Los distintos actos a lo largo del año en Japón

‘Mutsuki’: enero

Cultura Historia

Desde tiempos antiguos se celebran en todo Japón actos abiertos al público general coincidiendo con las cuatro estaciones; son los llamados nenchūgyōji; esto es, los distintos actos a lo largo del año. Dichos eventos siguen ocupando un lugar importante en la sociedad japonesa actual.

La importancia de la orientación en el hatsumōde original: la primera visita del año a un santuario sintoísta o un templo budista

La primera visita del año a un santuario sintoísta o un templo budista, hatsumōde en japonés, es uno de los temas más comentados al comienzo de un nuevo año. Según la página web de la Asociación Metropolitana de Santuarios Sintoístas de Tokio, el origen de esta costumbre se encuentra en la práctica del toshigomori: desde la noche del 31 de diciembre hasta la mañana del 1 de enero, la gente se encerraba en el santuario donde se rendía culto a la deidad protectora de la zona para rezarle. Con el tiempo, el toshigomori se dividió en dos visitas: la de Nochevieja, llamada joyamōde, y la de Año Nuevo, denominada gantanmōde. Esta última se convirtió en el hatsumōde actual.

El gantanmōde empezó a calar ampliamente entre la población a través del ehōmairi. Así pues, en el período Edo (1603-1868) se utilizaba este término en lugar de hatsumōde. El ehō, también llamado kippō, es la orientación que se considera favorable; o sea, que trae buena suerte, cuando se recibe la visita de Toshigami-sama, el dios del Año Nuevo. Así pues, el hatsumōde actual hace referencia a la primera visita del año a los santuarios sintoístas y los templos budistas situados en esa dirección.

Aunque ahora hay poca gente que lo sepa, originalmente, el zodiaco chino se decide combinando los diez elementos celestiales —kinoe, kinoto, hinoe, hinoto, tsuchinoe, tsuchinoto, kanoe, kanoto, mizunoe y mizunoto— y los doce signos: la rata (ne), el buey (ushi), el tigre (tora), el conejo (u), el dragón (tatsu), la serpiente (mi), el caballo (uma), la oveja (hitsuji), el mono (saru), el gallo (tori), el perro (inu) y el jabalí (i).

Por ejemplo, 2022 fue un año mizunoetora; es decir, del noveno elemento celestial y del tigre, de ahí que la orientación favorable fuera norte-noroeste. 2023, por su parte, fue un año mizunotou; o sea, del décimo elemento celestial y del conejo. Consecuentemente, la orientación favorable fue sur-sureste.

Así pues, en el período Edo la gente se guiaba por el zodiaco chino para saber el ehō y acudir a rezar. A partir de la era Meiji la construcción de una red ferroviaria posibilitó que la gente recorriera distancias largas para el ehōmairi. De hecho, las compañías de ferrocarriles invertían en anuncios publicitarios en los que animaban a los pasajeros a utilizar sus servicios para desplazarse hasta los santuarios y los templos y el concepto de la orientación favorable fue volviéndose cada vez más ambiguo. Consecuentemente, el neologismo hatsumōde sustituyó a la palabra ehōmairi.

Por otra parte, el 2 de enero es el hatsuuri de Nihonbashi; o sea, la primera jornada del año en la que los minoristas abren sus negocios. En la actualidad los grandes almacenes siguen respetando este día y se llenan de clientela en busca de productos como las llamadas bolsas de la suerte, fukubukuro en japonés. En realidad, la costumbre se remonta al período Edo.

Aglomeración durante el hatsuuri de Nihonbashi en Actos a lo largo del año en Ōedo: 2 de enero, Hatsuuri de Nihonbashi, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.
Aglomeración durante el hatsuuri de Nihonbashi en Actos a lo largo del año en Ōedo: 2 de enero, Hatsuuri de Nihonbashi, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.

En aquella época el término hatsuuri se empleaba para hacer referencia al mercado de pescado de Nihonbashi. Las tiendas y los restaurantes, cerrados en Año Nuevo, volvían a abrir sus puertas el día siguiente. Los comercios convidaban a su clientela a beber y a comer platos elaborados con los ingredientes comprados en el mercado de pescado durante la jornada del 2 y las casas de comidas se llenaban de clientes ebrios.

El mercado de pescado permaneció en Nihonbashi hasta que se trasladó a Tsukiji con el Gran Terremoto de Kantō (1923) como trasfondo. Su hatsuuri era una de las actividades más famosas de Edo (la actual Tokio).

El manzai de Mikawa, una tradición artística protegida por el Gobierno de los Tokugawa

Los canales japoneses de televisión suelen emitir programas de entretenimiento en Año Nuevo, una costumbre cuyo origen se encuentra en el manzai de Mikawa. Los cómicos que se dedicaban a este género visitaban la capital el 1 de enero y actuaban para congratularse de la llegada de un nuevo año. En la actualidad el manzai de Mikawa, típico de ciudades de la prefectura de Aichi como Nishio y Anjō, es Patrimonio Intangible de la Cultura Folclórica de Japón. Aunque se llama de distinta forma —en Nishio es manzai de Morishita; en Anjō, manzai de Bessho— y el programa de las actuaciones difiere en función de la zona, en este artículo utilizaremos manzai de Mikawa como denominación genérica.

Según la Enciclopedia Nipponica, de la editorial Shōgakukan, el tayū (el intérprete del papel de narrador en el manzai) lleva un sombrero eboshi y va ataviado con un daimon hitatare, un kimono típico de la Corte Imperial, mientras que el saizō (el intérprete del papel de bufón) se pone un sombrero samurai eboshi y viste una prenda similar al suō. Además, el primero de ellos sujeta un abanico y el segundo, un tambor. Este tipo de dúos iba por las casas para hacer reír a los habitantes con diálogos cómicos y rezar por la seguridad del hogar y la longevidad de sus integrantes mediante danzas y palabras congratulatorias.

Costumbres de Edo en los doce meses del año: actuación de manzai en Año Nuevo, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta. A juzgar por la vestimenta de las mujeres y el niño, se cree que esta obra muestra una función de un dúo de manzai de Mikawa en la residencia de un samurái. El tayū aparece a la derecha; el saizō, a la izquierda.
Costumbres de Edo en los doce meses del año: actuación de manzai en Año Nuevo, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta. A juzgar por la vestimenta de las mujeres y el niño, se cree que esta obra muestra una función de un dúo de manzai de Mikawa en la residencia de un samurái. El tayū aparece a la derecha; el saizō, a la izquierda.

Hay quienes piensan que, originalmente, era una ceremonia religiosa derivada de la cosmogonía esotérica que se basaba en el taoísmo. De hecho, en el período Edo la controlaban los maestros expertos en el yin yang.

Por otra parte, en el libro Nishio-chōshi (Historia de Nishio) se cuenta que la apertura de puertas del castillo de Edo con motivo de Año Nuevo se acompañaba de una actuación de manzai de Mikawa. Además, los intérpretes de este género actuaban en la residencia de muchos señores feudales. En otras palabras, gozaban de la protección del shogunato debido a que Tokugawa Ieyasu era natural de Mikawa.

Mikawa-Anjō era el baluarte del clan Matsudaira, del que descendía Ieyasu. El shōgun era el descendiente directo de los Anjō Matsudaira, familia original del clan Matsudaira. Además, Nishio lo controlaban los Ogyū Matsudaira, otra rama de la familia. En cualquier caso, era una zona especial con la que los Tokugawa tenían unos vínculos profundos.

Aunque el manzai de Mikawa siguió existiendo en la era Meiji, perdió fuerza a la par que los Tokugawa se veían despojados de su autoridad y fue decayendo gradualmente. No obstante, gracias a las personas que desean preservarlo, se está recuperando y hay actividades constantemente para fomentar la transmisión oral entre la infancia.

Yabuiri: el reposo del servicio doméstico

El día 11 se lleva a cabo el kagamibiraki: se abre el kagamimochi —un adorno de Año Nuevo— rompiéndolo y se consume como ingrediente de la sopa dulce shiruko. También se puede usar para hacer kakimochi: se deja secar y luego se fríe. Aunque esta costumbre está muy extendida a día de hoy, en sus orígenes era un ritual mediante el cual las familias de los samuráis rezaban por la buena salud.

El kagamimochi es una ofrenda que se le hace a Toshigami-sama. Así pues, comerlo cuando termina Año Nuevo es una forma de despedirse de él y, al mismo tiempo, recibir el poder que la deidad depositó en el mochi. Esta práctica se extendió entre las clases populares.

A la izquierda, un kagamochi de lujo en Folletos: kagamimochi (fuente: ColBase). A la derecha, un altar de madera con un kagamimochi y ofrendas monetarias a la entrada de una casa de baños en Sabios y necios en una casa de baños de Minato, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.
A la izquierda, un kagamochi de lujo en Folletos: kagamimochi (fuente: ColBase). A la derecha, un altar de madera con un kagamimochi y ofrendas monetarias a la entrada de una casa de baños en Sabios y necios en una casa de baños de Minato, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.

El día 16 es el yabuiri: los sirvientes que trabajan como aprendices para las familias de comerciantes reciben permiso para descansar y regresan a su tierra natal. Como se ha mencionado anteriormente, los comercios reabrían sus puertas el día 2, de ahí que los empleados tuvieran vacaciones a mediados de mes, tras el período de ajetreo de Año Nuevo.

A la izquierda, un grupo de aprendices durante el yabuiri en el Libro ilustrado sobre las costumbres del período Edo 1. A la derecha, vida comunal de un grupo de novicios, que solo tenían dos días de descanso al año, en Novicios instruidos en el bien y el mal. Ambas obras son propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.
A la izquierda, un grupo de aprendices durante el yabuiri en el Libro ilustrado sobre las costumbres del período Edo 1. A la derecha, vida comunal de un grupo de novicios, que solo tenían dos días de descanso al año, en Novicios instruidos en el bien y el mal. Ambas obras son propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.

Aunque la cantidad de días de descanso dependía del patrón, según El manuscrito de Morisada, un libro ilustrado de finales del período Edo, los aprendices de las casas comerciales solo descansaban un día, de ahí que los que procedían de lugares lejanos no pudieran regresar a casa. Como mucho, visitaban a la persona de Edo que les había conseguido el trabajo, una especie de aval, en términos actuales.

Por otra parte, en El manuscrito de Morisada se explica que el yabuiri también se denominaba yadosagari y tenía una duración de siete días con sus correspondientes noches. Aunque el servicio de las residencias de los samuráis podía descansar entre tres y siete días, la situación era muy distinta para quienes trabajaban a las órdenes de los comerciantes; en este caso, lo más común era pedir, como mínimo, tres días. Pero, en realidad, solo libraban dos veces al año: el 16 de enero y el 16 de julio (período de obon). Si se analiza la situación desde la perspectiva de la moral actual, se trataba de un entorno de trabajo esclavizador. Sin embargo, en aquella época era lo más normal del mundo entre el personal de servicio. A diferencia del kagamibiraki, el yabuiri desapareció con el paso del tiempo debido a que atentaba contra los derechos humanos, entre otros motivos.

Veamos otro acto típico de enero que sigue contando con un gran apoyo en algunas partes de Japón. El usokae (literalmente, el cambio del camachuelo japonés) es una ceremonia sintoísta propia de los santuarios Tenman, repartidos por el archipiélago nipón. El camachuelo, un ave mayor que el gorrión, guarda una relación muy estrecha con Sugawara no Michizane, noble y político del período Heian (794-1185) a quien están consagrados dichos santuarios.

En el año 901 a Sugawara lo relegaron a Daizaifu por un ardid de su rival político, Fujiwara no Tokihira. Según la tradición oral asociada con los santuarios Tenman, un camachuelo japonés ahuyentó a una avispa que intentó atacar a Sugawara. A partir de entonces comenzó a llevarse a cabo una ceremonia sintoísta en la que la mala suerte del año anterior se le encomendaba a este pájaro y se hacía como si hubiera sido una mentira, palabra que en japonés también se pronuncia “uso”, si bien se escribe con un carácter distinto al del ave. Así pues, al borrar la mentira, se rezaba por un año repleto de buena suerte.

El santuario Dazaifu Tenman hace la ceremonia el 7 de enero, mientras que los santuarios Ōsaka Tenman, Kameido Tenjin y Yushima Tenjin, estos dos últimos situados en Tokio, la organizan los días 24 y 25. Las figuritas de madera inspiradas en el camachuelo, llamadas kiuso, tienen un encanto que recuerda a las mascotas promocionales; todos los años se venden muchísimas unidades.

A la izquierda, dibujo de una figurita kiuso del santuario Kameido Tenjin que aparece en El manuscrito de Morisada. Según esta obra, se tallaban en madera blanca y tenían los ojos y las alas negros, el pico bermellón, el costado verde y el cogote dorado. A la derecha se aprecia cómo se confeccionan. La forma sigue siendo prácticamente la misma que durante el período Edo.
A la izquierda, dibujo de una figurita kiuso del santuario Kameido Tenjin que aparece en El manuscrito de Morisada. Según esta obra, se tallaban en madera blanca y tenían los ojos y las alas negros, el pico bermellón, el costado verde y el cogote dorado. A la derecha se aprecia cómo se confeccionan. La forma sigue siendo prácticamente la misma que durante el período Edo.

Otros actos típicos de enero

Acto Fecha Explicación
Geigotohajime 3 de enero Se lleva a cabo el primer ensayo del año en el mundo de las artes escénicas y termina la ociosidad propia de Año Nuevo
Kemarihajime 4 de enero Se ofrece un partido de kemari en el santuario Shimogamo (Kioto)
Jinjitsu 7 de enero Se comen las gachas nanakusagayu para rezar por una buena salud
Tōkaebisu 10 de enero Los comerciantes se congregan en los santuarios dedicados a Ebisu y rezan por la prosperidad en los negocios
Koshōgatsu 15 de enero Se quitan los adornos de Año Nuevo y se queman
Hatsukannon 18 de enero Se celebra un festival para establecer vínculos con Kannon (bodhisattva de la misericordia)
Hatsudaishi 21 de enero Se lleva a cabo la primera conmemoración mensual de la muerte de Kōbō Daishi

Como hemos visto, enero está plagado de actos. Aunque algunos se han quedado obsoletos, otros se mantienen arraigados en la sociedad japonesa. En el resto de artículos de esta serie, iremos presentando las actividades características de cada mes y explicando la cultura y las creencias enraizadas en el día a día del pueblo nipón.

Bibliografía

  • La vida y las creencias del pueblo japonés en los 365 días del año, de Shibuya Nobuhiro (editorial G.B).
  • Revista sobre las costumbres de la Edad Moderna 4, de Kitagawa Morisada (revisada por Usami Hideki para la editorial Iwanami).
  • El Edo de Sarai: la vida de las clases populares de Edo mediante gráficos por ordenador (editorial Shōgakukan).

Imagen del encabezado: escena de la vida cotidiana durante el 2 de enero en Los doce meses del año según Hanabusa Itchō: Año Nuevo, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio. A la izquierda, un dúo de manzai de Mikawa; a la derecha, un niño que porta una raqueta hagoita; en el centro, un hombre que intenta recuperar con una escoba una pelota con plumas, empleada para jugar con dichas raquetas, que se ha quedado enganchada en un árbol.

(Traducción al español del original en japonés)

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