¿Por qué los japoneses celebran los tres primeros días del año?

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El día de Año Nuevo es festivo en los países occidentales, pero el día siguiente ya vuelve a ser un día normal. Puede que les extrañe que los días 2 y 3 de enero también sean festividades en la tradición japonesa. ¿Por qué en Japón se celebran los tres primeros días del año? Nos lo explica Ueno Makoto, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad Kokugakuin y erudito del clásico literario Manyōshū.

Celebrar el Año Nuevo es una costumbre común en todo el mundo y constituye una festividad muy importante en los países de influencia china en particular. El propio concepto del shōgatsu (Año Nuevo) se extendió e implantó por Asia Oriental con el Imperio Chino, especialmente desde las dinastías Sui y Tang. Podríamos afirmar que los pilares de la civilización china son la escritura kanji, el confucianismo, el budismo y los códigos legales.

En los países de influencia china, lo primero que había que hacer al empezar el año era ir a visitar y venerar al emperador. Era una obligación de los súbditos, por lo que no celebrar el Año Nuevo se consideraba un acto de rebeldía.

Como el emperador se situaba en el lado norte y los súbditos en el sur, los visitantes saludaban mirando hacia el norte, una distribución que otorgaba al soberano la posición simbólica de la Estrella Polar. Esa era la parte central del rito de Año Nuevo llamado chōga. Por eso casi todos los palacios de los países de la esfera china tienen un jardín al sur para que los súbditos hagan cola cuando acuden a la visita anual.

La estructura es la misma en el castillo de Chang’an de la dinastía Tang, los castillos japoneses Heijō-kyō, Heian-kyō, el castillo Shuri de Okinawa y los palacios coreanos. Tras el saludo al emperador, se celebraba un banquete. Las misiones niponas a la China Tang que cruzaron el mar de China Oriental en la época de los tifones también fueron para tomar parte en el chōga y presentar sus respetos al emperador chino.

Se cree que el rito del chōga se transmitió a Japón en la segunda mitad del siglo VII y que se fue extendiendo por las distintas regiones del país. En las sucursales regionales de la Administración, los empleados eran convocados a la sede regional y, tras venerar al emperador mirando hacia el palacio de la capital, celebraban un banquete. Es decir, que las ceremonias de la capital también se llevaban a cabo en los gobiernos de provincias.

La ceremonia y el saludo de Año Nuevo eran los actos más importantes del año

El ritual acabó difundiéndose a los pueblos y las familias. En Año Nuevo, antes que nada, había que ver al alcalde o al cabeza de familia. Así que un gran número de visitantes acudían a la casa del alcalde o del patriarca y, después del saludo, se hacía un banquete. Por eso había que limpiar bien las casas antes de terminar el año, y tanto los invitados como el jefe tenían que preparar atuendos formales para el shōgatsu. También era necesario elaborar la comida que se serviría a los invitados y, por supuesto, decorar el lugar para la ocasión.

(PIXTA)
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Así pues, los ritos y los saludos de Año Nuevo eran los acontecimientos más destacados del año. En la actualidad, en China la celebración se conoce como Festival de la Primavera y se festeja siguiendo el calendario lunar. Corea del Sur se rige por el mismo calendario. Por eso los países de la esfera china experimentan un gran movimiento de personas en los días de finales y principios de año. Los países occidentales solo tienen un día festivo en Año Nuevo tras las Navidades, pero en la región de influencia china se tienen más días porque son para reunirse.

El último poema del Manyōshū, un poemario de mediados del siglo VIII, versa sobre un banquete celebrado en Inaba (actual prefectura de Tottori) tras los rezos en la Administración regional del primer día del año.

En el 758, Ōtomo no Yakamochi fue nombrado gobernador de la provincia de Inaba. Llegó el Año Nuevo con una nevada. Después de rezar de buena mañana aquel día cubierto de blanco, Yakamochi escribió lo siguiente.

“Poema para recitar ante los gobernadores que asistan al banquete de la provincia de Inaba en el primer día del año 3 [de la era Tenpyō-hōji]”

新しき 年の初めの
初春【はつはる】の 今日【けふ】降る雪の
いやしけ吉事【よごと】

Atarashiki toshi no hajime no
hatsuharu no kefu furu yuki no
iyashike yogoto

Tras el poema, aparece esta nota:

El poema de la derecha es obra de Kami Ōtomo no Sukune Yakamochi (volumen 20, 4516).”

Que en japonés moderno, sería:

Atarashii toshi no hajime no
shoshun no kyō furitsumotta yuki no yō ni
Sara ni sara ni kazanatte yuke, yoi koto ga! sara ni sara ni ne...

En este día de Año Nuevo
que se vayan acumulando las dichas
como cae la nieve.

Que nieve en Año Nuevo se considera un buen augurio que anuncia un año de abundancia, idea que se enfatiza con el banquete. Los poemas de Año Nuevo suelen cantar a la buena fortuna.

Mil trescientos años más tarde, seguimos viviendo el inicio del año como una época muy especial, como se viven las Navidades en Occidente.

Fotografía del encabezado: PIXTA.

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