El “no sé qué” de Osaka

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Osaka es una ciudad de ambiente único. Los distritos comerciales, en especial, y los mercados de la zona Minami están repletos de misteriosas atracciones para los turistas extranjeros. En junio de 2019 se celebra la cumbre del G20, y en 2025 llegará a la metrópoli una nueva exposición mundial. Examinamos la personalidad de sus calles y su encanto.

Barrios de tiendas y mercados que enamoran a los turistas chinos

En una ocasión, en un programa de radio en el que aparecía de forma regular, surgió la conversación de por qué los extranjeros, y los chinos en particular, se sienten tan atraídos por el distrito Minami de Osaka.

En aquella ocasión hablé de este tema con dos amigos: el presidente de una empresa de comunicaciones online orientada a turistas chinos, de Osaka, que había comenzado en los noventa, y un asalariado a caballo entre Osaka y Shanghái que empezó a trabajar en su campo tras venir a Japón con sus padres en los ochenta y graduarse en una universidad de Kobe.

-¿Qué interés tienen las calles de Osaka? ¿A qué lugares les apetece más ir?

Ambos mencionaron Minami, concretamente las zonas de Dōtonbori y el mercado Kuromon. Son lugares en cuyas bulliciosas calles se agolpan numerosas tiendas pequeñas, sobre todo restaurantes. Esa sensación de las calles repletas de algo parecido a puestos callejeros es lo que las hace atractivas.

La impresión más profunda me la dejaron ideas como la siguiente. Las grandes ciudades de China se han modernizado rápidamente, en tan solo veinte años, y se han llenado de gigantescos centros comerciales y grandes parques culinarios. Para los turistas chinos, que ya se han acostumbrado a ese tipo de enormes instalaciones comerciales, las calles comerciales y los mercados de Osaka, por los que pueden pasear libremente, son muy divertidos. Especialmente a aquellos de cincuenta años o más, quienes nacieron y crecieron en la gran ciudad, Shanghái, “les trae muchos recuerdos el hecho de poder asomarse a la entrada de un restaurante, y comprar y probar un poco de su comida”.

El mercado Kuromon, para cocineros profesionales, es punto de encuentro para los turistas extranjeros que buscan productos marinos frescos de la mayor calidad. Cada año acuden más turistas de China, Corea del Sur y el Sudeste Asiático (imagen del autor)
El mercado Kuromon, para cocineros profesionales, es punto de encuentro para los turistas extranjeros que buscan productos marinos frescos de la mayor calidad. Cada año acuden más turistas de China, Corea del Sur y el Sudeste Asiático (imagen del autor)

Los barrios populares de Shanghái, que eran los lugares a los que ir por sus restaurantes especializados en fideos con sopa, en arroz congee, nikuman (bollos rellenos de carne) o bāozi (bollos de pan rellenos al vapor), se fueron viendo completamente remodelados hasta hace unos diez años. “Así que de eso se trata”, pensé. Parece no haber duda de que esa remodelación consistía en pasar de callejuelas caóticas a hermosos edificios altos y rascacielos.

“Lo más Osaka” es pasear sin rumbo fijo por sus distritos comerciales

Se dice mucho que la mayor parte de Osaka se sostiene sobre sus barrios comerciales.

Tanto Shinsaibashisuji, con sus avenidas colmadas de grandes almacenes y edificios de moda, como Dōtonbori, con sus carteles gigantes de restaurantes de cangrejo o pulpo, son barrios comerciales, y lo cierto es que pensándolo bien son también distritos comerciales típicos de Osaka las calles especializadas, como Sennichimae Dōguyasuji, en Namba, que se centran en los utensilios de la cocina, empezando por cazuelas y cuchillos; si visitamos la zona podremos encontrar planchas de cocina, espátulas, recipientes para salsas… e incluso farolillos de papel y banderitas decorativas para abrir nuestro propio puesto de takoyaki mañana mismo, si así lo deseamos.

El mercado Kuromon, muy popular entre los chinos, es el distrito especializado en alimentos frescos. El lugar está lleno de locales de profesionales, cocineros que se curtieron en las cocinas locales.

El mercado Kuromon cuenta con 170 establecimientos. Se desarrolló con la idea de ser la “cocina del mundo” (imagen: Kuroiwa Masakazu)
El mercado Kuromon cuenta con 170 establecimientos. Se desarrolló con la idea de ser la “cocina del mundo” (imagen: Kuroiwa Masakazu)

Junto a un restaurante de atún puede haber un comedor, y enfrente una tienda de tofu o una cafetería, pero esto no tiene ninguna relación con la forma lógica y efectiva de pensar por la que entramos en un gran supermercado para adquirir carne y verduras en sus respectivas zonas de venta. Las expresiones “abollado”, “lleno de baches” le van mejor al barrio.

En el mercado Kuromon, meca de los turistas chinos, las estrellas son los productos del mar: atún, langostinos, almejas… Las clases altas de China son verdaderas conocedoras de la buena comida, y se pasan la información de boca en boca de forma terriblemente efectiva. Todo el mundo sabe que en este mercado se puede probar toro nigiri (atún semigraso con arroz), pinchos de langostinos, tecchiri (olla de pez globo) y demás. Es todo más barato y sabroso que los restaurantes de Kitashinchi o de la zona de neones de Higashi Shinsaibashi, y además es más fresco, directamente sacado del mercado. Parece que conocen bien esta relación precio-calidad.

Una pareja china come tessa (sashimi de pez globo) en la entrada de Minami, restaurante especializado en pez globo del mercado Kuromon de Osaka (imagen del autor)
Una pareja china come tessa (sashimi de pez globo) en la entrada de Minami, restaurante especializado en pez globo del mercado Kuromon de Osaka (imagen del autor)

En la parte frontal de una famosa pescadería especializada en pez globo, a la que van a comprar los mejores cocineros, se suelen colocar mesas y sillas de cámping, se prepara un hornillo portátil y se da a probar el tecchiri. Según los dueños del local, hace unos diez años hubo una avalancha de turistas chinos que querían comer pez globo, pero los cocineros han ido satisfaciendo las necesidades de estos turistas mediante otras maneras de servir este pescado además del tecchiri, la forma clásica, con vinagre ponzu: en cazuela de sopa, un plato muy bien recibido. Un amigo al que conozco desde hace ya 30 años, que trabaja en este local especializado, me dio una vez a probar un poco de ese caldo: “No está nada mal; prueba el sabor”.

En Minami, restaurante especializado en pez globo, preparan una caldo especial para los turistas, que se utiliza para hacer sopa. La olla de pez globo se cocina normalmente con agua y se come con vinagre ponzu, pero dado que el ponzu no se usa en la cocina china, parece que este caldo es más agradable para los paladares chinos. Es algo típico de Osaka que un local de gran tradición haya intentado algo como esto (imagen del autor)
En Minami, restaurante especializado en pez globo, preparan una caldo especial para los turistas, que se utiliza para hacer sopa. La olla de pez globo se cocina normalmente con agua y se come con vinagre ponzu, pero dado que el ponzu no se usa en la cocina china, parece que este caldo es más agradable para los paladares chinos. Es algo típico de Osaka que un local de gran tradición haya intentado algo como esto (imagen del autor)

En la entrada de un local especializado en atún también colocan unos bancos para que los clientes se sienten y coman toro nigiri, y en las tiendas especializadas en moluscos o langostinos hay zonas para adquirir y comer, de pie, pinchos asados.

Resulta un tanto surrealista ver a tantos turistas gastronómicos chinos, que acuden al mercado Kuromon en busca de pez globo o atún de la mejor calidad, junto a maestros cocineros, clientes de toda la vida de la zona que compran esos mismos productos, pero lo cierto es que es un paisaje que no deja de ser típico de Osaka Minami, donde realmente hay de todo. La flexibilidad y el espíritu de servicio propios del comerciante, que afloran entre las personas del mercado que viven en Minami, es lo más típico de Osaka.”

Pasear sin rumbo fijo resulta divertido no solo en el mercado Kuromon sino en todos los distritos comerciales de Osaka. Cada uno de ellos posee una personalidad propia, y cada calle o zona transmite ese sabor local.

Para nosotros, los oriundos de la ciudad, visitar una calle comercial es quizá equivalente a visitar las casas de varios amigos, todas de una vez, pero para turistas extranjeros y de otras ciudades la experiencia será sin duda muy superior a la de uno de esos “parques temáticos turísticos”; a diferencia de estos, en las zonas comerciales de Osaka no hay que pagar entrada, y están llenas de descubrimientos interesantes e inigualables.

La cortesía de Osaka: “Esto me sobra”

La comunicación de los habitantes de Osaka, tanto en lo referente a la comida como a las compras, se muestra en una conversación única, que comienza desde el característico maido, “gracias”, pero que literalmente significa “(gracias por usar nuestros servicios) siempre”, antes de indicar el orgullo que sienten por sus productos. Si tomamos un taxi, el taxista hablará con nosotros del tiempo, o de los Hanshin Tigers, el equipo local de béisbol, y si nos sentamos en el mostrador de un restaurante nos preguntarán de dónde venimos, nos recomendarán los platos más ricos o lo que ese día tiene un sabor especialmente delicioso, charlas muy poco comunes en Tokio y otras ciudades.

Osaka es la cuna de un tipo de restaurante denominado kappō, en el que cocineros y clientes charlan por encima del mostrador; no se trata de un modelo en el que hay un menú consistente en una lista de platos con sus respectivos precios, sino más bien una comuncación entre ambas partes sobre la que viene la comida en sí.

Si queremos comprar un ingrediente, en otro lugar iríamos a un gran supermercado, leeríamos las etiquetas de las bandejas, esta tiene tantos gramos de carne de vaca kuroge wagyū para sukiyaki, esta otra tiene una chuleta de tantos gramos de vaca nacional… compararíamos esa información, meteríamos el producto necesario en nuestra cesta de la compra, haríamos cola en la caja registradora, donde el lector del código de barras pitaría, y ya está. Pero no en Osaka.

En los barrios comerciales de Osaka son, en su mayor parte, zonas para comprar productos de uso diario, que también poseen mercados; si por ejemplo nos acercamos a una tienda de pescado salado para ojear una barracuda salada de buen aspecto, podemos preguntarle a la persona que nos atiende cómo es mejor asarlo, y nos dirá algo como “Puedes hacerlo con el horno de tostar, pero luego se queda el olor; es mejor que lo hagas en una sartén a fuego medio, unos diez minutos por ambos lados”.

Y a veces nos regalan algo con nuestra compra, diciendo “Esto me sobra”. Definitivamente, estamos en Osaka.

Este tipo de comunicación, típica de Osaka, no es algo que dependa del vocabulario o la entonación características de esa variante local del japonés, sino más bien de la forma en que toman contacto real entre sí los comerciantes y los clientes a lo largo de mucho tiempo, en esas zonas comerciales de la ciudad. Esos divertidos aires de cierta superioridad que se dan los habitantes de Osaka, y de los que tanto se habla, no se deben a los elementos cómicos que la agencia de humoristas Yoshimoto ha hecho famosos en todo el país, sino más bien a la manera en que esos habitantes hablan entre sí, cómo se sienten y cómo se expresan.

Una gran urbe capaz de extender “conciencia local”

Osaka es una ciudad grande. Nadie lo pone en duda. Las grandes conurbaciones y ciudades son lugares donde uno puede pasar desapercibido, donde por supuesto podemos pasear y comer como turistas, o hacer nuestras compras en tiendas de las zonas de moda.

Y sin embargo, en la zona de Osaka Minami tanto clientes como dependientes son personas con nombres reales, y miembros en muchos casos de una comunidad que comparte una conciencia local.

Poder hacer uso de ese anonimato es también, por supuesto, un requisito indispensable para disfrutar de la vida en la ciudad, pero la forma en que experimentemos esa vida e interactuemos con los demás en nuestro día a día cambiará por completo si consideramos que en una gran metrópoli el número de personas a las que podemos llegar a conocer en persona se ve limitado, o si pensamos que ese número es infinito.

Las personas que viven en este lugar llamado Osaka parten de una ética social basada en la idea de que “Todos son mis conocidos, todos son buena gente, todos son interesantes”; es algo que puede comprender incluso un turista extranjero que no habla japonés. Se trata de emociones que no se pueden mostrar con datos o números, pero quizá los habitantes de esta ciudad podamos sentir algo similar al visitar los barrios populares de lugares como París o Estambul.

Un nuevo mundo rebosante del sabor popular de Osaka (imagen de Kuroiwa Masakazu)
Un nuevo mundo rebosante del sabor popular de Osaka (imagen de Kuroiwa Masakazu)

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Dōtonbori, la zona comercial más representativa de Osaka Minami - imagen de Kuroiwa Masakazu)

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