El manga y el anime japonés de ayer y de hoy

‘Ataque a los titanes’: por qué son atractivas las ilustraciones terroríficas de Isayama Hajime

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El impulso arrollador de Ataque a los titanes, cuya serialización llegó a su fin en 2021, no se detiene. La serie de animación llegará ahora a su clímax. Además, la versión de anime ya emitida ha sido muy aclamada en el extranjero. Este artículo descifra el atractivo de la obra.

Una historia que sigue fascinando a personas de todo el mundo

En 2021 finalizó la serialización del gran éxito de Isayama Hajime, Shingeki no Kyojin (Ed. Kōdansha), conocido como Ataque a los titanes en los países hispanohablantes, pero lejos de decaer, es justo decir que su popularidad no ha hecho más que intensificarse.

La serie de anime, que está emitiéndose en cuatro temporadas (*1) desde 2013, llega por fin a su punto álgido, con The Final Season, que mostrará (probablemente) el impactante final de la larga historia, cuya emisión está prevista para 2023.

La versión de anime también está siendo muy aclamada en el extranjero, no solo en Estados Unidos y Corea del Sur, donde siempre ha sido popular, sino también en países como España, donde muchos adultos no suelen ver anime.

En este artículo, nos gustaría volver a considerar por qué Ataque a los titanes sigue atrayendo a tanta gente.

Héroes oscuros con los mismos poderes que sus enemigos

Shingeki no Kyojin es una fantasía oscura épica sobre la historia de los titanes y la humanidad, publicada por entregas en la revista Bessatsu Shōnen Magazine de 2009 a 2021.

El nombre del protagonista es Eren Jaeger. Un día, su ciudad natal, rodeada de sólidos muros, es destruida por los titanes (su madre también es devorada por ellos), y él se une al Cuerpo de Exploración con sus amigos de la infancia Mikasa y Armin.

(*Alerta de spoiler más abajo.)

La historia le seguirá mientras crece hasta convertirse en un soldado de pleno derecho y acaba derrotando a los enemigos de su madre (......), pero los lectores se sentirán muy confundidos cuando vean de repente el último desarrollo en el segundo volumen del manga.

Sí, ya en esta etapa se revela la verdadera identidad de Eren, es decir, su capacidad única de “convertirse en titán”, y la historia comienza a desarrollarse de una manera más compleja y misteriosa (por cierto, Eren no entiende por qué puede convertirse en titán al principio).

¿Qué son los titanes que atacan (y se comen) a la gente, y por qué Eren tiene el “poder del enemigo”? Este es el mayor misterio que recorre las primeras etapas de Shingeki no Kyojin. Al comienzo de la serie se cree que mucha gente se sintió atraída primero por el elemento de misterio.

Técnicas avanzadas de montaje

Sin embargo, esto representa solo lo interesante de la trama y la ambientación de la historia, y mientras Shingeki no Kyojin sea un manga (especialmente un manga de fantasía, en el sentido amplio del término, que se centra en las batallas) era necesario apelar al atractivo de sus “imágenes”.

La primera imagen que más llama la atención es la escena del primer volumen en la que el “Titán Supergigante” se asoma desde lo alto de la pared. Y qué terrorífico es ver a los titanes inocentes que no tienen nombre comiendo a personas indefensas una tras otra con una leve sonrisa en sus rostros.

Todas estas son escenas en las que la desesperación no se expresa con palabras sino con imágenes, y solo por eso creo que es justo decir que Isayama tiene una gran capacidad artística. Sigue siendo objeto de debate entre los aficionados si los dibujos de Isayama son buenos o malos, y puede ser cierto que (mi trabajo diario es editor de manga, e incluso desde mi punto de vista “profesional”), los dibujos del primer y segundo volumen no estaban a la altura del manga serializado.

Sin embargo, las imágenes del manga no pueden medirse solo por estas cosas. Siendo extremistas, un dibujante de manga no necesita tener un nivel de dibujo para entrar en una facultad de Bellas Artes.

En cualquier caso, el manga es una expresión narrativa creada mediante la combinación de viñetas con múltiples dibujos, y se considera que el autor que puede “montar” hábilmente las secuencias de viñetas es un artista de manga que puede dibujar hábilmente.

El montaje al que se hace referencia aquí se refiere al montaje cinematográfico establecido por Sergei Eisenstein y otros, y esta “técnica cinematográfica” se adopta más o menos en el manga de historia japonés actual.

En resumen, la capacidad de Isayama para crear este montaje (en otras palabras, para conectar viñetas desde múltiples puntos de vista) ha sido inusualmente alta desde que era un recién llegado. Si lo comparamos con el cine, podríamos decir que es la habilidad de “cambiar de cámara”. En concreto, la alternancia entre los puntos de vista del “atacante” y del “atacado” en la escena en la que el titán se come al hombre es exquisita, y en las largas escenas de conversación, los cortes son muy ingeniosos para que el lector no se sienta aburrido.

Hay una fina línea entre la risa y el miedo

Además, como ya se ha mencionado, la imagen de los titanes, unos inocentes comedores que muestran una sonrisa irónica en su rostro, tiene un impacto del que es difícil apartarse, aunque a muchas personas les resulte naturalmente repulsivo.

En la serie hay un grupo de gigantes elegidos llamados los Nueve Titanes, incluido el Titán Supergigante, pero los titanes inocentes son otros seres sin nombre, por así decirlo, y su verdadera identidad es la de ser antiguos pecadores (humanos en el pasado) que fueron transformados a la fuerza en titanes.

Sin embargo, no es hasta mucho más tarde en la historia que el lector es informado de la verdad. Al principio de la historia puede ser difícil apartar los ojos ante estos terroríficos titanes inocentes por un tiempo, aunque uno no está muy seguro de por qué.

A veces el público no solo quiere ver cosas “bonitas” e “interesantes”, sino que también decide observar cosas “terroríficas”, por lo que las películas de terror, los espectáculos de fenómenos y las obras de Grand Guignol también son viables como negocio.

No cabe duda de que el manga de Isayama también tiene algo que hace que el público desee ver cosas de miedo. Y creo que esto se expresa con mayor claridad en las imágenes de los titanes inocentes que se comen a la gente con una leve sonrisa en sus rostros.

No es necesario describir los semblantes horrorosos porque se trata de una escena de terror. Más bien, es muchas veces más aterrador que te muestren una imagen de personas (o seres similares) sonrientes comiendo a seres humanos.

A veces estos dibujos recuerdan a la famosa sonrisa de Jack Nicholson, que es el elemento visual clave de la película El resplandor. Es una sonrisa que, como imagen individual podría parecer algo humorística, pero en el contexto de la película resulta francamente aterradora. Se suele decir que “hay una fina línea entre la sonrisa y el miedo”, y creo que las sonrisas de los inocentes titanes dibujadas por Isayama tienen un efecto similar.

También me gustaría subrayar aquí que el desequilibrio en los rostros y las partes del cuerpo de muchos de los titanes no se debe a que Isayama carezca de habilidades de dibujo, sino a que se atreve a dibujarlos de forma “extraña” para, quizás, difuminar la frontera entre la ficción y la realidad.

Una historia que nos da opciones para enfrentarnos a un mundo complejo

Sin embargo, a la inversa, podría argumentarse que ese impacto pictórico no durará para siempre. Por supuesto, el autor es muy consciente de ello, y por eso, a partir de la mitad de la historia, Shingeki no Kyojin no se basa únicamente en el choque visual, sino que fascina al lector con la resolución del misterio.

Lo que hay que destacar por encima de todo es la diversidad de perspectivas del autor sobre el mundo.

En primer lugar, el lector se queda perplejo en la fase en la que se revela la habilidad de Eren (es decir, la titanización), mencionada anteriormente, pero incluso después de eso, la situación cambia dos o tres veces, para ser más concretos: cuando se revela la identidad de Christa (en realidad es Historia), cuando se descubre que también hay otro país fuera del muro, y cuando Eren decide destruir a casi toda la humanidad, cada vez se enfrenta a la cuestión de “qué o quién tiene razón”.

Este es precisamente el verdadero placer de leer fantasía y ciencia ficción, no limitándose solo a los cómics. Creo que Ursula K. Le Guin escribió algo parecido en su libro Cheek by Jowl, la buena fantasía es un dispositivo para reafirmar la existencia de personas con valores diferentes a los nuestros en lugares lejanos en los que nunca hemos estado, y quienes lo saben tendrán naturalmente muchas “opciones” dentro de sí mismos. En última instancia, esto conducirá a evitar conflictos inútiles con los “otros”.

Shingeki no Kyojin es también una obra de fantasía con este tipo de fuerza poderosa, que nos recuerda una vez más que todas las cosas no pueden medirse en términos de simples dicotomías de bien y mal. Por ello, siempre pienso que los niños, que serán los responsables del futuro, deberían leer esta obra.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Tomos del manga de Shingeki no Kyojin publicados por Kōdansha.)

(*1) ^ La tercera temporada se divide a su vez en Parte 1 y Parte 2, y la cuarta temporada en Parte 1, Parte 2 y la Parte Final (aún no emitida).

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