Los sabios de los premios Ig Nobel: el sentido del humor de los investigadores japoneses

Higashiyama Atsuki y el misterioso efecto de mirar entre las piernas

Ciencia

Higashiyama Atsuki, un profesor emérito de la Universidad Ritsumeikan, fue galardonado en 2016 con un Ig Nobel por su investigación sobre el efecto de mirar entre las piernas. Psicólogo especializado en el estudio de la relación entre el cuerpo y la vista, Higashiyama decidió llevar a cabo la investigación alarmado por lo infravalorada que se halla la evidencia empírica en su disciplina.

Incredulidad ante la candidatura al premio

En 2016, diez años después de que publicara su trabajo sobre el llamado efecto de mirar entre las piernas, Higashiyama Atsuki recibió un mensaje en inglés que le notificaba su candidatura a los premios Ig Nobel. Pensó que era una broma, pero luego le llegó un mensaje en japonés en que le confirmaban la candidatura y le preguntaban si deseaba recibir el premio en el caso de que se le concediera. Lo dejó atónito que fuera en serio.

La ceremonia de entrega se celebró en un entreacto de una ópera en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard. Se ofreció, como objeto conmemorativo, un gran reloj muy curioso con una esfera de 61 segundos que incluía el segundo intercalar y cuyas agujas minutera y segundera eran pequeños relojes de arena. El premio ascendía a los 10 billones de dólares, pero no estadounidenses, sino de Zimbabue, que en la época estaban fuera de circulación, por lo que al cambio eran 170 yenes. “Fue una ceremonia llena de sentido del humor, muy propia de los Ig Nobel”, comenta el científico japonés entre risas.

Reloj de 61 segundos que se entregó a los galardonados en los Ig Nobel de 2016.
Reloj de 61 segundos que se entregó a los galardonados en los Ig Nobel de 2016.

Los 10 billones de dólares zimbabuenses del premio.
Los 10 billones de dólares zimbabuenses del premio.

Higashiyama empezó su investigación sobre el efecto de mirar entre las piernas en 1996. Desde joven percibió que el campo de la psicología en Japón estaba plagado de obstáculos, por lo que decidió ampliar sus posibilidades publicando su trabajo en inglés. “Vi que tenía quién me leyera, aunque la mía fuera una investigación anodina. Eso fue lo que más me animó”. ¿Y de qué trataba esa investigación que modestamente tildaba de “anodina”?

Una ilusión óptica que desaparece al tumbarse

“Con mirar entre las piernas me refiero a doblar el tronco hacia delante y mirar por el espacio que queda entre pierna y pierna. Pruébalo y verás cómo cambian la profundidad y los colores”, sugirió Higashiyama.

Siguiendo sus instrucciones, doblé el cuerpo hacia delante y miré los arbustos del bosque entre mis piernas. Era como si el paisaje se alejara de mí. Los troncos, ramas, hojas y otros elementos en mi campo de visión se veían más pequeños y el espacio entre los objetos parecía estrecharse. Las formas y los colores se mostraban más claros que cuando los miraba con la cabeza erguida.

“La vista humana es un misterio”, comenté admirado. A lo que Higashiyama apuntó: “No es solo la vista, sino que también influye el cuerpo”.

“Los investigadores llamamos información visual a lo que observamos con los ojos e información corporal a los fenómenos que se producen al cambiar la postura del cuerpo. El efecto de mirar entre las piernas se ve muy influido por la información corporal; lo he demostrado a base de recopilar datos y repetir experimentos”.

Higashiyama se puso a mirar entre las piernas y nos explicó los efectos de su acción.
Higashiyama se puso a mirar entre las piernas y nos explicó los efectos de su acción.

Higashiyama empezó a estudiar la ilusión vertical-horizontal ―un fenómeno por el cual una línea vertical parece más larga que una horizontal de la misma longitud― cuando era un joven investigador en la primera mitad de la treintena. Se ha demostrado, por ejemplo, que un edificio de 10 metros de ancho y de alto parece que mida 14 de alto (1,4 veces más alto que ancho) al ojo humano.

El fenómeno se explicaba en los libros de texto y todo el mundo estaba convencido de que las ilusiones ópticas procedían solo de la información visual. Sin embargo, a Higashiyama se le ocurrió que la información corporal podía influir, por lo que mostró un edificio a unos cuantos estudiantes y les preguntó cómo lo veían. Y pasó algo sorprendente.

Ambas líneas son igual de largas, pero la ilusión vertical-horizontal hace que la vertical parezca 1,4 veces más larga que la horizontal.
Ambas líneas son igual de largas, pero la ilusión vertical-horizontal hace que la vertical parezca 1,4 veces más larga que la horizontal.

“Primero les mostré el edificio estando erguidos y dijeron que la dimensión vertical parecía más larga que la horizontal, tal y como afirman los libros. En cambio, al pedirles que miraran la construcción tumbados en el suelo, respondieron que ambas dimensiones parecían igual de largas. Es decir, que descubrimos que la ilusión vertical-horizontal se anula al tumbarse”.

En los libros de texto no pone que lo que vemos varíe en función de la posición del cuerpo. Fue impactante descubrir que la “exactitud” del contenido de los materiales escolares podía tambalearse ante algo tan insignificante.

Higashiyama concluyó que, para afianzar los resultados, había que estudiar si la ilusión vertical-horizontal estaba causada por la información visual o por la corporal experimentando con mirar entre las piernas.

Leyendas y resultados de investigación en libros de texto del siglo XIX

Para la mayoría de los japoneses, la expresión mirar entre las piernas evoca la imagen de Amanohashidate, un famoso enclave paisajístico situado en la bahía de Miyazu, en el norte de la prefectura de Kioto. Según la crónica Tango no kuni fudoki, Amanohashidate es la escalera que Izanagi, deidad fundadora de Japón, utilizó para conectar el mundo de los cielos con el terrenal. Desde tiempos antiguos, los visitantes que acuden allí doblan la espalda y observan el paisaje por el hueco entre las piernas para contemplar ese mundo del que habla el mito. En muchos lugares perviven leyendas que cuentan que uno puede ver espíritus, mundos mágicos o el futuro mirando entre las piernas. El hecho de que veamos una realidad distinta a la habitual desde ese peculiar punto de vista ya venía despertando nuestro interés desde la antigüedad.

Mirando entre las piernas en Amanohashidate. (PIXTA)
Mirando entre las piernas en Amanohashidate. (PIXTA)

Puesto que el fenómeno se conoce desde hace tanto tiempo, hace también mucho que los investigadores vienen fijándose en él. En Japón se publicaron artículos al respecto antes de la Segunda Guerra Mundial y su existencia se describió también en un libro de texto de psicología empírica publicado en otro país a finales del siglo XIX.

Con todo, Higashiyama consideró que los documentos antiguos no representaban una evidencia empírica sólida porque no aportaban suficientes datos objetivos y sintió la necesidad de consagrar su tiempo a dilucidar el fenómeno. Pidió a 200 estudiantes —la mayoría, de la Universidad Ritsumeikan— que participaran en un experimento para contar con al menos 50 sujetos para cada una de las cuatro condiciones de observación que planteó. El primer grupo debía mirar el paisaje estando de pie. El segundo debía hacerlo también de pie, pero con unas gafas de prisma que hacían que el cielo y la tierra se vieran del revés. El tercero tenía que mirar a través de las piernas, sin gafas de prisma. Y el cuarto miraría también en esa postura, pero con las gafas puestas. Luego entrevistó a los participantes sobre lo que habían visto.

La clave del experimento eran las gafas de prisma. Los resultados revelaron que, aunque las imágenes del grupo 2 se parecían a las del grupo 1, los objetos lejanos se veían más pequeños en los grupos 3 y 4 que en el 1. Es decir, que se demostró que el efecto de mirar entre las piernas estaba causado principalmente por la información corporal, no por la visual.

Experimento con la participación de 200 estudiantes

Condiciones de observación Resultados de la observación
(1) De pie
(2) De pie con gafas de prisma Parecido a (1)
(3) Mirando entre las piernas Los objetos grandes lejanos se ven más pequeños y cuesta más distinguir (captar) las distancias
(4) Mirando entre las piernas con gafas de prisma

“Los resultados del estudio nos permitieron confirmar claramente que el factor corporal era decisivo en el efecto de mirar entre las piernas”, afirma Higashiyama con el gesto tranquilo, pero con vehemencia. Como psicólogo especializado en la percepción espacial, opina: “La psicología no debe ignorar el factor corporal. Es una disciplina en que se tiende a obviar el cuerpo, por lo que consideré importante mostrar evidencia en ese sentido”.

La psicología sin evidencia presenta “el peligro de cambiarte la vida”

Higashiyama alberga reparos respecto a la psicología actual. La mayoría de las investigaciones se centran en actividades manifiestas y conscientes como ver y oír en lugar de fijarse en la influencia del cuerpo. Hay psicólogos que sentencian “Eres tal tipo de persona” a pacientes basándose en cuestionarios parecidos a la adivinación y sin evidencia que los respalde: “Es un enfoque demasiado sesgado para entender la naturaleza humana. Al igual que la vista y el oído, hay que otorgar su debida importancia a la información corporal y fundamentarse en la evidencia. Los investigadores deben ser conscientes de que la psicología entraña el peligro de cambiar la vida de las personas”.

Volvamos un momento a 2016. Cuando entendió que su candidatura a Ig Nobel no era una broma, Higashiyama dudó en aceptar el galardón. Fueron sus compañeros más jóvenes quienes le dieron el empujón para lanzarse: “Mi investigación es tan modesta que casi nunca es objeto de alabanza, pero quise transmitir a las próximas generaciones de investigadores que había alguien que se fijaba en ella. Pensé que ojalá ganar el Ig Nobel les insuflara aliento”.

El certificado que atestigua que Higashiyama ganó el Ig Nobel.
El certificado que atestigua que Higashiyama ganó el Ig Nobel.

Tras recibir el premio, a Higashiyama le llovieron las oportunidades de explicar el efecto de mirar entre las piernas en asociaciones de alumnos de la Universidad Ritsumeikan y de ofrecer conferencias sobre su investigación en congresos de medicina y economía. No paraban de invitarle a entrevistas. “Fue un placer poder hablar de mi investigación en distintos lugares”, confiesa.

En su tarea como investigador, Higashiyama se esmera en dejar clara la evidencia y desarrollar varias líneas de investigación simultáneamente para evitar sumergirse demasiado en un solo tema. Cuando se encalla en un proyecto, pasa a trabajar en otro y, en el ir y venir entre un tema y el siguiente, le surgen nuevas ideas. Su método hace que tarde más tiempo en publicar los hallazgos en artículos, pero, según dice: “Vale la pena a pesar de las dificultades que plantea”.

Ahora el psicólogo se dedica a estudiar el efecto de la percepción de la orientación de los brazos y el resto del cuerpo y cómo nos adaptamos a dicha orientación: “Con los ojos abiertos, extiende los brazos rectos hacia delante y súbelos. Si mantienes esa posición un cierto tiempo, es fácil devolver los brazos a la posición horizontal. Por el contrario, si intentas hacer lo mismo con los ojos cerrados, los brazos quedan un poco elevados. Eso demuestra que la adaptación del cuerpo queda anulada por la visión”.

La conexión entre la vista y el cuerpo es el tema de la vida de Higashiyama. Al preguntarle cuál es la mayor alegría en el desarrollo de su carrera investigadora, responde: “Lo que más feliz me hace es contarles a otros mi investigación y que les parezca interesante. Cuando gané el Ig Nobel, me resultó gratificante saber que personas que hablaban otros idiomas también se interesaban por el efecto de mirar entre las piernas”.

El profesor emérito Higashiyama Atsuki.
El profesor emérito Higashiyama Atsuki.

Ese sentimiento gratificante debe de ser crucial para muchos investigadores. Y es así como, a día de hoy, Higashiyama sigue recopilando datos y repitiendo experimentos en busca de resultados que le brinden de nuevo esa satisfacción.

Reportaje y texto: Wakabayashi Rio, equipo editorial de POWER NEWS.
Fotografías: equipo editorial de POWER NEWS.

(Traducido al español del original en japonés.)

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