Matsumoto Leiji: la visión única de un mangaka que aunó la ciencia-ficción y el sabor de la era Shōwa

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Matsumoto Leiji nos dejó una plétora de obras maestras ambientadas en el espacio: Space Battleship Yamato, Galaxy Express 999, Captain Harlock… y otras con una vida mísera en la era Shōwa como telón de fondo. Repasamos la trayectoria de este artista único que creó obras conectadas por su propio “universo Matsumoto”.

El espacio y una minúscula habitación dan forma a las obras de Matsumoto

Matsumoto Leiji, dibujante de manga y productor de animación, falleció de una insuficiencia cardíaca aguda el 13 de febrero de 2023, a los 85 años. Matsumoto fue un artista de gran importancia para Japón, capaz de transmitir una gran “fuerza para vivir” en sus obras.

Es bien sabido que las obras de Matsumoto poseen dos claras facetas: la de sus mundos de ciencia-ficción de belleza fantástica, ambientada en el espacio exterior, y otro mundo de “cuatro tatamis y medio” (el tatami es una esterilla de paja que se suele usar como medida de superficie habitable), donde los hongos crecen en la ropa interior que se apila en la habitación.

Ambos mundos son polos opuestos, pero si el lector se fija en los personajes que los pueblan notará que también en ellos existen dos facetas: la del adulto que vela por los jóvenes, aún inmaduros, y la del niño que contempla a los adultos, fuente de toda admiración.

En la página web Leijisha (en japonés) se puede disfrutar de todo tipo de contenidos interesantes sobre Matsumoto, como las ilustraciones que realizara en noviembre de 2019, justo después de sufrir una caída durante su visita a Italia. ©Matsumoto Leiji / Leijisha
En la página web Leijisha (en japonés) se puede disfrutar de todo tipo de contenidos interesantes sobre Matsumoto, como las ilustraciones que realizara en noviembre de 2019, justo después de sufrir una caída durante su visita a Italia. ©Matsumoto Leiji / Leijisha

Las enseñanzas del padre, mayor del ejército

Matsumoto nació en 1938, el mediano de siete hermanos de una familia por la que corría sangre de antiguos samuráis. Su madre fue maestra en una escuela femenina, y su padre, tras graduarse en la academia militar, se hizo piloto de combate y llegó a alcanzar el rango de mayor.

Se cuenta que el capitán Okita Jūzō, uno de los personajes de Uchūsenkan Yamato (Acorazado espacial Yamato, distribuida en inglés y español como Space Battleship Yamato), está basado en el padre de Leiji. Esta obra narra un gran viaje esperanzador hacia la remota Iscandar, donde la humanidad, al borde de la extinción tras sufrir un ataque desde el planeta Gamilas, espera conseguir un dispositivo con el que poder eliminar la radiación de la Tierra. El capitán Okita es uno de los personajes principales de la serie, un excelente líder con una voluntad de hierro, y al mismo tiempo una persona amable, capaz de respetar las vidas de los enemigos con los que se encuentra en el campo de batalla.

El personaje era tan parecido a su padre que algunos parientes llegaron a exclamar: “¡Pero si es clavado a él!”, y lo cierto es que el tema principal de Yamato, “Las personas nacen para vivir, no para morir”, era una frase que Matsumoto le oyó decir a su padre en numerosas ocasiones.

Uchūsenkan Yamato, serie que comenzó a emitirse en televisión en 1974, dio lugar a secuelas y remakes como películas de cine y televisión; en 2021 se estrenó la última versión hasta la fecha, Uchūsenkan Yamato 2205 aratanaru tabidachi (Acorazado espacial Yamato 2205 – un nuevo viaje). También se han presentado los diseños de producción para su secuela, Yamato eien ni REBEL3199. ©Nishizaki Yoshinobu / Comité de producción de Uchūsenkan Yamato 2025
Uchūsenkan Yamato, serie que comenzó a emitirse en televisión en 1974, dio lugar a secuelas y remakes como películas de cine y televisión; en 2021 se estrenó la última versión hasta la fecha, Uchūsenkan Yamato 2205 aratanaru tabidachi (Acorazado espacial Yamato 2205 – un nuevo viaje). También se han presentado los diseños de producción para su secuela, Yamato eien ni REBEL3199. ©Nishizaki Yoshinobu / Comité de producción de Uchūsenkan Yamato 2025

El capitán Okita hacía las veces de padre en la gran familia que formaba la tripulación de la gran nave, aunque el protagonista de Uchūkaizoku kyaputen Hārokku (Capitán Harlock, también conocido en partes de Latinoamérica como Capitán Raimar, serie de 1977) también hablaba de la Arcadia, su nave de pasajeros, como de su “casa”.

La historia de Harlock transcurre en el año 2977, cuando la humanidad carece ya de toda fuerza, y se halla a punto de extinguirse. Una misteriosa raza extraterrestre que amenaza invadir la Tierra, las llamadas “amazonas”, entra en contacto con la humanidad. Las altas esferas del Gobierno mundial, no obstante, no sienten ningún tipo de peligro, y solo individuos como Harlock y quienes se unen bajo su bandera planean hacer frente a los invasores.

Harlock y los suyos rehusan vivir bajo las órdenes de nadie, queman sus puentes y comienzan a vivir como lobos solitarios. Bajo su rostro silencioso, el pirata Harlock esconde una furiosa pasión, pero también un gran corazón que lo impulsa a velar por los tripulantes más jóvenes; a su vez, sus subordinados lo consideran “un hombre entre los hombres”. Harlock, libre y solitario, era al parecer el personaje favorito de Matsumoto.

La calavera de la bandera pirata, en esta historia, no tenía como objetivo intimidar a los enemigos; era más bien un símbolo del juramento, con origen en mitos del norte de Europa, de “seguir luchando pese a estar en los huesos”. Esa calavera también pasó a convertirse en seña distintiva del propio Matsumoto.

La serie de animación Uchūkaizoku kyaputen Hārokku se emitió entre 1978 y 1979. La película de 1982 Waga seishun no Arukadia narra la juventud de Harlock y su encuentro con Ōyama Tochirō. ©Matsumoto Leiji / Tōkyū Agency – Tōkyū ©Matsumoto Leiji – Tōei Animation
La serie de animación Uchūkaizoku kyaputen Hārokku se emitió entre 1978 y 1979. La película de 1982 Waga seishun no Arukadia narra la juventud de Harlock y su encuentro con Ōyama Tochirō. ©Matsumoto Leiji / Tōkyū Agency – Tōkyū ©Matsumoto Leiji – Tōei Animation

Historias de crecimiento y juventud

En el caso de Ginga tetsudō 999 (1977; publicado en inglés y español como Galaxy Express 999), el protagonista es un joven llamado Hoshino Tetsurō. La historia también comienza en una Tierra futura, en la que los más adinerados reemplazan sus cuerpos por máquinas y llegan a vivir hasta mil años. Los pobres, sin embargo, siguen viviendo en carne y hueso, y son a veces asesinados por los humanos convertidos en máquinas, por pura diversión.

Hoshino se queda solo en el mundo cuando matan a su madre de ese modo. Sin embargo conoce a una hermosa mujer llamada Maetel, que lo guía en su camino, y con ella se embarca en un viaje a la lejana Andrómeda para conseguir un cuerpo mecánico. Ambos viajan como pasajeros de la nave “súper exprés” 999, que surca el espacio sideral.

999 se convierte en mil, claro, al sumarle uno. Es decir, que es símbolo de lo incompleto, y representa el fin de la adolescencia. Tetsurō va madurando también a lo largo de su viaje, y antes de poder darse cuenta se ha convertido en todo un hombre, capaz de apoyar y proteger a Maetel.

Matsumoto recibió el Premio de Manga al Mejor Autor Revelación a la edad de quince años, a los dieciocho salió de casa de sus padres y se dirigió él solo en tren a Tokio. Aquel viaje solitario fue el origen, según contó después, del argumento de Ginga tetsudō 999. Junto al joven Leiji, de pronto, había una mujer de extraordinaria belleza, sentada en el vagón. Nadie sabe si era real, o solo producto de su imaginación; Matsumoto decía que la propia Maetel era un producto de la joven imaginación de Tetsurō.

Tren de la empresa Seibu Tetsudō adornado con imágenes de Maetel y otros personajes de Ginga tetsudō 999. (Imagen del 30 de abril de 2009, Tokorozawa, prefectura de Saitama) – Jiji Press
Tren de la empresa Seibu Tetsudō adornado con imágenes de Maetel y otros personajes de Ginga tetsudō 999. (Imagen del 30 de abril de 2009, Tokorozawa, prefectura de Saitama) – Jiji Press

Como dibujante novel, Matsumoto comenzó a vivir en una pensión en el distrito de Bunkyō. En la actualidad no es muy normal ver ese tipo de negocio, donde uno alquila una habitación en la casa de los propietarios, que le sirven también comidas; esta experiencia vital inspiró el primer éxito de Matsumoto, el manga Otoko oidon (1971).

El protagonista de Otoko oidon, Ōyama Nobotta, no vive en el espacio exterior, sino en una habitación de cuatro tatamis y medio. No es alto, camina estevado y no viste a la moda. “Algún día seré grande”, se dice. Con ese sueño por todo equipaje llega a Tokio y comienza a vivir en una pensión.

Nobotta es despedido de la fábrica en la que trabajaba y deja también el instituto al que acudía por las noches. Se plantea regresar a las clases, pero sigue perdiendo trabajos temporales. Cuando consigue conocer a una mujer que le interesa, esta tira los regalos que Nobotta le hace sin siquiera abrirlos. Y sin embargo, por algún motivo la abuela dueña de la pensión y las otras personas que viven allí son muy amables con él.

Otoko oidon no solo se convirtió en un gran éxito, sino que fue también el primer manga que dibujó con un objetivo propio: afirmar la juventud, fuera de quien fuera.

En el manga el protagonista sufre una enfermedad cutánea típica en los niños. Antes muchos jóvenes la padecían en secreto, porque provocaba picor en sus zonas más sensibles. Matsumoto recibió muchas cartas de agradecimiento por haber hablado con franqueza sobre este tema, no solo por parte de lectores, sino también de lectoras: “Después de leer este manga mi novio vive más alegre”.

La medicina Maseto Lotion, que compraba el joven Matsumoto para sus problemas de piel, llegó a venderse con imágenes creadas por el propio dibujante para la caja.

Otoko oidon fue serializada en el semanario Shūkan Shōnen Magajin (de la editorial Kōdansha) entre 1971 y 1973, y consta de un total de nueve volúmenes. (Kyodo)
Otoko oidon fue serializada en el semanario Shūkan Shōnen Magajin (de la editorial Kōdansha) entre 1971 y 1973, y consta de un total de nueve volúmenes. (Kyodo)

El “multiverso” de Matsumoto

Lo cierto es que el mundo de Otoko oidon conecta en cierta forma con el de Harlock, pese a que este se desarrolla en el espacio exterior. El mejor amigo del capitán, Ōyama Tochirō, es un descendiente lejano de Nobotta, el protagonista de la primera obra.

En Ginga tetsudō 999 también se cruzan los universos de obras como Harlock y Kuīn Emerarudasu (Queen Esmeraldas), y algunos de sus personajes aparecen en ella. Estos detalles no son ocurrencias tardías del autor, sino que se forman parte de vínculos que tenía originalmente en mente.

Del mismo modo que los padres no traen a sus hijos al mundo para que mueran, Matsumoto también creó a sus personajes para que vivieran. Según cuenta en su libro Tōku toki no wa no sessuru tokoro (El lugar donde encontramos la distante rueda del tiempo), desde un principio su idea era darles vida para que formaran una gran familia que trascendiera las épocas.

Ōyama Tochirō, el descendiente del Nobotta de Otoko oidon, aparece en Captain Harlock. La novia de Tochirō, Esmeraldas, es en realidad la hermana gemela de Maetel. La madre de ambas es la reina Promethium en Ginga tetsudō 999, quien es “reina milenaria” e hija de Yayoi, la heroína de Sennenjoō (La reina milenaria, 1981), y Maetel a su vez hija de Yayoi. Es decir, que esa “reina milenaria” se mecanizó posteriormente y pasó a ser Promethium.

Aunque debió abandonar la idea debido a la fuerte oposición de sus patrocinadores, en un principio Matsumoto pensaba introducir a los personajes de Otoko oidon sin modificaciones en el universo de Uchūsenkan Yamato.

Matsumoto heredó también otras características importantes de sus padres. La vida es un largo ciclo que trasciende las generaciones, y al final de ese círculo eterno tanto el pasado como el futuro pierden su significado y todos los destinos se cruzan, del mismo modo que todas las vías terminan en la estación terminal. Quizá el artista tuviera este tipo de pensamientos al considerar su vida.

El espacio, una habitación minúscula, los adultos, los jóvenes… Todo está conectado. Podríamos decir que todas las obras de Matsumoto forman un gran “multiverso” nacido de sus propias experiencias.

En enero de 2018 se realizó una exposición de las obras de Matsumoto Leiji en Isetan Shinjuku, Tokio. En el pasado también se realizaron todo tipo de exposiciones que cubrían una amplia variedad de obras del autor. ©Matsumoto Leiji
En enero de 2018 se realizó una exposición de las obras de Matsumoto Leiji en Isetan Shinjuku, Tokio. En el pasado también se realizaron todo tipo de exposiciones que cubrían una amplia variedad de obras del autor. ©Matsumoto Leiji

La universalidad de las obras de Matsumoto

“Los seres humanos compartimos ciertos valores comunes en nuestras vidas”, decía Matsumoto, y sus obras, cargadas de dicha convicción, han encontrado una gran base de aficionados por todo el mundo gracias a esa universalidad.

Es ya de sobra conocido que la versión animada de Harlock se hizo tremendamente popular en Francia, y llegó a alcanzar un índice de audiencia del 70 %. Otoko oidon, por otro lado, se publicó en inglés bajo el título I Am a Man (Soy un hombre). Uchūsenkan Yamato, concebida como la historia de un viaje de ida y vuelta en el que la humanidad une sus fuerzas para poder vivir, se emitió también en Estados Unidos y otros países de todo el mundo. La obra Sensō manga shirīsu (publicada en inglés bajo el título Battlefield, “Campo de batalla”, y en su versión animada como The Cockpit, “La cabina”) también se ha traducido al chino y otros idiomas.

En poco tiempo, jóvenes de Estados Unidos, China, Bélgica y otros países comenzaron a visitar a Matsumoto.

Un músico que venía de Francia le dijo que llevaba leyendo y viendo sus obras desde los cinco años, y le preguntó si le gustaría trabajar con él. Como resultado de esa oferta Matsumoto y el dúo Daft Punk crearon en colaboración la película Interstella 5555 (2003). Este trabajo provocó una respuesta realmente febril por ser “una obra maestra en la que se fusionan los géneros artísticos, tan diferentes, de la música y la animación” (cita de la revista Newsweek).

Vídeo musical de One More Time, lanzado en 2001 por el popular dúo francés de tecno Daft Punk. Este vídeo fue el detonante que cristalizó posteriormente en la ópera de animación Interstella 5555.

Para Matsumoto debió de ser un momento culmen en su carrera, ya que por ese nuevo medio sus obras se transmitían más allá de toda barrera generacional.

Quienes trabajaron con Matsumoto decían que poseía una personalidad cálida, capaz de alegrarse por los éxitos de los artistas más jóvenes. Tuvo una influencia enorme en muchos creadores; Sadamoto Yoshiyuki, diseñador de personajes en famosas obras de animación como Shin seiki Evangelion, por ejemplo, admiraba tanto a Matsumoto que su sueño era ser su ayudante tras graduarse en la escuela secundaria.

Y no solo Sadamoto, claro; no sería una exageración decir que cuando se emitieron Uchūsenkan Yamato y Ginga tetsudō 999 los niños de todo el país estaban de algún modo enamorados de las obras de Matsumoto.

Tras aparecer la noticia de su fallecimiento, muchos seguidores de Matsumoto comenzaron a enviar mensajes de dolor y pérdida por el artista, que viaja ahora por ese círculo eterno del tiempo, en un mar de estrellas.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: en febrero de 2013 Matsumoto Leiji fue invitado al Festival Internacional Bande Desinée en Angulema, Francia. La “gorra Leiji”, con el símbolo pirata, era su símbolo indiscutible – Jiji Press)

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