionales de Japón)
En una lista de sirvientes de 1805 a 1810 aparecen nombres y edades de algunas otogibōzu. La página izquierda registra una ayudante de 70 años, y la derecha una que “lleva sirviendo cincuenta años”, lo que indica que ambas eran de edad avanzada. (Cortesía de los Archivos Nacionales de Japón)

Paso 2: La concubina se prepara

Cuando el shōgun elegía una concubina, esta se ponía un kimono blanco y arreglaba su pelo, sujetándolo con un kushi (peine), en lugar de las horquillas de costumbre, ya que estas estaban prohibidas en el dormitorio del regente.

Paso 3: Entrada en el tsugi no ma

Una vez vestida, la concubina tendría que desplazarse hasta el tsugi no ma, una antecámara adyacente al dormitorio, acompañada por una ochūrō que la registraría en busca de objetos prohibidos. Este tipo de examen era, al parecer, bastante exhaustivo, e incluía una búsqueda por el pelo, que la concubina tenía después que arreglar de nuevo.

Paso 4: Entrada en el dormitorio

El shōgun estaba esperando a su concubina cuando ella entraba en el onjōdan, una parte estrecha y elevada de su apartamento personal que servía como dormitorio. Las ayudantes personales, la otogibōzu y la otoshiyori (la anciana que administraba el Ōoku), montaban guardia cerca, incluso después de que la pareja comenzara sus deberes amatorios. Esto se hacía para disuadir a la concubina de cualquier intento de asegurarse favores del shōgun en el ardor del momento, como una promesa de hacer a su hijo príncipe heredero.

Paso 5: Informar a la máxima autoridad del Ōoku

Por la mañana, la sirvienta más anciana hacía su informe de rigor sobre las actividades de la velada anterior a la autoridad del Ōoku. Si el encuentro provocaba un embarazo, esto también se seguía de cerca.

Las ocasiones en las que el shōgun dormía con la midaidokoro, su esposa oficial, eran al parecer menos formales, aunque también se esperaba que las ayudantes estuvieran al tanto de los eventos.

Okozashiki: el dormitorio del shōgun

El Nakaoku era el apartamento del shōgun dentro del Ōoku, y su dormitorio se llamaba okozashiki. La habitación daba a dos pasillos centrales, el kami no osuzu rōka (pasillo de campanillas superiores) y el shimo no osuzu rōka (pasillo de campanillas inferiores), que conectaban el Nakaoku con otras áreas del Ōoku. A continuación se añade una explicación general de la residencia.

Un mapa que muestra las habitaciones del shōgun dentro del castillo de Edo (cortesía de los Archivos Especiales de la Biblioteca Metropolitana de Tokio)
Un mapa que muestra las habitaciones del shōgun dentro del castillo de Edo. (cortesía de los Archivos Especiales de la Biblioteca Metropolitana de Tokio)

A. Kami osuzu rōka

Los dos osuzu rōka son muy famosos en Japón por haber aparecido en numerosos dramas de época y películas ambientadas en el Ōoku. El pasaje superior servía como pasillo principal que conectaba el apartamento del shōgun con el resto del Ōoku. El pasillo inferior se mantuvo como ruta de escape desde que ocurriera el devastador Incendio de Meireki en 1657, que arrasó grandes zonas de la capital, y después se usó como pasaje a la residencia de la madre del shōgun.

B. Kami osuzu rōka tobira

Esta era la entrada al pasillo superior. Las puertas de los dos osuzu rōka se hallaban cerradas con candado. Cuando el shōgun pasaba por el pasillo superior se abría el candado y la puerta, y sonaba una campana para anunciar su llegada.

C. Okozashiki onjōdan

El okozashiki era la cámara central de la residencia del shōgun dentro del Ōoku. Contaba con una habitación interior elevada (onjōdan) que servía como dormitorio. Cuando el shōgun se veía con una concubina se preparaban dos juegos de sábanas y almohadas.

D. Nijūjō no ma (Tsugi no ma)

Esta era una habitación de recepción, frente al onjōdan, separada por un biombo.

E. Irikawa-en

Dos balcones en los extremos norte y sur del onjōdan a los que se accedía mediante puertas correderas. También llamados hiro-en (balcón amplio) y tatami-rōka (pasillo de tatami), en ellos esperaban los sirvientes y las ayudantes.

Una nueva visión del Ōoku

Recientes descubrimientos en los últimos años han ayudado a comprender el Ōoku; algunos de ellos han desmentido suposiciones previas. Un ejemplo notable es el descubrimiento de dibujos y otros papeles elaborados por los carpinteros que trabajaron en la construcción del Ōoku.

Durante mucho tiempo se asumió que cuando un shōgun pasaba la noche con una concubina, una ayudante personal (ochūrō) y una anciana montaban guardia en la habitación de recepción contigua. También se suponía que otra ayudante personal y la otogibōzu dormían una a cada lado de la pareja amorosa en el onjōdan, para evitar cualquier tipo de conspiración por parte de la doncella.

Sin embargo, los dibujos descubiertos arrojan dudas sobre las posiciones de las dos últimas. Según los registros, el onjōdan medía dos ken de ancho, 3,64 metros. Hirai Kiyoshi, experto en arquitectura del Japón feudal, aduce que unos confines tan estrechos apenas podrían haber acomodado a las dos observadoras, cuyos implementos de cama se habrían visto bloqueados por las puertas correderas. Añade que la única forma de poder vigilar a la pareja habría sido colocarse sobre las terrazas paralelas, pero incluso en ese caso habría sido una situación incómoda, ya que el irikawa-en, al sur, solo medía un ken (1,8 metros) de ancho, y la terraza del norte la mitad.

Dentro del onjōdan

Nuevos documentos muestran que el dormitorio del shōgun habría sido demasiado estrecho como para acomodar a todas las personas del supuesto arreglo anterior. Las líneas de puntos indican la localización de las puertas correderas. (Ilustración de Satō Tadashi)

Es posible que la ayudante y la otogibōzu durmieran en ambas terrazas; aunque estuvieran separadas del onjōdan por puertas correderas, esto les habría permitido escuchar cualquier conversación que se produjera en el dormitorio.

Yamamoto Hirofumi, exprofesor del Instituto Historiográfico de la Universidad de Tokio, ofrece un giro interesante a este sistema de vigilancia al apuntar que las ayudantes personales que montaban guardia eran elegidas por lo general de entre aquellas que habían compartido lecho con el shōgun previamente, lo cual les daría una supuesta motivación para captar cualquier petición ilícita por parte de una amante rival.

Sufrir una vida sexual tan constreñida sería impensable para cualquiera, hoy día. Pero para el shōgun producir herederos era parte de la política, y la falta de privacidad en el dormitorio era algo que se debía aguantar.

(Artículo publicado originalmente en japonés, y traducido de su versión inglesa. Imagen del encabezado: escena de la revista gráfica de la era Meiji Fūzoku Gahō que muestra la sala de estar dentro del apartamento del shōgun en el Ōoku. Cortesía de la Biblioteca de la Universidad Kokugakuin.)

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